• Пожаловаться

Juan Madrid: Un trabajo fácil

Здесь есть возможность читать онлайн «Juan Madrid: Un trabajo fácil» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Juan Madrid Un trabajo fácil

Un trabajo fácil: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un trabajo fácil»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Juan Madrid: другие книги автора


Кто написал Un trabajo fácil? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Un trabajo fácil — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un trabajo fácil», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Disculpe amigo -dijo, y apagó la luz de la mesita-, vuélvase a dormir.

Estuvieron tendidos en el pasillo, cerca de la puerta, y luego la llevó a la cama. Allí la siguió acariciando y susurrándole al oído, mientras ella emitía suaves ronquidos. Más tarde se quedaron quietos, pero el viejo, un poco sorprendido, observó cómo en la cama de su compañero de habitación había aparecido un diminuto punto de luz. Estaba vestido sobre el lecho y fumaba en silencio. Pensó que la visión de la pistola podía haber sido una alucinación.

La chica también lo miraba, no parecía asombrada. Se levantó y caminó al otro lado de la tenue oscuridad del cuarto donde estaba la cama del hombre silencioso. El viejo contempló sus nalgas redondas y duras.

– ¿Puede darme uno? -le dijo, tendiéndole la mano. El tipo no la miró siquiera, tomó de algún sitio un paquete de tabaco y el ofreció, luego prendió una cerilla que le iluminó el mechón de pelo negro que le caía sobre la frente.

– ¿Es usted de aquí? -inquirió la muchacha, exhalando el humo.

– No, estoy de paso.

– ¿Es andaluz?

– Sí.

– ¿Granadino?

– No, respondió -Su voz era cansada. El punto de luz describía una curva que se perdía al descender al. Pecho. Y ahora dijo- Déjeme en paz.

– ¿No le gusta hablar? -preguntó de nuevo la muchacha.

El hombre moreno siguió fumando. La chica caminó hasta el centro del cuarto y se detuvo, volviéndose a medias. El viejo la siguió con la mirada sin necesidad ahora de adivinarla; lentamente iba amaneciendo y el cuerpo desnudo expuesto en el centro del cuarto, iba tomando una tonalidad lechosa.

– Quiero una poca de agua -dijo a nadie en particular.

– Ahí hay una botella -susurró el viejo-. Vente, ven, vamos.

Le hizo señas.

La vio beber de la botella directamente, luego tiró lo que quedaba del cigarro en el lavabo y se acercó de nuevo a la otra cama con los brazos en jarras. Estuvo así unos segundos, después, con lentitud, regresó de espaldas a la cama del viejo y se tendió a su lado.

– Entra -le susurró-. Eres muy bonita, ¿sabes?

– No es cierto -afirmó-; y quiero dormir, por favor, quiero dormir un poco.

– Está bien, como quieras -musitó-. Yo nunca puedo dormir -le dijo al oído-. Tengo insomnio.

La mujer se tendió boca a bajo con la cara en la almohada y los brazos sobre la nuca en una extraña posición. Entonces el tipo moreno se levantó del catre, atravesó el cuarto con paso vivo y con mucho cuidado, como si la mujer estuviera durmiendo y temiera despertarla se marchó. La muchacha se revolvió en la cama.

– Ese hombre tenía una pistola -dijo el viejo.

– Me da lo mismo. Me voy -la chica alzó la cabeza con fuerza-. Ya está bien.

– Quédate -sonrió-, hay tiempo.

– Tengo que irme -dijo levantándose. Notó que no llevaba ropa interior y se preguntó cómo antes no se había dado cuenta de eso. El pantalón blanco, ahora manchado, se le clavó en la carne como una segunda piel. Todavía le dijo:

– Mañana no hay nada que hacer.

– No -murmuró ella.

Entonces el viejo saltó de la cama y abrió el armario. Se alegró de que aún no hubiese amanecido del todo porque una extraña vergüenza le embargaba ahora al mostrarse desnudo a la muchacha. Le tendió un sobre que contenía un par de las medias de nilón que intentaba vender por pueblos y ciudades desde hacía veinte años. Se le ocurrió pensar que podría ser la última muchacha que se llevaría a la cama.

– Gracias -dijo, tomando el sobre sin mirarlo-, muchas gracias.

La mujer se fue pasillo adelante, peinándose. Realmente el viejo no tenía nada que hacer ese día excepto esperar el tren que llegaría a medianoche. Decidió quedarse en la pensión hasta la hora de comer y luego salir hasta la tarde en que volvería al cuarto a encontrarse de nuevo con el tipo moreno que portaba una pistola y que tenía aquella extraña palidez que sólo poseen las personas que han estado mucho tiempo encerradas. Pensó: «Mañana voy a disculparme con este hombre y luego me iré a Madrid».

EL CONTRATO

En la pared de la chabola estaba clavado con chinchetas una página de periódico viejo. Era una página que aludía a un atraco a una gasolinera. Al lado, habían colocado fotos de mujeres en actitudes provocativas, arrancadas de una revista ilustrada.

La chabola constaba de una sola habitación de suelo terroso, una cocina mugrienta a gas, una mesa desvencijada, dos sillas, un armario sin puertas y una cama demasiado grande para aquel cuarto.

La cama parecía que nunca había tenido sábanas limpias. Sobre ella, una mujer desnuda, gorda, de pelo rubio y ojos saltones, observaba el techo mientras un sujeto en camiseta, flaco y de larga cabellera le hacía el amor con mucho ruido.

Alguien golpeó la puerta insistentemente. El de la cama volvió la cabeza mientras jadeaba.

– ¡No estoy, a la mierda! -aulló.

Siguió emitiendo gruñidos. La mujer colocó sus manos en los barrotes con expresión ausente.

La puerta siguió sonando.

– Ve a abrir -habló la mujer.

– ¡Espera! -barboteó el tipo-. ¡Un momento!

– ¡Chema, eh, Chema! -se escuchó desde fuera-. ¡Abre, coño, abre! ¡Que te esperan!

Terminó con algo parecido a un ladrido. Se mordió los labios y la saliva se le escurrió por los labios. Saltó de la cama, desnudo como una serpiente, y se plantó en medio de la habitación.

– ¡Qué quieres! -gritó.

Nadie le respondió.

Encima de la mesa había un paquete de rubio, lo cogió y prendió uno con una caja de cerillas de cocina.

La mujer habló desde la cama mientras se limpiaba con la sábana.

– Es el Vicente -dijo.

– ¿Y qué querrá ahora el Vicente?

– No sé, vete a ver. Échame un cigarro.

Le tiró el paquete y después la caja de cerillas. La mujer encendió uno y se estiró. Su cara blanca, cruzada de venillas azules se agitó. Bostezó.

– ¿Cuándo te vas? -preguntó el hombre.

– Ahora mismo -hizo una pausa-, si no me duermo.

– Cuando vuelva no te quiero ver aquí.

– ¿Vas a venir luego, Chema?

– No sé.

Volvió a bostezar El hombre gruñó algo, se colocó un pantalón de pana descolorido, un suéter negro muy estrecho y se calzó unas zapatillas de tenis.

– Pues a lo mejor me voy luego con la Puri -dijo la mujer.

– Siempre estás en el jodido bingo -dijo sin quitarse el cigarrillo de la boca-. Eres más tonta que Abundio. Ahí os dejáis toda la pasta.

La mujer se encogió de hombros.

– Me gusta -dijo.

– A lo mejor me acerco más tarde a verte. Espérame en el club.

La mujer no contestó y el tipo abrió la puerta y la cerró de un portazo.

El bar estaba enfrente y era una antigua casa de peones camineros a la que habían pintado la fachada de azul y colocado un cartel en la puerta en el que ponía Bar El Tropezón, Vinos y Cervezas.

La puerta estaba abierta y su interior era oscuro y fresco. El mostrador era demasiado alto y estaba pintado también de azul. Había dos hombres acodados en él que bebían vino en silencio. Uno llevaba una boina y el otro era gordo.

El hombre llamado Chema entró y golpeó el mostrador.

– ¡Vicente! -llamó.

De uno de los rincones surgió una voz:

– ¡Chema, eh Chema! ¡Estoy aquí!

Alguien agitaba un bastón, sentado junto a la pared del fondo. Había cinco o seis mesas y sólo una de ellas estaba ocupada. El hombre sentado en el rincón volvió a hablar:

– ¡Estoy aquí! -gritó.

Vicente salió del interior del bar.

– Chema, te están buscando -dijo. Era un sujeto alto y desgarbado, mal afeitado y con una nuez que le sobresalía del cuello como si se hubiese tragado un vaso-. ¿Se te ha atragantado el gatillazo, eh? -se rió.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un trabajo fácil»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un trabajo fácil» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Juan Saer: Cicatrices
Cicatrices
Juan Saer
Иоганн Гете: «Don Juan» Байрона
«Don Juan» Байрона
Иоганн Гете
Juan José Saer: Scars
Scars
Juan José Saer
Ernesto Quiñonez: San Juan Noir
San Juan Noir
Ernesto Quiñonez
Отзывы о книге «Un trabajo fácil»

Обсуждение, отзывы о книге «Un trabajo fácil» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.