John Katzenbach - El Hombre Equivocado

Здесь есть возможность читать онлайн «John Katzenbach - El Hombre Equivocado» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Hombre Equivocado: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Hombre Equivocado»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ashley Freeman, estudiante de historia del arte en Boston, tiene una relación de una noche con un desconocido llamado Michael O'Connell. Al principio prece tratarse simplemente de un admirador insistente, pero poco a poco O'Connell, un ingenioso hacker, va entrando en la vida no sólo de Ashley sino también de su padre, un serio profesor universitario, y de su madre, una prestigiosa abogada, demostrando ser un psicópata obsesionado por controlar la vida de Ashley. Todo se convierte en una pesadilla. No hay posibilidad de disuadirlo: ni los sobornos ni las amenazas lo detienen. Y cuando el investigador asignado al caso aparece muerto, la familia entera entiende que se enfrenta a algo mucho más serio de lo que han imaginado.

El Hombre Equivocado — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Hombre Equivocado», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Por qué crees que lo entendió así?

– Algo en el tono o el lenguaje, supongo.

– ¿Y qué ponía exactamente? -dijo Hope, algo exasperada ya.

Sally consideró la respuesta antes de darla, la cautela típica de una abogada.

– Parecía, no sé, una carta posesiva. Y tal vez un poco maníaca. Ya sabes, del tipo «si no puedo tenerte, no te tendrá nadie». También cabe que la imaginación de Scott se haya disparado sin fundamento real.

Hope asintió. Eligió sus palabras con cuidado.

– Probablemente tienes razón. Pero… -añadió lentamente- ¿no sería un error de juicio aún mayor subestimar una carta así?

– ¿Crees que Scott hizo bien en preocuparse?

– No he dicho eso. He dicho que ignorar algo no suele ser una respuesta adecuada.

Sally sonrió.

– Ahora pareces una consejera vocacional.

– Me dedico a eso. Así que probablemente no sea tan malo que en una ocasión como ésta hable como tal.

Sally hizo una pausa.

– No pretendía que esto fuera un motivo de discusión.

Hope asintió.

– Ya.

– A veces parece que cada vez que surge el nombre de Scott acabamos discutiendo por una cosa u otra -dijo Sally-. Incluso después de tantos años.

Hope sacudió la cabeza.

– Bien, pues no hablemos de Scott. Quiero decir, después de todo, no ha sido parte importante de nuestra relación, ¿no? Pero sigue siendo una parte importante de la vida de Ashley, así que deberíamos tratar con él en ese contexto. De todas maneras, aunque Scott y yo no nos caigamos demasiado bien, eso no significa que yo lo considere necesariamente un chalado.

– Me parece justo -respondió Sally-. Pero la carta…

– ¿Has visto a Ashley distraída o distante o algo fuera de lo habitual últimamente?

– Lo sabes tan bien como yo. La respuesta es no. ¿Tú has notado algo?

– No soy buena reconociendo tensiones emocionales en las mujeres jóvenes -dijo Hope, aunque sabía que sí lo era.

– ¿Y qué te hace pensar que yo lo soy? -repuso Sally.

Hope se encogió de hombros. Toda la conversación estaba saliendo mal, y no sabía si era culpa suya. Miró a Sally, sentada al otro lado de la mesa, y pensó que entre ellas había una tensión indefinida. Era como ver jeroglíficos tallados en piedra. Hablaban un lenguaje que debería ser claro, pero se les escapaba de las manos.

– La última vez que Ashley estuvo aquí, ¿notaste algo diferente?

Mientras Hope esperaba que Sally contestara, repasó la última visita de Ashley: había traído su habitual alegría y confianza, y un millón de planes a la vez. Hope pensaba que a veces estar junto a ella era como intentar agarrar una hoja en medio de un huracán. Para ella simplemente tenía una velocidad natural.

Sally sacudió la cabeza y sonrió.

– No lo sé -dijo-. Hizo esto y aquello y se reunió con unos y otros. Amigas del instituto a quienes no veía desde hacía años. Me pareció que no tenía ni un momento para su aburrida y vieja madre. Ni para la aburrida y vieja compañera de su madre. Ni, supongo, para su aburrido y viejo padre.

Hope asintió.

Sally se levantó de la mesa.

– Bien, ya veremos qué ocurre. Si Ashley tiene un problema, acabará por llamar y pedir consejo o ayuda o lo que sea. No hagamos de esto un mundo. Lo cierto es que lamento haber sacado el tema. Si Scott no hubiera estado tan trastornado… Bueno, trastornado no. Preocupado. Creo que se está volviendo un poco paranoico con la vejez. Demonios, nos pasa a todos, ¿no? Y Ashley, bueno, tiene toda esa energía. Lo mejor es hacerse a un lado y dejarla encontrar su propio camino.

Hope asintió.

– Hablas como una madre sabia -dijo. Empezó a retirar los platos, pero cuando fue a coger una delicada copa de vino, el cristal se le rompió en la mano, y un trozo de la base se hizo añicos contra el suelo. Se miró la mano: la yema del índice le sangraba. Durante un instante vio la sangre acumularse y luego gotearle por la palma, cada gota aflorando por el corte, sincronizada con los latidos de su corazón.

Vieron un poco la tele, y luego Sally dijo que iba a acostarse. Fue un anuncio, no una invitación, ni siquiera acompañada por el habitual beso en la mejilla. Hope apenas levantó la cabeza del trabajo que estaba corrigiendo, pero le preguntó si podía asistir a un partido o dos en las semanas venideras. Sally no dijo nada mientras subía las escaleras hacia el dormitorio que compartían en la primera planta.

Hope se acomodó en un lado del sofá, vio cómo An ó nimo se le acercaba, y luego, al oír el agua corriendo en el lavabo del dormitorio, dio un par de golpecitos con la mano en el asiento junto a ella, invitando al chucho a tumbarse a su lado. Nunca hacía esto delante de Sally, quien desaprobaba las confianzas de An ó nimo con los sillones. A Sally le gustaba que los roles de todo el mundo estuvieran bien definidos: los perros en el suelo, las personas en los asientos. El menor desorden posible. Era la abogada que habitaba en ella. Su trabajo consistía en solucionar las confusiones y el desorden e imponer la razón y el orden. Formular reglas y parámetros, fijar rumbos de acción y definir las cosas.

Hope no estaba tan segura de que organización significara libertad.

Le gustaba cierta improvisación en la vida, y tenía lo que consideraba una vena ligeramente rebelde.

Acarició a An ó nimo, que sacudió la cola poniendo los ojos en blanco. Hope oyó a Sally arriba y luego vio que la sombra proyectada por la luz del dormitorio desaparecía del hueco de la escalera.

Echó la cabeza atrás y pensó que era posible que su relación estuviera atravesando una etapa más baja de lo que imaginaba, aunque no sabía exactamente por qué. Durante gran parte del último año había observado que Sally parecía estar con la mente en otra parte, todo el tiempo. ¿Se podía dejar de estar enamorada tan rápidamente como se llegaba al enamoramiento? Resopló despacio y cambió los temores que le despertaba su compañera por los temores que despertaba Ashley.

No conocía bien a Scott y sólo había hablado con él media docena de veces en casi quince años, cosa que, admitió, era poco corriente. Sus impresiones se debían principalmente a Sally y Ashley, pero no le parecía la clase de hombre que se obsesiona por algo, sobre todo por algo tan trivial como una carta de amor anónima. En su trabajo, tanto como entrenadora como consejera estudiantil de una escuela privada, Hope había visto muchas relaciones extrañamente peligrosas, así que tenía tendencia a la cautela.

Volvió a acariciar a An ó nimo, que esta vez apenas se movió.

Era una tontería, pensó, que alguien con su capacidad de persuasión recelara de todos los hombres. Pero, por otro lado, era consciente del daño que podían hacer las emociones desbocadas, sobre todo a los jóvenes.

Miró el techo, como si pudiera ver a través de la madera y la escayola y saber qué estaba pensando Sally en la cama. Sabía que su compañera tenía problemas para conciliar el sueño. Y cuando lo conseguía, se agitaba, daba vueltas y parecía preocupada en sueños.

Se preguntó si Ashley tendría los mismos problemas para dormir. Probablemente era conveniente averiguarlo. Pero cómo averiguar las causas se le escapaba. Hope ignoraba que más o menos el mismo dilema mantenía despierto a Scott en ese preciso momento.

Boston tiene una singular cualidad camaleónica que la diferencia de otras ciudades. En las brillantes mañanas de verano parece estallar de energía e ideas. Respira cultura y educación, constancia, historia. Una sensación intensa que promete muchas posibilidades. Pero cuando cae la niebla procedente de la bahía o cuando hay un regusto a escarcha en el aire o el sucio residuo de la nieve mancha las calles, Boston se convierte entonces en un sitio frío e inhóspito, con una afilada dureza propia de un lugar mucho más sombrío.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Hombre Equivocado»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Hombre Equivocado» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Katzenbach - La Guerra De Hart
John Katzenbach
John Katzenbach - Juegos De Ingenio
John Katzenbach
libcat.ru: книга без обложки
John Katzenbach
John Katzenbach - Juicio Final
John Katzenbach
John Katzenbach - Just Cause
John Katzenbach
John Katzenbach - The Wrong Man
John Katzenbach
John Katzenbach - La Sombra
John Katzenbach
John Katzenbach - W słusznej sprawie
John Katzenbach
John Katzenbach - La Historia del Loco
John Katzenbach
John Katzenbach - El psicoanalista
John Katzenbach
John Katzenbach - Opowieść Szaleńca
John Katzenbach
John Katzenbach - The Madman
John Katzenbach
Отзывы о книге «El Hombre Equivocado»

Обсуждение, отзывы о книге «El Hombre Equivocado» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x