Philip Kerr - Una Llama Misteriosa

Здесь есть возможность читать онлайн «Philip Kerr - Una Llama Misteriosa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una Llama Misteriosa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una Llama Misteriosa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Vuelve Bernie Gunther. Huyendo de una absurda acusación de criminal de guerra, dejará Berlín con destino a Buenos Aires. Es 1950 y su destino no es casual: una muchacha ha sido asesinada de forma espantosa al otro lado del Atlántico y el modus operandi lo enlaza con otro semejante en los últimos días de la República de Weimar. Y Gunther nunca se rinde.
Philip Kerr nos vuelve a proporcionar un thriller poderoso e irresistible, trasladándonos de la Alemania nazi a la convulsa Argentina de 1950.

Una Llama Misteriosa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una Llama Misteriosa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿11? ¿Directiva 11?

– Exacto. No, espera. Era Directiva 12.

– ¿Estás seguro?

– Sí, creo que sí. De todos modos, era todo muy secreto. Me pagaron más de la cuenta por el alambre. En parte, supongo, porque teníamos que entregar el material en un valle en medio de la nada en la Sierra de Aconquija. Llegar hasta Tucumánera bastante fácil. Hay un tren bastante decente de Buenos Aires a Tucumán, como sabrás. Pero desde allí hasta Dulce, que así es como se llama la planta que construyeron, después del río del mismo nombre, me imagino, tuvimos que ir en mulas. Cientos de mulas.

– Melville… ¿Crees que podrías señalar ese lugar en un mapa?

– Creo que ya te he contado demasiado -dijo con una sonrisa insegura-. Si es una planta nuclear secreta no querrán que le cuente a la gente exactamente dónde está, digo yo.

– En eso tienes razón -reconocí-. Probablemente te matarán si descubren que se lo has contado a alguien como yo. Puedes darlo por seguro. Pero, por otro lado… -Me abrí la chaqueta para mostrar la pistolera y la Smith que llevaba-. Por otro lado, no tienes mucha elección. Dentro de un momento, tú y yo vamos a ir a la librería de enfrente a comprar un mapa. Y una de dos, o tu cerebro o tu dedo se va a estampar en el mapa antes de que me marche.

– Estás de coña -dijo.

– Soy alemán. No destacamos precisamente por el sentido del humor, Melville. Sobre todo si se trata de matar a la gente. Es algo que nos tomamos bastante en serio. Por eso se nos da tan bien.

– ¿Y si no quiero ir a la librería? -preguntó, echando un vistazo alrededor. Había mucha gente en el Richmond-. No te atreverías a matarme aquí, delante de tanta gente.

– ¿Por qué no? Me he acabado el café y tú has pagado la cuenta. Desde luego no voy a perder la mañana para meterte una bala en la cabeza. Y cuando los polis me pregunten por qué lo hice, simplemente diré que te resististe a la detención. -Saqué mis credenciales de la SIDE y se las mostré-. Mira, soy una especie de poli. De la secreta, de los que casi nunca cargan con el muerto.

– ¿Así que te dedicas a eso? -Melville soltó otra carcajada maníaca, pero en este caso era algo más que una risa nerviosa-. Por fin me sacas de dudas.

– Bueno, pues ahora que has satisfecho tu curiosidad, vámonos. Y recuerda lo que dije sobre el sentido del humor alemán.

En la librería Figuera, en la esquina de Florida con Alsina, compré un mapa de Argentina por cien pesos y, cogiendo del brazo a Melville, caminé con él hasta la Plaza de Mayo, donde desplegué el mapa sobre el césped, justo delante de la Casa Rosada.

– Venga, desembucha -dije-. ¿Dónde está exactamente ese lugar? Y si descubro que me has mentido, volveré como Banquo en esa obra vuestra, escocés. Y te pondré el pelo más rojo de lo que lo tienes.

El escocés movió un dedo índice hacia el norte de Buenos Aires, pasando por Córdoba y Santiago del Estero, y al oeste de La Cocha, donde vivía Eichmann.

– Por aquí -dije-. No está marcado en el mapa. Pero ahí es donde me reuní con Kammler. Justo al norte de Andalgala hay un par de lagunas en una depresión, cerca de la cuenca del río Dulce. Estaban construyendo un pequeño ferrocarril cuando estuve allí. Seguramente para facilitar el transporte de los materiales hasta allí.

– Sí, seguramente -repetí, mientras doblaba el mapa y me lo guardaba en el bolsillo-. Si quieres un consejo, no le cuentes esto a nadie. Seguramente te matarán a ti antes que a mí, pero después de haberte torturado. Por suerte para ti, a mí ya me torturaron y no sacaron nada en limpio, así que quedas libre de sospecha en lo que a mí respecta. Lo mejor que podrías hacer ahora es largarte y olvidar que me has conocido. Ni siquiera con un tablero de ajedrez por medio.

– Vale -dijo Melville y se alejó de allí apretando el paso.

Eché otro vistazo al mapa y pensé que iba a defraudar al coronel Montalbán: menudo detective estaba hecho. ¿Quién habría pensado que Melville, el tarugo del bar Richmond, acabaría teniendo la clave de todo el caso? Me hacía gracia la circunstancia accidental en que había obtenido aquella pista sobre la Directiva 12 y sobre dónde se había desarrollado. Pero Melville se equivocaba en un punto. La Directiva 12 no tenía nada que ver con una planta nuclear secreta, sino con la carpeta vacía del Ministerio de Relaciones Exteriores que encontramos Anna y yo en el viejo Hotel de Inmigrantes. De eso estaba seguro.

CAPITULO 20

BUENOS AIRES. 1950

Llamé a Anna y quedé para comer con ella hacia las dos en el Shorthorn Grill de Corrientes. Luego me dirigí en coche a la casa de Arenales donde me esperaban Von Bader y el coronel. Después de lo que me había contado Isabel Pekerman en el Club Seguro, sabía que probablemente sería una pérdida de tiempo, pero quería ver cómo se comportaban los dos hombres sin ella, y qué impresión me causaban a la luz de lo que ya sabía. No es que supiera nada con seguridad. Eso era mucho decir. Suponía que Von Bader preveía ir a Suiza y que Evita no estaba dispuesta a dejarlo marchar hasta que la auténtica baronesa liberase a Fabienne.

Si la verdadera baronesa había desaparecido con la hija de Evita, en el supuesto de que Fabienne fuese hija de Evita, podía deberse a diversos motivos. Tal vez guardaba relación con las cuentas del Reichsbank en Zurich, aunque no entendía exactamente cómo. En el fondo, yo había sido una marioneta del coronel Montalbán. Sabía por qué me había dejado reabrir una investigación de asesinato de veinte años antes. Pero la única explicación posible de que no me hubiese contado que Fabienne se había escondido con su madre era que el coronel sabía, con absoluta certeza, que se había escondido con uno de los viejos camaradas. En todo caso, algún motivo tenía para organizar la farsa de Isabel Pekerman. El coronel no hacía nunca nada sin un motivo importante.

– ¿Su esposa no está? -pregunté a Von Bader cuando entramos en el salón y cerró la puerta.

– Me temo que no -respondió con frialdad-. Está en nuestra segunda residencia, en Pilar. Ha estado sometida a una enorme tensión.

– Comprendo -dije-. De todos modos, así será más fácil, me imagino. -Al ver su cara de perplejidad, añadí-: Hablar sobre la verdadera madre de Fabienne sólo con usted. -Dejé que se muriese de vergüenza unos instantes y luego dije-: Me lo contó la esposa del presidente.

– Ah, ya. Sí, comprendo.

– Me contó que su hija los oyó discutir y luego se escapó de casa.

– Sí, lamento haberle inducido a error, Herr Gunther -dijo Van Bader. Lucía un traje distinto, pero la misma mirada de cómoda prosperidad. Se había cortado el pelo entrecano desde la última vez. También tenía las uñas más cortas, pero no de manicura, sino por habérselas mordido. Estaban en carne viva de tanto mordisco-. Pero estaba, y sigo estando, muy preocupado por lo que haya podido pasarle.

– ¿Cree usted que Fabienne está cerca de su madrastra?

– Sí. Mucho. Es decir, trata a mi mujer como a su verdadera madre. Y para todos nuestros conocidos siempre ha sido así. Evita ha tenido escasa relación con su hija hasta hace relativamente poco.

– ¿Qué le hizo pensar -dije, mirando al coronel Montalbán- que puede haberse escondido con una familia alemana? Y por si no se ha dado cuenta, coronel, es una pregunta directa de las que requieren una respuesta directa.

– Creo que yo puedo responder, Herr Gunther -dijo Van Bader-. Fabienne es una chica muy madura. Sabe mucho sobre la guerra y sobre lo que vino después y por qué muchos alemanes como usted han decidido vivir aquí en Argentina. Se podría decir que Fabienne es nacionalsocialista. Ella lo diría, desde luego. Mi esposa y yo a veces discutíamos por eso.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una Llama Misteriosa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una Llama Misteriosa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Philip Kerr - Esau
Philip Kerr
Philip Kerr - Prussian Blue
Philip Kerr
Philip Kerr - Dark Matter
Philip Kerr
Philip Kerr - January Window
Philip Kerr
Philip Kerr - False Nine
Philip Kerr
Philip Kerr - Hitler's peace
Philip Kerr
libcat.ru: книга без обложки
Philip Kerr
Philip Kerr - Plan Quinquenal
Philip Kerr
Philip Kerr - Gris de campaña
Philip Kerr
Philip Kerr - Berlin Noir
Philip Kerr
Отзывы о книге «Una Llama Misteriosa»

Обсуждение, отзывы о книге «Una Llama Misteriosa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x