• Пожаловаться

Danielle Steel: Truhan

Здесь есть возможность читать онлайн «Danielle Steel: Truhan» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Danielle Steel Truhan

Truhan: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Truhan»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¿Es posible que un playboy irresistible como Blake se convierta en un marido en el que poder confiar? Su ex esposa Maxine hace años que mantiene con él una cordial relación. Y bien sabe que el encantador padre de sus hijos puede ser cualquier cosa menos un esposo fiel. Cuando Maxine, una reputada psiquiatra, parece haber encontrado un hombre a su medida, alguien que le dará todo lo que Blake le negó, un imprevisto la sacudirá como ese terremoto que ha derrumbado una de las mansiones de Blake y ha dejado en el país una estela de miseria y devastación. Blake acude a ella para que le acompañe en un proyecto humanitario, y Maxine se pregunta si un hombre como él, de repente preocupado y solidario, realmente es capaz de cambiar.

Danielle Steel: другие книги автора


Кто написал Truhan? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Truhan — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Truhan», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Maxine no había tenido ninguna relación seria después de él. La mayoría de los médicos y psiquiatras que conocía estaban casados, y la vida social de Maxine se limitaba a sus hijos. Durante los últimos cinco años había tenido suficiente con su familia y su trabajo. De vez en cuando quedaba con hombres que conocía, pero no había saltado la chispa con nadie desde Blake. Resultaba difícil superarle. Era irresponsable, informal, desorganizado, un padre inepto a pesar de sus buenas intenciones, y un marido desastroso al final, pero en su opinión no había hombre en el planeta más bueno, más honesto, que tuviera más buen corazón o fuera más divertido. A menudo deseaba tener el valor para ser tan despreocupada y libre como él. Pero ella necesitaba una estructura, unos cimientos firmes, una vida ordenada y no tenía el mismo anhelo que Blake, o sus agallas, para perseguir sus sueños más disparatados. A veces le envidiaba.

No había nada ni en los negocios ni en la vida que fuera demasiado arriesgado para Blake, por ello siempre había tenido tanto éxito. Para eso había que tenerlos bien puestos, y Blake Williams los tenía. Maxine se sentía como un pequeño ratón en comparación con él. A pesar de ser una mujer realizada, lo era a una escala más humana. Era una lástima que su matrimonio no hubiera funcionado, aunque Maxine estaba inmensamente contenta de haber tenido a sus hijos. Eran la alegría y el centro de su vida, y todo lo que necesitaba por ahora. A los cuarenta y dos años, no estaba desesperada por encontrar a otro hombre. Tenía un trabajo gratificante, pacientes por los que se preocupaba mucho y unos hijos preciosos. Por ahora era suficiente, y a veces más que suficiente.

El portero se tocó la gorra cuando Maxine entró en la finca de Park Avenue, a cinco manzanas de su consulta. Era un edificio antiguo, con habitaciones amplias, construido antes de la Segunda Guerra Mundial y de aspecto solemne. Maxine estaba empapada. El viento había vuelto su paraguas del revés y lo había desgarrado poco después de salir de la consulta, así que lo había tirado. La gabardina chorreaba y sus largos cabellos rubios, recogidos en una pulcra coleta, para trabajar, estaban pegados a su cabeza. Ese día no llevaba maquillaje y su cara tenía un aspecto fresco, joven y limpio. Era alta y delgada y parecía más joven de lo que era; Blake a menudo comentaba que tenía unas piernas espectaculares, aunque ella raramente las enseñaba. No solía llevar faldas cortas; su atuendo habitual consistía en pantalones clásicos para trabajar y vaqueros los fines de semanas. No era de la clase de mujeres que se aprovechan de su aspecto para venderse a sí mismas. Era discreta y recatada, y Blake le había dicho a menudo en broma que le recordaba a Lois Lañe. Le quitaba las gafas que se ponía para el ordenador y le soltaba los largos y abundantes cabellos color trigo, e inmediatamente estaba sexy, lo quisiera o no. Maxine era una mujer hermosa, y ella y Blake tenían tres hijos muy guapos. Los cabellos de Blake eran tan oscuros como claros los de ella, y sus ojos tenían el mismo color azul que los de ella. Maxine medía metro ochenta y seis, pero él le sacaba una cabeza. Habían formado una pareja espectacular. Daphne y Jack habían heredado los cabellos azabache de Blake y los ojos azules de sus padres; en cambio, los cabellos de Sam eran rubios como los de su madre y tenía los ojos verdes de su abuelo. Era un niño guapo y todavía lo bastante pequeño para ser cariñoso con su madre.

Maxine subió en el ascensor dejando charcos tras de sí. Entró en el piso, uno de los dos del rellano. Los otros inquilinos se habían jubilado y hacía años que vivían en Florida. No estaban nunca, así que Maxine y los niños no tenían que preocuparse demasiado por el ruido, lo cual era una suerte, con tres niños bajo el mismo techo, dos de ellos varones.

Mientras se quitaba la gabardina en el recibidor y la doblaba sobre el paragüero, Maxine oyó música a todo volumen. También se descalzó, porque tenía los pies empapados, y se rió al ver su reflejo en el espejo. Parecía una rata ahogada, con las mejillas sonrosadas por el frío.

– ¿Qué ha hecho? ¿Volver nadando? -preguntó Zelda, la niñera, al verla en el pasillo. Llevaba una pila de ropa limpia en las manos. Estaba con ellos desde el nacimiento de Jack y era un regalo de Dios para todos ellos-. ¿Por qué no ha cogido un taxi?

– Necesitaba tomar el aire -dijo Maxine sonriendo.

Zelda era regordeta, tenía la cara redonda, los cabellos recogidos en una gruesa trenza y tenía la misma edad que Maxine. No se había casado nunca y ejercía de niñera desde los dieciocho años. Maxine la siguió a la cocina, donde Sam estaba dibujando en la mesa, ya bañado y en pijama. Zelda preparó enseguida una taza de té para su jefa. Siempre era un consuelo encontrarla al volver a casa, sabiendo que lo tenía todo bien organizado. Como Max, era obsesivamente pulcra, y se pasaba el día limpiando detrás de los niños, cocinando para ellos y acompañándolos en coche a donde fuera mientras su madre trabajaba. Maxine la sustituía los fines de semana. En teoría era cuando Zelda tenía el día libre y, aunque le gustaba ir al teatro siempre que podía, normalmente se quedaba en su habitación detrás de la cocina, descansando y leyendo. Toda su lealtad era para los niños y su madre. Hacía doce años que cuidaba de ellos y formaba parte de la familia. No tenía una gran opinión de Blake, al que consideraba guapo y consentido, pero un padre pésimo para sus hijos. Siempre había pensado que los niños se merecían más de lo que él les daba y Maxine no podía decirle que estaba equivocada. Ella quería a Blake. Zelda no.

La cocina estaba decorada con maderas decapadas, superficies de granito beis y un suelo de madera clara. Era una habitación acogedora en la que se reunían todos, y había un sofá y un televisor, donde Zelda veía los culebrones y los programas de entrevistas. Siempre que se presentaba la oportunidad, comentaba lo que había oído en ellos con entusiasmo.

– Hola, mamá -dijo Sam al oír entrar a su madre, mientras dibujaba enfrascado con un lápiz pastel morado.

– Hola, corazón. ¿Cómo te ha ido el día? -Le besó en la cabeza y le alborotó el pelo.

– Bien. Stevie ha vomitado en la escuela -dijo tan fresco, cambiando el lápiz morado por otro verde.

Estaba dibujando una casa, un vaquero y un arco iris. Maxine no vio nada especial en ello, parecía un niño feliz y normal. Añoraba a su padre menos que los otros, ya que nunca había vivido con él. Sus dos hermanos mayores eran ligeramente más conscientes de su pérdida.

– Pobre -comentó Maxine del infortunado Stevie. Esperaba que fuera algo que el niño había comido y no una gripe que circulara por la escuela-. ¿Tú estás bien?

– Sí. -Sam asintió.

Zelda miró dentro del horno y siguió con la cena. Daphne entró en la cocina. Acababa de empezar octavo y a los trece años su cuerpo estaba desarrollando nuevas curvas. Los tres niños iban a la escuela Dalton y Maxine estaba muy contenta con ella.

– ¿Me prestas tu jersey negro? -preguntó Daphne, cogiendo un poco de manzana del plato del que Sam había estado comiendo.

– ¿Cuál? -Maxine la miró con cautela.

– El que tiene piel blanca. Emma da una fiesta esta noche -dijo Daphne despreocupada, intentando fingir que no le importaba, aunque era obvio que sí. Era viernes, y últimamente había fiestas casi todos los fines de semana.

– Es un jersey muy llamativo para una fiesta en casa de Emma. ¿Qué tipo de fiesta? ¿Con chicos?

– Bueno… sí… puede… -dijo Daphne, y Maxine sonrió.

Ya te daré «puede». Su madre sabía perfectamente que Daphne conocía todos los detalles de la fiesta. Y con el jersey nuevo de Valentino de Maxine pretendía impresionar a alguien, seguro que a un chico de octavo.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Truhan»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Truhan» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Susan Mallery: Alguien Como Tú
Alguien Como Tú
Susan Mallery
Danielle Steel: Fiel a sí misma
Fiel a sí misma
Danielle Steel
Danielle Steel: Un Hotel En Hollywood
Un Hotel En Hollywood
Danielle Steel
Отзывы о книге «Truhan»

Обсуждение, отзывы о книге «Truhan» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.