Nicci French - Un amor dulce y peligroso

Здесь есть возможность читать онлайн «Nicci French - Un amor dulce y peligroso» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un amor dulce y peligroso: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un amor dulce y peligroso»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Alice Loudon tiene veintitantos años, se lleva de maravilla con su pareja y comparten un grupo de amigos muy enrollados. Pero una mañana cualquiera, al cruzar la calle en pleno centro de Londres, su mirada se clava en la de Adam Tallis, un famoso escalador que salvó a varias personas en una accidentada expedición al Himalaya. A partir de ese instante, es como si Alice viviese en un sueño permanente. Convencida de haber encontrado el amor de su vida, se entrega a una aventura erótica que lo justifica todo. Sin embargo, a medida que el amor de Adam se vuelve una obsesión posesiva, Alice comienza a darse cuenta de lo poco que conoce de verdad a ese hombre que le ha hecho perder la cabeza y, sobre todo, de lo difícil que será romper esta extraña relación

Un amor dulce y peligroso — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un amor dulce y peligroso», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Qué te parece la vida de casada? -le pregunté a Pauline.

Ella me miró con seriedad. Era una mujer muy atractiva, cuyo cabello lacio y castaño podía sugerir severidad, si no se la conocía bien.

– He dejado las pastillas -me contestó.

– ¿Por lo que dicen de los efectos secundarios? Pero si no son…

– No -me interrumpió ella, riendo-. Las he dejado porque quiero. No he cambiado a ningún otro método anticonceptivo.

– ¡Ah! -grité, y la abracé-. ¿Estás preparada? ¿No crees que es un poco pronto?

– Creo que siempre es demasiado pronto -dijo Pauline-. Pero, bueno, todavía no ha pasado nada.

– O sea, que todavía no has empezado a hacer el pino después de hacer el amor, o lo que se suponga que hay que hacer para quedarse embarazada.

Seguimos charlando sobre fertilidad, embarazos y bajas de maternidad, y cuanto más hablábamos, peor me sentía yo. Hasta aquel momento, para mí, Adam había sido una traición misteriosa y estrictamente privada. Sabía que le estaba haciendo algo espantoso a Jake; pero ahora, mirando a Pauline, que tenía las mejillas sonrojadas por el frío, pero también por la emoción, quizá, de un embarazo inminente, mirando sus manos enlazadas alrededor del vaso de café y el vaho que salía de entre sus finos labios, tuve la repentina sensación de que en todo aquello había un error. El mundo no era como ella pensaba, y yo tenía la culpa.

Ambas miramos nuestros vasos de café, nos reímos y nos levantamos. Abracé a Pauline y pegué mi mejilla contra la suya.

– Gracias -dije.

– ¿Por qué?

– La gente no suele contar que busca un embarazo hasta que están en el segundo trimestre.

– Vamos, Alice -replicó ella, en tono reprobatorio-. Cómo no te lo iba a contar a ti…

– Tengo que marcharme -dije de pronto-. Tengo una cita.

– ¿Dónde?

La pregunta me pilló desprevenida.

– En el Soho -contesté.

– Te acompaño. Me va de paso.

– Estupendo -dije, un tanto angustiada.

Por el camino, Pauline me habló de Guy, que había cortado con ella inesperada y cruelmente hacía tan sólo dieciocho meses.

– ¿Te acuerdas de cómo estaba yo entonces? -me preguntó con una mueca de asco, y me sorprendió el gran parecido con su hermano. Asentí, mientras intentaba hallar una forma de salir de aquella situación. ¿Qué podía hacer? ¿Fingir que entraba en unas oficinas? No, eso no daría resultado. ¿Decir que no recordaba la dirección?-. Sí, claro que te acuerdas. Me salvaste la vida. Creo que jamás podré recompensarte por todo lo que hiciste por mí. -Levantó la bolsa donde llevaba el café, y agregó-: Calculo que debí de beberme más o menos esta cantidad de café en tu antiguo apartamento, mientras derramaba lágrimas en tu vaso de whisky. Dios mío, creía que no volvería a ser capaz de cruzar una calle sola, y mucho menos de funcionar y ser feliz.

Le di un apretón en la mano. Dicen que los mejores amigos son los que saben escuchar, y, si eso es cierto, entonces yo debía de parecer una amiga excelente durante aquel terrible paseo. Aquél era el merecido castigo por todas mis mentiras, me dije. Cuando llegamos a Oíd Compton Street, distinguí una figura que me resultaba familiar y que caminaba delante de nosotras. Era Adam. Me quedé en blanco, y creí que iba a desmayarme. Me volví y vi la puerta abierta de una tienda. No podía hablar, pero agarré a Pauline por el brazo y tiré de ella hacia el interior de la tienda.

– ¿Qué pasa? -me preguntó, alarmada.

– Necesito un poco de… -Miré el expositor de cristal-. Un poco de…

No me salía la palabra.

– Parmesano -dijo Pauline.

– Sí, parmesano -afirmé-. Y otras cosas.

Pauline miró alrededor, y observó:

– Hay mucha cola, Alice. Hoy es viernes.

– Lo necesito.

Pauline estaba indecisa; cambiaba el peso del cuerpo de una pierna a otra y miraba su reloj.

– Lo siento -dijo al fin-. Tengo que marcharme.

– Perfecto -dije, aliviada.

– ¿Cómo?

– No pasa nada -aclaré-. Vete. Ya te llamaré.

Nos dimos un beso y Pauline se marchó. Conté hasta diez, y entonces miré hacia la calle. Se había ido. Luego me miré las manos. No me temblaban, pero todo me daba vueltas.

* * *

Aquella noche soñé que alguien me cortaba las piernas con un cuchillo de cocina y que yo se lo permitía. Sabía que no debía gritar, ni quejarme, porque me lo había merecido. Me desperté de madrugada, sudando y aturdida, y por un momento no supe quién era el hombre que dormía a mi lado. Estiré el brazo y toqué una piel cálida. Jake parpadeó y abrió los ojos.

– Hola, Alice -dijo, y siguió durmiendo tranquilamente.

No podía continuar así. Siempre me había considerado una persona honrada.

SEIS

Llegué tarde al trabajo porque tuve que esperar a que abrieran la papelería de la esquina, cerca de la oficina. Me quedé un rato contemplando el río, hipnotizada por la sorprendente fuerza de sus corrientes, que giraban hacia un lado y hacia el otro. Luego pasé un buen rato, demasiado, eligiendo una postal de los expositores giratorios. Ninguna me parecía adecuada. Ni las reproducciones de los antiguos maestros, ni las fotografías en blanco y negro de calles urbanas y pintorescos niños pobres, ni las lujosas tarjetas con collages de lentejuelas, conchas y plumas. Acabé comprando dos: un paisaje japonés de árboles dorados destacados contra un cielo oscuro, y una postal estilo Matisse, de alegres tonos azules. También compré una pluma estilográfica, aunque en el despacho tenía un cajón lleno de todo tipo de bolígrafos.

¿Qué podía decir? Cerré la puerta del despacho, saqué las dos tarjetas y las puse encima de la mesa. Debí de quedarme varios minutos allí sentada, contemplándolas. De vez en cuando dejaba que la cara de Adam pasara por mi mente. Era tan guapo… Cómo me miraba a los ojos. Nunca me habían mirado como me miraba él. No lo había visto en todo el fin de semana, desde aquel viernes, y ahora…

Le di la vuelta a la tarjeta japonesa y destapé la pluma estilográfica. No sabía cómo empezar. Ni «querido Adam», ni «cariño», ni «amor mío»; eso se había terminado. Tampoco un simple «Adam»: era demasiado frío. Así que mejor no poner nada, y escribir directamente.

«No puedo seguir viéndote», escribí, cuidando de no emborronar la tinta negra. Hice una pausa. ¿Qué más podía decir? «Por favor, no intentes hacerme cambiar de opinión. Ha sido…» ¿Cómo ha sido? ¿Divertido? ¿Doloroso? ¿Estupendo? ¿Un error? ¿Lo más maravilloso que me ha pasado en la vida? ¿Ha puesto toda mi vida patas arriba?

Rompí la tarjeta de los árboles japoneses y la tiré a la papelera. Cogí la otra. «No puedo volver a verte.»

Antes de que pudiera escribir algo más, metí la tarjeta en un sobre y puse el nombre y la dirección de Adam con letra mayúscula. Salí del despacho con el sobre en la mano y bajé en ascensor a la recepción, donde estaba sentado Derek con sus pases de seguridad y su ejemplar del Sun.

– ¿Podrías hacerme un favor, Derek? Tengo una carta urgente para enviar, y he pensado que quizá podrías enviarla tú con un mensajero. Podría pedírselo a Claudia, pero…

Dejé la frase en el aire, sin terminar. Derek cogió el sobre y leyó la dirección.

– Soho. Es un asunto de trabajo, ¿no?

– Sí.

Derek dejó la carta sobre el mostrador.

– En ese caso, no hay ningún problema. Pero sólo por esta vez.

– Te lo agradezco muchísimo. ¿Te encargarás de que salga cuanto antes?

Le dije a Claudia que tenía mucho trabajo atrasado y que no me pasara llamadas a menos que fueran de Mike, de Giovanna o de Jake. Ella me miró con curiosidad, pero no hizo ningún comentario. Eran las diez y media. Adam todavía estaría pensando que me iba a reunir con él a la hora de comer, en su oscuro apartamento, dejando en suspenso todo lo demás. Hacia las once ya habría recibido la nota. Bajaría corriendo la escalera, recogería el sobre, deslizaría un dedo por la solapa y leería la frase. Debería haber añadido que lo sentía, como mínimo. O que lo quería. Cerré los ojos. Me sentía como un pez fuera del agua. Hasta me costaba respirar.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un amor dulce y peligroso»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un amor dulce y peligroso» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Nicci French
Nicci French - Killing Me Softly
Nicci French
Nicci French - Blue Monday
Nicci French
Nicci French - The Memory Game
Nicci French
Nicci French - Until it's Over
Nicci French
Nicci French - Secret Smile
Nicci French
Nicci French - Beneath The Skin
Nicci French
Отзывы о книге «Un amor dulce y peligroso»

Обсуждение, отзывы о книге «Un amor dulce y peligroso» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x