Les dejé y eché andar hacia el coche de Ryan. La ambulancia y la grúa ya se habían ido, pero los coches patrulla seguían en su sitio, arrojando su titilante luz azul a través del terreno lleno de lodo. Me senté un momento, contemplé los centenares de huellas que habían dejado las pisadas de los enfermeros, los mecánicos, los policías, el patólogo y yo misma. El escenario del último desastre de Primrose.
Hice girar la llave del contacto y regresé a Bryson City con las mejillas bañadas en lágrimas.
Aquella noche, al comprobar los mensajes que tenía en el teléfono, encontré uno de Lucy Crowe. Le devolví la llamada y le conté todo lo que sabía de Primrose Hobbs, acabé con nuestra cita en el aparcamiento del depósito el domingo por la mañana.
– ¿Y ese pie y toda la documentación han desaparecido?
– Eso me dijeron. Primrose fue probablemente la última persona que los vio.
– Parker Davenport le dijo que ella firmó la salida de ese material. ¿Firmó también cuando devolvió el material?
– Buena pregunta.
– Hábleme de la seguridad.
– Todo el personal del DMORT y del Departamento del Forense posee credenciales de identificación, al igual que la gente de su departamento y del Departamento de Policía de Bryson City que trabaja en tareas de seguridad. Un guardia comprueba las credenciales de identificación en la valla que rodea el perímetro del depósito y dentro hay una hoja donde se firma la entrada y la salida del recinto. Todos los días llevas en tu credencial un punto de color diferente que representa un código específico.
– ¿Por qué?
– En caso de que alguien consiga manipular la credencial, no tiene forma de saber qué color utilizarán ese día.
– ¿Y después del trabajo?
– Ahora probablemente en el depósito hay una dotación más reducida, en su mayor parte personal encargado de archivos e informática, y algo de personal médico. Por la noche no queda nadie, excepto su ayudante o un policía de Bryson City.
Recordé al vicegobernador y la cinta de vídeo.
– En la puerta principal hay una cámara de vigilancia.
– ¿Qué puede decirme de los ordenadores?
– Cada usuario VIP posee una contraseña y sólo un número restringido de personas puede entrar o borrar los datos.
– Suponiendo que Hobbs lo hubiese devuelto, ¿dónde hubiese estado ese pie?
– Al acabar cada jornada todo el material se lleva a camiones frigoríficos con un cartel de «sin procesar», «en proceso» o «identificado», según cada caso. Todos y cada uno de los casos se localizan mediante un sistema de búsqueda informático.
– ¿Sería muy difícil entrar en el sistema?
– Hay crios del instituto que han conseguido entrar en el sistema informático del Pentágono.
Oía una conversación distante, como voces que se filtran a través de un agujero en el espacio.
– Sheriff, creo que Primrose Hobbs fue asesinada a causa de ese pie.
– O podría tratarse de un espécimen biológico.
– Una mujer examina un objeto que es motivo de disputas, ese objeto desaparece y la mujer es encontrada muerta tres días más tarde. Si no hay relación entre ambos hechos que baje Dios y lo vea.
– Estamos considerando todas las posibilidades.
– ¿Se sabe por qué nadie informó de su desaparición?
– Por lo visto una parte de la operación se está trasladando a Charlotte. Cuando Hobbs no se presentó en el depósito el lunes, sus compañeros pensaron que había ido allí. Los tíos de Charlotte supusieron que aún se encontraba en Bryson City. Ella solía llamar por teléfono a su hijo los sábados, de modo que él no podía saber que algo andaba mal.
Me pregunté por el hijo de Primrose. ¿Estaba casado? ¿Tendría hijos? ¿En el ejército? ¿Gay? ¿Estaban unidos madre e hijo? En ocasiones, mi trabajo me convierte en la portadora de las noticias más terribles. En una sola visita, las familias quedan hechas pedazos, sus vidas alteradas para siempre. Pete había dicho que la mayoría de los oficiales de marina en la época de la guerra de Vietnam preferían entrar en combate con el enemigo que visitar un hogar de Estados Unidos para entregar una notificación de muerte. Compartía esos sentimientos de todo corazón.
Imaginé el rostro del hijo, inexpresivo al principio, confundido. Luego, al asimilarlo, la angustia, la tristeza y el dolor de una herida abierta. Cerré los ojos, en ese momento compartía su desesperación.
– Me dejé caer por el Riverbank Inn.
La voz de Crowe me devolvió a la realidad.
– Después de marcharme del puerto fui a hablar un rato con Ralph y Brenda -dijo-. Reconocieron que no habían visto a Hobbs desde el domingo, pero no lo consideraron extraño. Durante su estancia en el motel se había marchado dos veces sin avisar, de modo que esta vez supusieron que se había vuelto a marchar.
– ¿Marcharse adónde?
– Pensaron que había ido a visitar a su familia.
– ¿Y?
– Su habitación indicaba otra cosa. Todo seguía allí, el cepillo de dientes, el hilo dental, la crema para la cara, las cosas que una mujer lleva cuando viaja. Su ropa seguía en el armario, la maleta estaba abierta debajo de la cama. En la mesilla de noche encontramos la medicación que tomaba para la artritis.
– ¿Bolso? ¿Llaves del coche?
– Nada. Parece que se marchó de la habitación por su cuenta, pero no pensaba pasar la noche fuera.
Crowe escuchó con atención cuando le describí mi visita al motel, sin escatimar ningún detalle excepto mis intentos de irrumpir por la fuerza en la habitación de Primrose.
– ¿Por qué supone que Ralph entró en su habitación?
– Su intuición puede haber sido acertada. Curiosidad. O tal vez sabe más de lo que dice. Tal vez quería sacar algo de la habitación. Aún no lo sé, pero estaremos vigilando al señor Stover. También hablaremos con cualquiera que conociera a la víctima, buscaremos testigos que pudieran haberla visto durante el tiempo que estuvo desaparecida. Ya conoce la rutina.
– Reunir a los sospechosos habituales.
– En el condado de Swain no son muchos.
– ¿Había alguna cosa en su habitación que aclarase adónde podría haber ido? ¿Una dirección? ¿Un mapa? ¿Algún comprobante de peaje?
Se oyó un zumbido en la línea.
– Encontramos dos números junto al teléfono.
Mientras leía los dígitos se me hizo un nudo en el estómago.
El primero de los números correspondía a High Ridge House. El segundo al móvil que llevaba sujeto en el cinturón.
Una hora más tarde estaba acostada en la cama tratando de clasificar y evaluar la información que tenía.
Hecho: el pie misterioso no pertenecía a Daniel Wahnetah. Posibilidad: el pie procedía de un cadáver en la casa amurallada. La mancha de tierra contenía ácidos grasos volátiles. Algo se había descompuesto en ese lugar. Posibilidad: el pie procedía del vuelo 228 de TransSouth Air. Recipientes con muestras y otras partes del cuerpo con problemas habían sido recuperadas cerca del lugar del accidente.
Hecho: el pie y el dossier completo habían desaparecido. Posibilidad: Primrose Hobbs había conservado ese material. Posibilidad: Primrose Hobbs había devuelto el material, que luego fue sustraído por otra persona.
Hecho: los restos de Jean Bertrand y Pepper Petricelli no habían sido identificados. Posibilidad: ninguno de ellos estaba en el avión. Posibilidad: tanto el detective como su prisionero estaban a bordo del aparato y sus cuerpos fueron pulverizados por la explosión.
Hecho: Jean Bertrand era ahora un sospechoso.
Hecho: un testigo afirmaba haber visto a Pepper Petricelli al norte del estado de Nueva York. Posibilidad: Bertrand se había pasado al otro bando. Posibilidad: Bertrand había sido asesinado.
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