Belle se miró los hombros. La tela estaba húmeda a causa de su cabello. Se encogió de hombros. "Oh bueno, ya no tiene remedio, supongo." Se instaló en el sofá, y se sirvió una taza de té. "¿Y qué tal tu día, Emma?”
"Bastante tranquilo. He estado revisando varios libros e informes de algunas de nuestras propiedades en Gales. Creo que puede haber algún problema en ellas. Estoy pensando en viajar hasta allí para investigar. "
"No irás," gruñó Alex.
"Oh, ¿de verdad? " respondió Emma.
"No vas a ir a ninguna parte durante los próximos seis meses," añadió él, mirando amorosamente a su pelirroja esposa de ojos violetas. "Y probablemente tampoco durante otro seis después de esos. "
"Si crees que voy a quedarme metida en la cama hasta que llegue el bebé, es que estás mal de la cabeza. "
"Y tu tienes que aprender quién manda aquí. "
"Bien entonces, tú… "
"Alto, alto," dijo Belle riendo. "Es suficiente". Meneó la cabeza. Las dos personas más obstinadas de todo el universo habían tenido que casarse. Eran perfectos el uno para el otro. "¿Por qué no os cuento cómo ha ido mi día?”
Emma y Alex se giraron al unísono mirándola con expectación.
Belle tomó otro sorbo de té, dejando que la caldeara por dentro. "Conocí a un hombre bastante extraño, de hecho. "
"¿Oh, sí?” Emma se inclinó hacia delante.
Alex se recostó, sus ojos velados por una expresión de aburrimiento.
"Sí. Vive cerca aquí. Me parece que sus tierras lindan con las tuyas. Su nombre es Lord John Blackwood. ¿Lo conoces?"
Alex se enderezó repentinamente. "¿Has dicho John Blackwood?”
"En realidad era John, Lord Blackwood, me parece. ¿Por qué? ¿Lo conoces? John Blackwood es un nombre bastante común. "
"¿Pelo castaño?”
Belle asintió.
"¿Ojos negros?”
Asintió de nuevo.
"¿De mi altura, complexión media?”
"Supongo. No era tan ancho de hombros como tú, pero sí que me pareció igual de alto. "
"¿Cojeaba?”
"¡Sí! " exclamó Belle.
"John Blackwood. Que me condenen," Alex sacudió la cabeza con incredulidad. "Y ahora es un lord. Le debe haber sido concedido un título por el servicio militar. "
"¿Luchó en la guerra contigo? " le preguntó Emma.
Cuando Alex finalmente respondió, sus ojos verdes estaban desenfocados. "Sí", dijo suavemente. "Mandaba su propia compañía, pero nos encontrábamos con frecuencia. Siempre me he preguntado qué había sido de él. No se por qué no traté de buscarlo. Supongo que tuve miedo de averiguar que había muerto. "
Eso llamó la atención de Belle. "¿Qué quieres decir?”
"Fue extraño," dijo Alex despacio. "Él era un soldado excelente. No había nadie en quién pudieras confiar más. Era absolutamente desinteresado. Poniéndose constantemente en peligro para salvar a otros. "
"¿Por qué es extraño? " preguntó Emma. "Suena como si fuera un hombre bastante honorable. "
Alex giró la cabeza hacia las dos primas y su expresión se despejó de repente. "Lo extraño era que para ser un hombre que parecía sentir tal indiferencia por su propio bienestar, tuvo un comportamiento bastante notable cuando fue herido. "
"¿Qué pasó? " preguntó Belle, con inquietud.
"El cirujano dijo que tendría que amputarle la pierna. Y debo decir que fue bastante insensible al respecto. John estaba todavía consciente, y la sanguijuela ni siquiera se molestó en hablarle a él directamente. Simplemente se giró hacia su ayudante y dijo, 'Tráigame el serrucho."
Belle se estremeció, imaginar a John Blackwood tan maltratado le resultó sorprendentemente doloroso.
"Se volvió loco," prosiguió Alex. "En mi vida he visto nada como aquello. Agarró al cirujano por la camisa y lo derribó hasta que quedaron nariz con nariz. Y considerando la enorme cantidad de sangre que había perdido, su apretón era increíblemente fuerte .Yo iba a intervenir, pero cuando oí su tono de voz, me contuve. "
"¿Qué dijo? " preguntó Belle, sentada ya al borde del sofá.
"No lo olvidaré nunca. Dijo: 'Si me corta la pierna, le juro por Dios, que lo encontraré y le cortaré la suya’ . El doctor lo dejó en paz. Dijo que lo abandonaría para que muriera si eso era lo que quería. "
"Pero no murió," dijo Belle.
"No, no lo hizo. Pero estoy seguro de que ese fue el final de sus días como soldado. Lo cual, probablemente, fue lo mejor. Era un soldado magnífico, pero siempre tuve la sensación de que detestaba la violencia. "
"Qué raro," murmuró Emma.
"Sí, bueno, era un hombre interesante. Me caía bastante bien. Tenía un excelente sentido del humor cuando decidía mostrarlo. Pero, por lo general, era bastante silencioso. Y poseía el más estricto sentido del honor que he visto jamás. "
"Bueno, Alex," bromeó Emma. "Nadie puede ser más honorable que tú. "
"Ah, mi leal y encantadora esposa." Alex se adelantó y depositó un beso sobre la frente de Emma.
Belle se dejó caer hacia atrás en su asiento. quería oír más sobre John Blackwood, pero no parecía haber ninguna forma cortés de pedirle a Alex que contara más sobre él. La irritó admitirlo, pero no podía negar que estaba muy interesada en ese hombre tan inusual.
Belle era muy práctica y pragmática, y siempre había rechazado de plano engañarse a si misma.
John Blackwood la había intrigado esa tarde, pero ahora que conocía un poco más de su historia, la tenía fascinada. Cada pequeño detalle de él, desde el arco de su ceja al modo en que el viento agitó su pelo ligeramente ondulado, de repente, cobró un nuevo sentido.
Y su insistencia en caminar adquirió mucho más sentido. Después de luchar tan ferozmente para salvar su pierna, era natural que quisiera usarla. Le había parecido un hombre de principios. Un hombre en el que se podía confiar, del que se podía depender. Un hombre cuyas pasiones fluían profundamente.
Belle estaba tan sorprendida por el giro de sus pensamientos, que, de hecho, sacudió la cabeza ligeramente. Emma notó el movimiento y le pregunto, "¿Te encuentras bien, Belle?”
"¿Qué? Oh, es solamente un pequeño dolor de cabeza. Más bien una punzada. Ya ha desaparecido. "
"Oh. "
"Probablemente es a causa de toda mi lectura," prosiguió Belle, aunque Emma parecía haber quedado totalmente convencida con la explicación anterior. "Tengo que esforzarme mucho para enfocar las palabras últimamente. Quizás debería hacer que me examinaran los ojos. "
Si a Emma le sorprendió la repentina admisión de su prima de que su vista no era exactamente la que debería ser, no lo mencionó. "Excelente. Hay un doctor muy bueno en el pueblo. Veremos lo que puede hacer. "
Belle sonrió y dio un sorbo a su té. Estaba helado. Y entonces Emma dijo algo maravilloso."¿Sabes lo que deberíamos hacer?" dijo a su marido. "Deberíamos invitar a este John Blake… "
"John Blackwood," la corrigió Belle, rápidamente.
"Lo siento, a ese John Blackwood a cenar. Con Belle aquí estaríamos emparejados para la cena y no tendremos que buscar por ahí a otra mujer para completar el número de invitados. "
Alex posó su taza. "Una idea excelente, mi amor. Creo que me gustaría renovar nuestra amistad. "
"Solucionado, entonces," dijo Emma, con tono resuelto. "Voy a enviarle una nota, ¿o prefieres ir tu mismo a invitarlo en persona?”
"Creo que iré. Estoy impaciente por verlo de nuevo, y además, sería una grosería de mi parte no ir teniendo en cuenta que me salvó la vida. "
Emma palideció. "¿Qué?”
Una comisura de la boca de Alex se alzó levemente en una sonrisa avergonzada. "Sólo una vez, mi amor, y no hay ninguna razón para preocuparse por ello ahora. "
La mirada que la pareja compartió en aquel momento fue tan tierna que resultaba casi doloroso para Belle mirarlos. Excusándose quedamente, se marchó del estudio y subió a su habitación donde las últimas páginas del Cuento del Invierno la esperaban.
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