Morgan Rice - El Destino De Los Dragones

Здесь есть возможность читать онлайн «Morgan Rice - El Destino De Los Dragones» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. ISBN: , Жанр: foreign_fantasy, Героическая фантастика, fantasy_fight, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Destino De Los Dragones: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Destino De Los Dragones»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

EL DESTINO DE LOS DRAGONES (Libro #3 de El Anillo del Hechicero) nos lleva más profundamente al viaje épico de Thor, para convertirse en un guerrero, en su viaje a través del Mar de Fuego a la Isla de la Niebla del dragón. Un lugar implacable, hogar de los guerreros de mayor élite del mundo, los poderes y habilidades de Thor se profundiza mientras entrena. También sus amistades se hacen más sólidas, ya que se enfrentan juntos a las adversidades, más allá de lo que podían imaginar. Pero al encontrarse frente a monstruos inimaginables, Los Cien pasan rápidamente de una sesión de entrenamiento a un asunto de vida o muerte. No todos sobrevivirán. En el camino, los sueños de Thor, junto con sus misteriosos encuentros con Argon, seguirán persiguiéndolo, para presionarlo para tratar de aprender más acerca de quién es, quién es su madre, y cuál es la fuente de sus poderes. ¿Cuál es su destino? De regreso al Anillo, las cosas se están poniendo mucho peor. Mientras Kendrick es enviado a prisión, Gwendolyn se encuentra en la posición de tratar de salvarlo, para salvar al Anillo mediante el derrocamiento de su hermano Gareth. Ella busca pistas del asesino de su padre junto con su hermano Godfrey, y en el camino, los dos se hacen más unidos para lograr su causa. Pero Gwendolyn se encuentra en peligro de muerte al presionar demasiado, y puede estar descontrolándose. Gareth intenta blandir la Espada de la Dinastía y aprende lo que significa ser rey, embriagarse con el abuso de poder.

El Destino De Los Dragones — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Destino De Los Dragones», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Finalmente, la docena de hombres llegó al centro de la sala, llevando la espada hacia la luz del sol, y la colocaron en las puntas de hierro. Cayó con un ruido metálico reverberante, el sonido viajaba en ondas por toda la habitación. El cuarto quedó totalmente en silencio.

La gente instintivamente se separó, abriendo paso para que Gareth caminara e intentara izarla.

Gareth lentamente se levantó de su trono, saboreando el momento, saboreando toda la atención. Podía sentir todos los ojos sobre él. Sabía que este momento nunca se repetiría, cuando el reino entero lo observara completamente, intensamente, analizando cada movimiento que hacía. Había vivido este momento tantas veces en su mente desde que él era niño, y ahora había llegado. Quería ir despacio.

Bajó los escalones del trono, uno a uno, saboreando cada paso. Caminaba por la alfombra roja, sintiendo la suavidad debajo de sus pies, acercándose más y más hacia el remiendo de luz del sol, hacia la espada. Mientras caminaba, era como entrar en un sueño. Se sentía fuera de sí mismo. Una parte de él sentía como si hubiera caminado por esta alfombra muchas veces antes, habiendo izado la espada un millón de veces en sus sueños. Lo hacía sentir que estaba destinado a levantarla, que caminaba hacia su destino.

Vio cómo sucedería en su mente: caminaría con audacia, y estiraría una sola mano y mientras sus súbditos se inclinaban, él repentina y dramáticamente la levantaría sobre su cabeza. Todos jadearían y se arrodillarían bajando la cabeza y lo declararían El Elegido, el rey más importante de los MacGil que alguna vez había gobernado, el que gobernaría para siempre. Todos llorarían de gusto al verlo. Se encogerían de miedo ante él. Agradecerían a Dios haber vivido en esta vida para presenciarlo. Lo adorarían como a un dios.

Gareth se acercó a la espada, a pocos centímetros y sintió que temblaba por dentro. Al entrar hacia la luz del sol, aunque había visto la espada muchas veces antes, se sintió sorprendido por su belleza. A él nunca se le había permitido acercarse tanto, y lo sorprendió. Fue intenso. Con una cuchilla larga brillante, hecha de un material que nadie había descifrado, tenía la empuñadura más adornada que alguna vez había visto, envuelta en un paño fino, de seda, con incrustaciones de joyas de todo tipo y blasonada con el escudo del halcón. Cuando dio un paso más, pasando sobre ella, sintió la poderosa energía que ésta irradiaba. Parecía palpitar. Apenas podía respirar. En un momento estaría en la palma de su mano. Muy por encima de su cabeza. Brillando en la luz del sol para que todo el mundo lo viera.

Él, Gareth, El Grandioso.

Gareth extendió la mano derecha y la colocó en la empuñadura, cerrando lentamente sus dedos alrededor de ella, sintiendo cada joya, cada contorno al asirla, electrificado. Una intensa energía irradiaba a través de la palma de su mano, su brazo, a través de su cuerpo. Fue muy distinto a todo lo que había sentido en su vida. Éste era su momento. Su momento para toda la vida.

Gareth no se arriesgaría: estiró el brazo y también puso la otra mano en la empuñadura. Cerró sus ojos, respiraba con dificultad.

Si agrada a los dioses, por favor, permítanme levantar esto. Denme una señal. Muéstrenme que soy el rey. Muéstrenme que estoy destinado a gobernar.

Gareth oró en silencio, esperando una respuesta, una señal, de cuándo era el momento perfecto. Pero pasaron los segundos, un total de diez segundos, todo el reino observaba y no escuchó nada.

Entonces, de repente, vio el rostro de su padre, frunciendo el ceño hacia él.

Gareth abrió los ojos lleno de terror, queriendo borrar la imagen de su mente. Su corazón latía aceleradamente, y sintió que era un terrible presagio.

Era ahora o nunca.

Gareth se inclinó, y con todas sus fuerzas, intentó levantar la espada. Luchó con todo lo que tenía, hasta que su cuerpo entero se estremeció, convulsionado.

La espada no se movió. Era como intentar mover los cimientos de la tierra.

Gareth lo intentó con más y más fuerza. Finalmente, estaba gimiendo y gritando visiblemente.

Momentos más tarde, se desplomó.

La hoja no se había movido un centímetro.

Un jadeo de sorpresa se extendió por toda la sala, mientras él caía al suelo. Varios asesores corrieron en su ayuda, comprobando si estaba bien, y violentamente los empujó. Avergonzado, se detuvo tratando de levantarse por sí mismo.

Humillado, Gareth miró alrededor hacia sus súbditos, a ver cómo lo verían ahora.

Ya se habían dado la vuelta, se estaban yendo de la habitación.

Gareth podía ver la decepción en sus rostros, podía ver que él era sólo otro fallido espectáculo ante sus ojos. Ahora todos sabían, todos y cada uno de ellos, que no era su verdadero rey. No era el MacGil destinado y escogido. No era nada. Un príncipe que había usurpado el trono.

Gareth sintió que ardía de vergüenza. Nunca se había sentido más solo que en ese momento. Todo lo que había imaginado, desde que era niño, había sido una mentira. Un delirio. Él había creído en su propia fábula.

Y ésta lo había aplastado.

CAPÍTULO SEIS

Gareth caminaba en su habitación, con su mente aturdida, sorprendió por su incapacidad para izar la espada, tratando de procesar las consecuencias. Se sentía entumecido. No podía creer cómo había sido tan tonto para intentar levantar la espada, la Espada de la Dinastía, que ningún MacGil había podido izar durante siete generaciones. ¿Por qué pensó que podía ser mejor que sus antepasados? ¿Por qué había supuesto que él sería diferente?

Él debió haberlo sabido. Debió ser cauteloso, nunca debería haberse sobreestimado. Debería haber estado contento con simplemente tener el trono de su padre. ¿Por qué tuvo que presionar?

Ahora todos sus súbditos sabían que no era El Elegido; ahora su gubernatura podría verse estropeada por esto; ahora tendrían más motivos para sospechar que él era el causante de la muerte de su padre. Vio que todo el mundo lo miraba diferente, como si fuera un fantasma andando, como si ya se estuvieran preparando para el siguiente rey.

Peor que eso, por primera vez en su vida, Gareth se sentía inseguro de sí mismo. Toda su vida, había visto claramente su destino. Estaba seguro de que él estaba destinado a tomar el lugar de su padre para gobernar y para empuñar la espada. Su confianza había sido sacudida hasta la médula. Ahora no estaba seguro de nada.

Lo peor de todo, no podía evitar ver esa imagen del rostro de su padre, justo antes de que él la levantara. ¿Esa había sido su venganza?

"Bravo", dijo una voz lenta y sarcástica.

Gareth se dio la vuelta, sorprendido de que alguien estuviera con él en esa habitación.

Reconoció la voz al instante; era una voz con la que estaba muy familiarizado desde hacía años, y a quien había llegado a despreciar. Era la voz de su esposa.

Helena.

Allí estaba ella, en un rincón de la habitación, observándolo mientras ella fumaba su pipa de opio. Inhalaba profundamente, sostenía, y lentamente exhalaba. Sus ojos estaban inyectados de sangre, y él pudo ver que había estado fumando demasiado tiempo.

"¿Qué haces aquí?" preguntó él.

"Esta es mi habitación nupcial después de todo", respondió ella. "Puedo hacer lo que quiera aquí. Yo soy tu esposa y tu reina. No lo olvides. Yo gobierno este reino tanto como tú. Y después de tu debacle de hoy, yo usaría el término gobernar, libremente, sin duda”.

La cara de Gareth se sonrojó. Helena había tenido siempre una forma de darle un golpe bajo, y en el momento más inoportuno. Él la detestaba más que a cualquier mujer en su vida. Difícilmente podría concebir que él hubiera accedido a casarse con ella.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Destino De Los Dragones»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Destino De Los Dragones» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Destino De Los Dragones»

Обсуждение, отзывы о книге «El Destino De Los Dragones» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x