Lucy Gordon - La fuerza del destino

Здесь есть возможность читать онлайн «Lucy Gordon - La fuerza del destino» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La fuerza del destino: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La fuerza del destino»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Nick Kenton no podía creérselo. La pizpireta y pecosa adolescente que no lo había causado más que quebraderos de cabeza, llegando incluso a arruinar su vida amorosa, había vuelto a aparecer en su vida y él se veía obligado a cuidar de ella.
Pero la sorpresa fue aún mayor cuando descubrió que la desgarbada quinceañera se había convertido en una mujer. Una mujer hermosa y radiante que lo hacía reír y amenazaba con volverlo loco. Y, mientras ella ponía patas arriba su cómoda y ordenada vida en Londres, Nick era completamente ajeno al plan que Katie había tramado para seducirlo y casarse con él.

La fuerza del destino — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La fuerza del destino», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Katie debe de estar muy enfadada para devolverme las flores -suspiró.

– Katie no las ha visto. Yo soy el que está enfadado. He venido a decirle que la deje en paz, que no la siga por todas partes. Katie está angustiada y nerviosa.

– ¿Angustiada y nerviosa? -repitió Jake, horrorizado-. No lo sabía. La verdad es que siempre se ríe de mí. He intentado ser el hombre que busca…

– Mire, -lo interrumpió Nick- aquí hay un malentendido. Por cierto, no me he presentado. Me llamo Nick Kenton.

– Estaba deseando conocerlo, señor Kenton -dijo Jake, estrechando su mano.

– ¿Me conoce?

– Sí, Katie me ha hablado de usted. Me ha dicho que es el hermano de su cuñado y que está cuidando de ella mientras está en Londres.

En ese momento, llegó el café y Jake actuó como anfitrión. Parecía un hombre educado e inofensivo.

– No puede ser usted el hombre con el que he hablado por teléfono. El hombre que llamaba era un tirano y usted es… -pero no terminó la frase.

– Sólo puedo hacerlo por teléfono -explico Jake-. Cuando tengo a alguien enfrente, no me atrevo. ¿Me he pasado con el tono dominante?

– Desde luego.

– ¡Ay, Dios! Lo siento. Mire, dejemos de hablar de mí. ¿Katie se encuentra bien?

– Perfectamente. Había salido a cabalgar cuando me marché.

– Pero usted ha dicho que está asustada. ¿No ha ido nadie con ella por si sufre una caída?

Nick miró al joven con simpatía.

– Está loco por ella, ¿verdad?

– Es muy fácil enamorarse de Katie -sonrió el joven-. Es inevitable. Consigue que uno quiera hacer cualquier cosa por ella.

– Y ella lo sabe -murmuró Nick.

– ¿Usted también…?

– No -contestó él rápidamente-. Katie se dedica a hacerme la vida imposible. Es su gran diversión.

– No creo que eso sea verdad -protestó Jake suavemente-. Katie es una chica de gran corazón.

– Se dedica a destrozarme la vida, se lo aseguro.

Nick había hablado en broma, pero no había humor en la expresión de Jake.

– Estoy seguro de que está equivocado. Katie es una mujer generosa, dulce y…

– Ya sé que es todas esas cosas, pero también es una pequeña bruja y una lianta. Mire, no la estoy criticando. Sólo estoy explicándole por qué no estoy enamorado de ella.

– ¿Seguro que no lo está?

– Claro que no. No todos los hombres están enamorados de Katie.

– Todos los que yo conozco, sí.

– Pues no debería dejárselo tan claro. En lugar de tirarse a sus pies, ¿por qué no se hace el duro para ver si funciona?

– ¿Para qué voy a hacerme el duro si no le intereso lo más mínimo?

Nick no sabía qué contestar y, simplemente, se tomó su café. Cuando dejó la taza sobre la mesa, Jake le sirvió otro amablemente.

– ¿Usted no toma café?

– Nunca tomo estimulantes. Pero la verdad es que necesito algo -dijo, abriendo la nevera y tomando una botella de agua mineral.

– Parece que sabe cuidarse -dijo Nick, señalando la nevera, llena hasta los topes.

– Mi yogur favorito no se encuentra en todas partes, así que viajo con él -explicó Jake-. Pero en el hotel han sido muy amables y me han buscado un queso bajo en calorías. Bueno, ya sé que soy un poco extravagante.

– En absoluto -dijo Nick.

– Señor…

– Por favor, llámame de tú -dijo Nick-. Haces que me sienta como un anciano.

– Lo siento. Es que, como cuida de Katie, yo le miro como a un padre.

– ¿No me digas? Pues no soy su padre.

– Quiero decir que, como es usted mayor…

– Tengo veintinueve años -interrumpió Nick, irritado.

– Quiero decir que es usted una figura paterna , una autoridad en la que ella puede buscar refugio.

– Jake, será mejor que no le hables a Katie de mi supuesta autoridad porque si lo haces, te dará una patada en la espinilla.

– Es una chica llena de energía, ¿verdad?

– Desde luego.

– Por eso es tan emocionante estar con ella.

– Es agotador estar con ella -corrigió Nick-. Y seguirla desde Australia no ha sido buena idea.

– No he venido a Inglaterra sólo por Katie. Mi padre tiene negocios aquí y alguien tenía que atenderlos. Aunque admito que me ofrecí voluntario.

– ¿Cómo te enteraste de que estábamos aquí?

– Les seguí desde Londres. No era fácil mantener la distancia para que no se dieran cuenta, pero lo conseguí.

Nick lo miró con simpatía.

– ¿Cuántos años tienes, Jake?

– Veinticuatro.

– Hazme caso y olvídate de Katie. Ella es demasiado para ti.

– Lo siento, señor pero usted no comprende lo que siento.

– Claro que lo comprendo -dijo Nick suavemente-. Yo también tuve veinticuatro años y estaba enamorado de una mujer que… Bueno, el caso es que yo intentaba ser la clase de hombre que ella quería que fuera. Y al final, la perdí porque apareció un hombre con una enorme sonrisa.

– Pero… una mujer tiene que apreciar a un hombre que intenta superarse para ella. ¿No cree?

– Por supuesto, pero si sólo es eso lo que hay entre los dos, no vale para nada. Tiene que haber magia, tiene que haber algo. Si no lo hay, es una pérdida de tiempo. No puedes enamorarte de alguien sólo porque esa persona esté enamorada de ti, ni puedes dejar de amar a alguien porque no te ame -explicó, sorprendiéndose a sí mismo. Y tampoco podía enamorarse de una mujer porque fuera elegante, distinguida y una esposa adecuada, se decía a sí mismo. Si no había magia, se encontraría casado con la primera y soñando con una cría de ojos alegres y un perverso sentido del humor. Porque ella sí era mágica. También era irritante e insoportable. Podía hacer que uno se subiera por las paredes. Pero era mágica-. ¿Por qué no cenas con nosotros esta noche?

– ¿Lo dice de verdad? -preguntó el joven, con los ojos brillantes.

– Tanta perseverancia se merece una recompensa. Pero yo creo que es hora de que empieces a olvidarte de ella. Eres demasiado bueno para Katie.

– Ningún hombre es demasiado bueno para Katie -la defendió el chico apasionadamente.

– Jake, tú eres un buen muchacho, pero Katie no es una diosa. Es una bruja, un bicho que disfruta volviendo loco a todo el mundo.

– Sí, es verdad. Es inolvidable.

– Y tú eres imposible -suspiró Nick-. Bueno, pon las flores en agua y así podrás dárselas esta noche.

– ¿Darle flores que no sean frescas? -preguntó, como si fuera un insulto-. No podría hacerlo. Le compraré un ramo nuevo, el mejor que encuentre.

No había esperanzas para aquel chico, pensaba Nick.

Katie volvió a la casa por la tarde. Había cabalgado durante horas y, al final, se había perdido. Para variar.

No había ni rastro de Nick, pero lo que vio en el salón la dejó parada en la puerta. Había una mesa puesta para dos, con la mejor vajilla, copas de cristal y servilletas inmaculadas a cada lado de los platos. Un aroma delicioso llegaba de la cocina y oía a Nick canturreando.

Una sonrisa gigante se extendió por la cara de Katie. Le brillaban los ojos mientras observaba cada detalle de la mesa, preparada para pasar una velada romántica.

– Nick -llamó alegremente, dirigiéndose a la cocina-. Nick…

Se encontraron en la puerta de la cocina, de donde él salía con una ensaladera y una servilleta como mandil.

– Vaya, por fin has llegado.

– Sí, lo siento. Me he perdido. Si hubiera sabido que ibas a preparar…

– No lo sabía hasta hace unas horas -dijo él, dejando la ensaladera sobre la mesa-. Pero ha pasado una cosa que me ha hecho cambiar de planes.

– ¿Qué?

– He conocido a Jake Ratchett -dijo él, mirándola a los ojos.

– ¿Has conocido a… Jake? -preguntó Katie, pálida.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La fuerza del destino»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La fuerza del destino» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La fuerza del destino»

Обсуждение, отзывы о книге «La fuerza del destino» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x