John Katzenbach - La Historia del Loco

Здесь есть возможность читать онлайн «John Katzenbach - La Historia del Loco» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Historia del Loco: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Historia del Loco»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Han pasado veinte años desde que el Western State Hospital cerró sus puertas y sus últimos pacientes se reintegraron a la sociedad.
Francis Petrel tenía poco más de veinte años cuando su familia lo recluyó en el psiquiátrico tras una conducta imprevisible que culminó en una crisis.
Ahora, alcanzada la mediana edad, lleva una vida sin rumbo y solitaria, alojado en un piso barato y permanentemente medicado para acallar el coro de voces en su cabeza.
Pero un reencuentro en los terrenos de la clausurada institución remueve algo profundo en la mente agitada de Francis: unos recuerdos sombríos, que él creía haber enterrado, sobre los truculentos hechos que condujeron al cierre del Western State Hospital, y el asesinato sin resolver de una joven enfermera, cuyo cadáver mutilado fue encontrado una noche después del cierre de las luces.
Aunque la policía sospechó de un paciente, los internos siempre hablaron de un "ángel" y el crimen quedó sin resolver. Sólo ahora, con la reaparición del asesino, se conocerá la respuesta.
Introduciéndose en la impredecible mente de Francis, John Katzenbach demuestra su gran conocimiento del lado oscuro de la psique humana y su destreza para provocar la tensión en el lector, tal y como hiciera en El psicoanalista.

La Historia del Loco — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Historia del Loco», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Francis levantó los brazos para protegerse.

El larguirucho soltó una especie de grito de guerra, se enderezó, sacó el pecho hundido, agitó los brazos por encima de la cabeza y, cuando parecía a punto de abalanzarse sobre Francis, otra voz resonó en la habitación.

– ¡Quieto ahí!

El hombre vaciló un instante y se volvió hacia la voz.

– ¡No te muevas!

Francis seguía pegado a la pared y con los ojos cerrados.

– ¿Qué estás haciendo?

– Pero es él -aseguró el hombre a quienquiera que hubiera entrado en el dormitorio, y pareció encogerse.

– ¡No, no lo es! -fue la respuesta.

Y Francis vio que su salvador era el hombre que había conocido los primeros minutos que estuvo en el hospital.

– ¡Déjalo en paz!

– ¡Pero es él! ¡Lo supe en cuanto lo vi!

– Eso me dijiste a mí cuando llegué. Es lo que dices a todos los nuevos.

Eso hizo dudar al hombre alto.

– ¿En serio? -preguntó.

– Sí.

– Todavía creo que es él -insistió pero, de modo extraño, la vehemencia había desaparecido de su voz, sustituida por la duda-. Estoy bastante seguro -añadió-. Podría serlo, no hay duda. -A pesar de la convicción que contenían esas palabras, su voz reflejaba incertidumbre.

– Pero ¿por qué? -preguntó el otro-. ¿Por qué estás tan seguro?

– Es que cuando entró me pareció tan claro… Lo estaba observando y… -Su voz se fue apagando-. Quizás esté confundido.

– Creo que estás equivocado.

– ¿De veras?

– Sí.

El otro avanzó, sonriendo de oreja a oreja. Pasó junto al hombre alto.

– Bueno, Pajarillo, veo que ya te has instalado.

Francis asintió.

– Larguirucho, te presento a Pajarillo -dijo entonces-. Lo conocí el otro día en el edificio de administración. No es la persona que tú crees, como yo tampoco lo era cuando me viste por primera vez. Te lo aseguro.

– ¿Cómo puedes estar tan seguro? -preguntó el hombre alto.

– Bueno, lo vi llegar y vi su tablilla, y te prometo que, si fuera el hijo de Satán y hubiera sido enviado a hacer el mal en el hospital, habría estado anotado ahí, porque estaban todos los demás detalles. Ciudad natal. Familia. Dirección. Edad. Todo. Pero no que fuera el anticristo.

– Satán es un gran impostor. Su hijo debe de ser igual de astuto. Tal vez se esconda. Incluso de Tomapastillas.

– Puede. Pero había un par de policías conmigo y seguro que ellos sabrían reconocer al hijo de Satán. Les entregan volantes y notas informativas, y esas fotografías que se ven en las oficinas de correos. Ni siquiera el hijo de Satán podría engañar a dos policías estatales.

El hombre alto escuchó atentamente esta explicación. Después, se volvió hacia Francis.

– Lo siento. Al parecer, me equivoqué. Ahora me doy cuenta de que no eres la persona que estoy buscando. Te ruego que aceptes mis más sinceras disculpas. La vigilancia es nuestra única defensa contra el mal. Hay que tener mucho cuidado, ¿sabes? Todos los días, a todas horas. Es agotador, pero del todo necesario…

– Sí-corroboró Francis, que por fin logró ponerse en pie-. Por supuesto. No pasa nada.

El hombre alto le estrechó la mano con entusiasmo.

– Encantado de conocerte, Pajarillo. Eres generoso. Y es evidente que educado. Siento de veras haberte asustado.

A Francis, aquel hombre le pareció de repente dócil y servicial. Sólo se veía viejo, andrajoso, un poco como una revista antigua que ha estado demasiado tiempo sobre una mesa.

– Me llaman Larguirucho. -Se encogió de hombros-. Me paso aquí la mayor parte del tiempo.

Francis asintió.

– Yo soy…

– Pajarillo -le interrumpió el otro-. Aquí nadie usa su auténtico nombre.

– El Bombero tiene razón, Pajarillo -aseguró Larguirucho, y asintió con la cabeza-. Apodos, abreviaturas y cosas así.

Se giró y cruzó de nuevo la habitación con rapidez para echarse en la cama y volver a mirar el techo.

– No es mala persona, y creo que es realmente, palabra que no puede usarse demasiado en este sitio, inofensivo -aseguró el Bombero-. A mí me hizo exactamente lo mismo el otro día. Gritó, me señaló y se comportó como si fuera a acabar conmigo para proteger a la sociedad de la llegada del anticristo, del hijo de Satán o de quien sea. Cualquier demonio extraño que pudiera venir a parar aquí por casualidad. Se lo hace a todos los novatos. Y no está del todo loco, si lo piensas bien. En este mundo hay mucha maldad, imagino que tendrá que salir de alguna parte. Quizá sea mejor estar atento, como él dice, incluso aquí.

– Gracias de todos modos -dijo Francis. Se estaba calmando, como un niño que cree haberse perdido pero ve una referencia que le permite ubicarse-. Pero no sé tu nombre…

– Ya no tengo nombre. -Lo dijo con un ligero tono de tristeza que concluyó con una medio sonrisa irónica teñida de pesar.

– ¿Cómo es posible que no tengas nombre?

– Tuve que renunciar a él. Es lo que me trajo aquí.

Eso no tenía demasiado sentido para Francis.

– Perdona. -El hombre sacudió la cabeza, divertido-. La gente ha empezado a llamarme el Bombero porque es lo que era antes de llegar al hospital. Apagaba incendios.

– Pero…

– Bueno, tiempo atrás mis amigos me llamaban Peter. Así que soy Peter el Bombero. Con eso tendrá que bastarte, Pajarillo.

– De acuerdo.

– Creo que descubrirás que aquí el sistema de nombres facilita un poco las cosas. Ya has conocido a Larguirucho, que es un apodo evidente para alguien con un aspecto como el suyo. Y te han presentado a los hermanos Moses, aunque todo el mundo los llama Negro Grande y Negro Chico, lo que de nuevo parece una elección adecuada.

Y Tomapastillas, que es más fácil de pronunciar que Gulptilil y más acorde con su forma de enfocar el tratamiento. ¿A quién más has visto?

– A las enfermeras, la señorita…

– Ah, ¿la señorita Caray y la señorita Pincha?

– Wright y Winchell.

– Exacto. Y también hay otras, como la enfermera Mitchell, que es la enfermera Bicha, y la enfermera Smith, que es la enfermera Huesos porque se parece un poco a Larguirucho, y Rubita, que es bastante bonita. Hay un psicólogo llamado Evans, apodado señor del Mal, al que conocerás pronto porque este dormitorio está más o menos a su cargo.

Y el nombre de la repugnante secretaria de Tomapastillas es señorita Lewis, pero alguien la apodó señorita Deliciosa. Al parecer, ella no lo soporta, pero no puede hacer nada al respecto, porque se le ha aferrado tanto como esos jerséis que le gusta llevar. Se ve que es de cuidado. Puede resultarte un poco confuso, pero lo pillarás en un par de días.

Francis echó un vistazo alrededor.

– ¿Está loca toda la gente que hay aquí? -susurró.

– Es un hospital para locos, Pajarillo, pero no todo el mundo lo está -respondió el Bombero a la vez que meneaba la cabeza-. Algunos son sólo viejos y seniles, lo que les hace parecer un poco extraños. Otros son retrasados, así que resultan lentos, pero qué los trajo aquí exactamente es un misterio para mí. Algunos parecen sólo deprimidos. Otros oyen voces. ¿Oyes tú voces, Pajarillo?

Francis no supo cómo responder, pues en su interior se inició un debate; oía discusiones cruzadas, como varias corrientes eléctricas entre polos.

– No quiero decirlo -contestó al fin.

– Hay cosas que es mejor guardarse para uno mismo -asintió el Bombero. Rodeó a Francis con el brazo y lo condujo hacia la puerta-. Ven, te enseñaré lo que hay que ver de nuestro nuevo hogar.

– ¿Oyes tú voces, Peter?

– No. -Negó con la cabeza.

– ¿No?

– No. Pero tal vez me iría bien oírlas -respondió. Sonreía al hablar, con una ligerísima curva en las comisuras de los labios, de un modo que Francis reconocería muy pronto y que parecía reflejar el carácter del Bombero, porque era la clase de persona que sabía ver tanto la tristeza como el humor en cosas que los demás considerarían carentes de significado.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Historia del Loco»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Historia del Loco» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Historia del Loco»

Обсуждение, отзывы о книге «La Historia del Loco» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x