Nicci French - Un amor dulce y peligroso

Здесь есть возможность читать онлайн «Nicci French - Un amor dulce y peligroso» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un amor dulce y peligroso: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un amor dulce y peligroso»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Alice Loudon tiene veintitantos años, se lleva de maravilla con su pareja y comparten un grupo de amigos muy enrollados. Pero una mañana cualquiera, al cruzar la calle en pleno centro de Londres, su mirada se clava en la de Adam Tallis, un famoso escalador que salvó a varias personas en una accidentada expedición al Himalaya. A partir de ese instante, es como si Alice viviese en un sueño permanente. Convencida de haber encontrado el amor de su vida, se entrega a una aventura erótica que lo justifica todo. Sin embargo, a medida que el amor de Adam se vuelve una obsesión posesiva, Alice comienza a darse cuenta de lo poco que conoce de verdad a ese hombre que le ha hecho perder la cabeza y, sobre todo, de lo difícil que será romper esta extraña relación

Un amor dulce y peligroso — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un amor dulce y peligroso», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Espero que te encuentres bien esta noche -terció Jake. Lo miré, desconcertada-. ¿No te acuerdas, tonta? Hemos quedado con la Panda en Stoke Newington para comer curry. Y luego hay una fiesta, si nos apetece. Con baile.

– Fantástico -dije.

Mordisqueé un poco de pan de ajo. La madre de Jake no me quitaba los ojos de encima.

Después de comer fuimos todos a dar un paseo por Richmond Park, entre los dóciles rebaños de ciervos, y luego, cuando empezaba a oscurecer, Jake y yo volvimos a casa. Él fue a comprar leche y pan, y yo saqué una tarjeta vieja de Interflora de mi cartera, con el número de teléfono de Adam escrito en el dorso. Fui al teléfono, descolgué el auricular y marqué los tres primeros dígitos. Colgué el auricular y me quedé allí de pie, resoplando. Rompí la tarjeta en pedacitos y la eché al váter. Tiré de la cadena, pero algunos pedazos no desaparecieron. Presa de pánico, llené un cubo de agua y la tiré por el váter. Pero no importaba, porque me acordaba del número. Entonces oí a Jake, que llegaba silbando por la escalera con la compra; me dije que aquello era lo peor. Pero las cosas mejorarían poco a poco. Era cuestión de esperar.

Cuando llegamos al restaurante indio ya estaban todos. En la mesa había una botella de vino y varios vasos de cerveza, y a la luz de las velas todas las caras parecían alegres y amables.

– ¡Jake! ¡Alice! -gritó Clive desde uno de los extremos de la mesa.

Me senté en el otro extremo, al lado de Jake, con el muslo pegado al suyo, pero Clive me hizo señas con la mano para que me acercara.

– La llamé -dijo.

– ¿A quién?

– A Gail -contestó él, ligeramente indignado-. Me dijo que sí. Hemos quedado la semana que viene para ir a tomar algo.

– ¿Lo ves? -dije, intentando aparentar que lo estaba pasando en grande-. Creo que voy a montar un consultorio sentimental.

– Estuve a punto de proponerle que viniera esta noche. Pero luego pensé que la Panda al completo quizá fuera demasiado para ella en una primera cita.

Eché un vistazo a la mesa.

– A veces la Panda al completo es demasiado incluso para mí.

– Vamos, Alice. ¡Pero si eres el alma de la fiesta!

– Pues qué fiesta tan deprimente.

Me senté al lado de Sylvie. Delante tenía a Julie y a un hombre al que no conocía. Sentada junto a Sylvie estaba Pauline, la hermana de Jake, y a su lado Tom, su marido. Pauline me miró y me saludó con una sonrisa; creo que es mi amiga más íntima, y yo llevaba un par de días intentando no pensar en ella. Le devolví la sonrisa.

Me puse a picar del bhaji de cebolla de otro y me concentré en lo que me contaba Sylvie sobre un hombre con el que había estado saliendo, o, para ser más exactos, sobre lo que habían estado haciendo en la cama, o en el suelo. Encendió otro cigarrillo y le dio una honda calada.

– Por lo visto los hombres no entienden que cuando les ponemos las piernas sobre los hombros para que lleguen más hondo nos pueden hacer daño. Anoche, cuando lo hice con Frank, creí que me iba a arrancar el DIU. Pero la experta en DIU eres tú -añadió con un tono profundamente analítico.

Sylvie era la única persona que conocía que satisfacía mi curiosidad respecto a lo que hacen los demás en la cama. Generalmente yo me resistía a responder aportando mis confesiones. Y ahora más que nunca.

– Creo que debería presentarte a nuestros diseñadores -dije-. Podrías hacer las pruebas de carretera de nuestro nuevo DIU.

– ¿Las pruebas de carretera? -dijo Sylvie esbozando una sonrisa lasciva y exhibiendo sus blancos dientes, que contrastaban con el rojo intenso del lápiz de labios-. Una noche con Frank es como el rally de Montecarlo. Ayer estaba tan irritada que en el trabajo casi no me podía sentar. Tendría que quejarme, pero Frank se lo tomaría como un cumplido encubierto, y no es ésa mi intención. Estoy segura de que tú te las ingenias mucho mejor que yo para conseguir lo que quieres. Sexualmente, claro.

– No lo sé -repuse, y miré alrededor para ver si alguien estaba escuchando nuestra conversación.

Cuando Sylvie se ponía a hablar, tenía una habilidad especial para lograr que en la mesa -y, podríamos decir, que incluso en todo el local-se hiciera un silencio absoluto. Yo prefería charlar con ella en sitios donde no hubiera ningún riesgo de que nos oyeran. Me serví otra copa de vino tinto y me bebí la mitad de un sorbo. A aquel ritmo, y con el estómago prácticamente vacío, no tardaría en emborracharme. Quizá así me sintiera un poco mejor. Me puse a leer la carta.

– Yo tomaré… -No terminé la frase. Me había parecido ver a alguien por la ventana, un hombre con una chaqueta de piel negra. Pero cuando volví a mirar a la calle, no había nadie. Claro que no-. Creo que pediré un plato de verdura -dije.

Noté sobre mi hombro la mano de Jake, que se había acercado a nuestro extremo de la mesa. Él quería estar cerca de mí, pero su presencia se me hacía casi insoportable. Tuve el absurdo impulso de contárselo todo. Apoyé la cabeza en su hombro y bebí un poco más de vino. Reía cuando los demás reían y asentía con la cabeza cuando creía que la entonación de una frase exigía una reacción. Si pudiera verlo una vez más, sería capaz de soportarlo, me dije. Allí fuera había alguien. No podía ser él, evidentemente, pero fuera, en la calle, había alguien con una chaqueta oscura. Miré a Jake. Hablaba animadamente con Sylvie sobre una película que ambos habían visto la semana anterior.

– No, él sólo fingía que lo hacía -dijo Jake.

Me levanté, haciendo mucho ruido al arrastrar la silla.

– Perdonadme. Voy al lavabo. Vuelvo enseguida.

Fui hasta el fondo del restaurante, donde estaba la escalera que conducía a los lavabos, y eché una ojeada hacia atrás. Nadie me miraba: todos se miraban unos a otros, hablando y bebiendo. Formaban un grupo muy jovial. Me escabullí por la puerta del restaurante hacia la calle. Hacía tanto frío que al salir se me cortó la respiración. Miré alrededor. Allí estaba, unos metros más abajo, junto a una cabina telefónica. Esperando.

Corrí hasta él.

– ¿Cómo te atreves a seguirme? -susurré-. ¿Qué te has creído?

Entonces lo besé. Apreté la cara contra su cara, los labios contra sus labios, lo rodeé con los brazos y me apreté contra él. Él me acarició el cabello y me inclinó la cabeza hacia atrás hasta que lo miré a los ojos, y entonces dijo:

– No pensabas llamarme, ¿verdad? -Me empujó contra la pared y volvió a besarme.

– No -dije-. No, no puedo. No puedo hacer esto. -Pero sí, sí puedo.

– Sí puedes -dijo él.

Me metió en la cabina telefónica, me desabrochó el abrigo y deslizó una mano bajo mi camisa para acariciarme los pechos. Gemí y eché la cabeza hacia atrás, y él me besó el cuello, rascándome con la barbilla.

– Tengo que volver -dije, sin separarme de él-. Iré a verte a tu apartamento, te lo prometo.

Adam retiró la mano de mis pechos, me la puso en la pierna, y luego subió hasta mis bragas, y noté que me metía un dedo dentro.

– ¿Cuándo? -me preguntó mirándome a los ojos.

– El lunes -dije, jadeando-. El lunes por la mañana, a las nueve.

Adam me soltó y levantó la mano. Con mucha parsimonia, para que yo lo viera, se metió el reluciente dedo en la boca y se lo chupó.

* * *

El domingo pintamos la habitación donde yo iba a instalar mi estudio. Me até el cabello con un pañuelo y me puse unos vaqueros viejos de Jake, pero me manché las manos y la cara de pintura verde manzana. Comimos tarde, y luego vimos una película antigua que daban por la televisión, cogidos del brazo en el sofá. Me acosté temprano, después de darme un baño de una hora, y le dije a Jake que todavía me dolía un poco el estómago. Después, cuando Jake se metió en la cama, fingí que dormía, aunque permanecí despierta durante horas. Planeé lo que iba a ponerme. Pensé en cómo lo abrazaría, cómo estudiaría su cuerpo, cómo seguiría el trazado de sus costillas y de sus vértebras, cómo tocaría sus carnosos y blandos labios con el dedo. Me sentía aterrorizada.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un amor dulce y peligroso»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un amor dulce y peligroso» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Marion Lennox - Rescatando el Amor
Marion Lennox
Marion Lennox
Jacquie D’Alessandro - Maldicion de amor
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro
Liz Fielding - El Milagro del Amor
Liz Fielding
Liz Fielding
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
John Katzenbach
Отзывы о книге «Un amor dulce y peligroso»

Обсуждение, отзывы о книге «Un amor dulce y peligroso» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x