Sydney Sheldon - Mañana, Tarde Y Noche

Здесь есть возможность читать онлайн «Sydney Sheldon - Mañana, Tarde Y Noche» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mañana, Tarde Y Noche: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mañana, Tarde Y Noche»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La misteriosa muerte de Harry Stanford, uno de los hombres más ricos del mundo, tiene múltiples repercusiones. La familia se reúne para el funeral, en Boston. Y, de pronto, aparece una hermosa mujer que dice ser hija de Harry Stanford y heredera, por tanto, de una parte de su cuantiosa fortuna. ¿Se trata acaso de una impostora? Los Stanford son gente respetuosa y con poder, pero detrás de la impecable fachada se oculta una madeja de extorsiones, drogas y muerte. Con la habilidad que lo distingue, Sidney Sheldon delinea una historia intrincada y ágil donde el final es verdaderamente sorprendente.

Mañana, Tarde Y Noche — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mañana, Tarde Y Noche», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Por último, y de mala gana, Steve dijo:

– Bueno, será mejor que nos vayamos a la cama.

Ella lo miró con las cejas levantadas y los dos estallaron en carcajadas.

– Lo que quise decir…

– Sé muy bien lo que quisiste decir. Buenas noches, Steve. -Buenas noches, Julia.

A la mañana siguiente temprano, Steve cogió un vuelo de United a Chicago. Cuando llegó, cogió un taxi en el Aeropuerto O'Hare.

– ¿Adónde lo llevo? -preguntó el conductor. -Al Centro Reed de Salud Mental.

El conductor giró la cabeza y miró a Steve.

– ¿Se encuentra bien?

– Sí. ¿Por qué?

– Sólo preguntaba.

Una vez en Reed, Steve se acercó al guardia de seguridad uniformado que se encontraba en la recepción.

El guardia levantó la vista.

– ¿En qué puedo servido?

– Quisiera ver a Margo Posner.

– ¿Trabaja aquí?

Esa posibilidad no se le había ocurrido a Steve.

– No estoy seguro.

El guardia lo miró con más atención.

– ¿No está seguro?

– Lo único que sé es que está aquí.

El hombre abrió un cajón y sacó un registro con una lista de nombres. Al cabo de un momento, dijo:

– No trabaja aquí. ¿Cree que podría tratarse de una paciente?

– No lo sé. Pero es posible.

El guardia volvió a mirar a Steve, abrió otro cajón y sacó un impreso. Lo repasó y, en la mitad, se detuvo.

– Posner, Margo.

– Eso es. -Steve se mostró sorprendido-. ¿Es una paciente?

– Ajá. ¿Es usted familiar suyo?

– No…

– Entonces me temo que no podrá verla.

– Tengo que verla -dijo Steve-. Es muy importante. -Lo lamento. Tengo mis órdenes. A menos que esté autorizado, no puede visitar a ninguno de los pacientes.

– ¿Quién es el encargado? -preguntó Steve.

– Yo.

– Me refiero al Centro Reed.

– El doctor Kingsley.

– Quiero verlo.

– Muy bien. -El guardia cogió el teléfono y marcó un número-. Doctor Kingsley, le habla loe. Aquí hay un caballero que desea verlo. -Miró a Steve-. ¿Su nombre?

– Steve Sloane. Soy abogado.

– Steve Sloane. Es un abogado… de acuerdo. -Colgó y miró a Steve-. Vendrá alguien para acompañarlo a su oficina.

Cinco minutos después, Steve entraba en la oficina del doctor Gary Kingsley. Kingsley era un hombre de algo más de cincuenta años, pero parecía mayor y se veía agobiado.

– ¿Qué puedo hacer por usted, señor Sloane?

– Necesito ver a una paciente suya, Margo Posner. -Ah, sí. Un caso interesante. ¿Es usted un familiar? -No, pero investigo un posible homicidio, y es muy importante que hable con ella. Creo que puede ser la clave del caso. -Lo lamento, pero no puedo ayudarlo.

– Debe hacerlo -dijo Steve-. Es…

– Señor Sloane, no podría ayudarlo aunque quisiera.

– ¿Por qué no?

– Porque Margo Posner está incomunicada. Ataca a todo el que se le acerca. Esta mañana trató de matar a una enfermera y a dos médicos.

– ¿Qué?

– No hace más que cambiar de identidad y llamar a gritos a su hermano Tyler ya la tripulación de su yate. La única manera de calmarla es administrarle sedantes muy fuertes.

– Dios mío -dijo Steve-. ¿Tiene alguna idea de cuándo saldrá de ese estado?

El doctor Kingsley sacudió la cabeza.

– La mantendremos en observación. Tal vez con el tiempo se calme y podamos revisar su estado. Hasta entonces…

Capítulo 32

Pareces fatigado -dijo Fitzgerald.

– No fatigado sino derrotado. Estamos en un callejón sin salida, Simon. Teníamos tres pistas posibles: Dmitri Kaminsky, Frank Tirnmons y Marga Posner. Pues bien, Kaminsky está muerto, el que creíamos Frank Tirnmons resultó ser alguien que se hacía pasar por él, y Marga Posner está encerrada en un centro para enfermos mentales. No tenemos nada que…

Por el interfono se oyó la voz de la secretaria de Fitzgerald. -Está aquí el señor Kennedy y desea verlo, señor Fitzgerald. -Hágalo pasar.

Michael Kennedy era un hombre corpulento con ojos que parecían haberlo visto todo.

– ¿Señor Fitzgerald?

– Sí. y éste es Steve Sloane, mi socio. Tengo entendido que ustedes dos han hablado por teléfono. Tome asiento. ¿Qué puedo hacer por usted?

– Acabamos de encontrar el cuerpo de Harry Stanford. -¿Qué? ¿Dónde?

– Flotando en el Charles. Usted solicitó la exhumación de su cadáver, ¿verdad?

– Sí.

– ¿Puedo preguntar por qué?

Fitzgerald se lo dijo.

Cuando hubo terminado, Kennedy le preguntó:

– ¿Y no tiene idea de quién se hizo pasar por el detective privado Tirnmons?

– No. Hablé con Tirnmons, y él tampoco tiene ni idea. Kennedy suspiró.

– Esto se pone cada vez más extraño.

– ¿Dónde está ahora el cuerpo de Harry Stanford? -preguntó Steve.

– Por el momento, en la morgue. Espero que no vuelva a desaparecer.

– También yo -dijo Steve-. Debemos hacer una prueba del ADN.

La prueba se le realizó también a Julia esa misma tarde y, cuando Perry Winger estudió los resultados preliminares, dijo:

– Parecen coincidir…

A las seis de la mañana, una patrulla costera avanzaba por el río Charles cuando uno de los policías que estaban a bordo divisó un objeto que flotaba en el agua un poco más adelante.

– ¡A estribor! -gritó-. Parece un tronco. Recojámoslo antes de que hunda alguna embarcación.

El tronco resultó ser un cuerpo y, todavía más sorprendente, un cuerpo que había sido embalsamado.

Los policías lo miraron y dijeron:

– ¿Cómo pudo un cadáver embalsamado llegar al río Charles?

El teniente Michael Kennedy hablaba con el forense. -¿Está seguro?

El forense contestó:

– Absolutamente. Es Harry Stanford. Yo mismo lo embalsamé. Conseguimos una orden de exhumación y, cuando desenterramos el féretro… bueno, ya sabe lo que ocurrió porque informamos a la policía.

– ¿Quién solicitó la exhumación del cadáver?

– La familia. Lo hicieron por intermedio de su abogado, Simon Fitzgerald.

– Creo que tendré una charla con el señor Fitzgerald.

Cuando Steve volvió a Boston, se dirigió directamente a la oficina de Simon Fitzgerald.

* * *

Cuando Steve lo llamó para decirle que habían encontrado el cuerpo de su padre, Tyler sufrió un gran golpe.

– ¡Es terrible! -exclamó-. ¿Quién pudo hacer una cosa así?

– Eso es lo que tratamos de averiguar -le dijo Steve.

Tyler estaba furioso. «¡Ese idiota incompetente de Baker! Me las pagará. Tengo que solucionar esto antes de que escape de mi control.»

– Señor Sloane, como sin duda usted sabe, he sido nombrado juez principal del Condado de Cook. Tengo la agenda llena y me están presionando para que regrese. No puedo retrasarme mucho más. Le agradecería que hiciera todo lo posible para terminar con la legitimación del testamento a la mayor brevedad posible.

– He estado haciendo averiguaciones esta mañana -le dijo

Steve-, y calculo que todo estará listo dentro de tres días.

– Espléndido. Por favor, manténgame informado.

– Lo haré, juez.

Steve estaba en su oficina repasando lo sucedido en las últimas semanas. Recordó la conversación que había tenido con el inspector jefe McPhearson.

«Encontramos su cuerpo hace un tiempo. Le habían seccionado los dedos y había recibido varios disparos.»

«Pero, un momento -pensó Steve-. Hay algo que él no me dijo.» Cogió el teléfono y pidió otra conferencia con Australia.

La voz en el otro extremo de la línea dijo:

– Soy el inspector McPhearson.

– Sí, inspector. Olvidé preguntarle algo. Cuando encontró el cuerpo de Dmitri Kaminsky, ¿llevaba algunos papeles encima?… Ajá… sí, muy bien… muchísimas gracias.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mañana, Tarde Y Noche»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mañana, Tarde Y Noche» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Mañana, Tarde Y Noche»

Обсуждение, отзывы о книге «Mañana, Tarde Y Noche» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x