Carlos Castaneda - Viaje A Ixtlán

Здесь есть возможность читать онлайн «Carlos Castaneda - Viaje A Ixtlán» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Эзотерика, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Viaje A Ixtlán: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Viaje A Ixtlán»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este es el tercer libro de la serie de las Enseñanzas de don Juan -y según muchos de sus lectores, el mejor de la colección. Fue escrito por el autor para presentar su tesis doctoral en la universidad de UCLA, y con él obtuvo el doctorado, al mismo tiempo que un enorme reconocimiento popular tras su publicación. Este éxito catapultó sus anteriores obras, así como las que estaban por venir, a una popularidad sin precedentes, de tal forma que los libros de Castaneda podrían considerarse como uno de los iconos culturales del siglo XX. Emplazados en el plano de la realidad mágica -entre las enseñanzas y la alegoría-, y haciendo gala de una enorme habilidad para la narración, los libros de esta serie han cautivado a toda una generación de personas que buscaban una renovación de enseñanzas espirituales, y que quedaron fascinadas por el acopio de sagaces conversaciones que brotaban del encuentro entre un joven antropólogo deseoso de conocer las plantas visionarias, y un enigmático indio yaqui -la fuente de los desvelos de Castaneda-.
Es por el ánimo de formar parte de una tesis doctoral que Viaje a Ixtlán retoma el encuentro entre el autor y don Juan desde su inicio, pero con la suficiente habilidad como para contar nuevas historias y ver lo sucedido desde un distinto ángulo, hecho que convierte el libro en perfectamente válido para las personas que conozcan las anteriores entregas de la serie. Esto, unido a la amenidad de los relatos y la excepcional capacidad del autor para describir situaciones y adentrarse en estados de ánimo propios y ajenos, convierten este libro en uno de los relatos más atractivos de la literatura espiritual y popular de los últimos tiempos. De hecho, una de las características de estos libros es la facilidad con la que el lector se identifica con el personaje encarnado por el autor, participando de las enseñanzas y contrastando sus estados de ánimo con lo que va aconteciendo en los libros.
En relación a las plantas maestras -como el peyote o el honguito-, Castaneda inicia en este libro un suave distanciamiento, reconociendo en la introducción que Don Juan le había contado que los alucinógenos eran sólo uno de los posibles caminos para adentrarse en el arte de percibir la realidad desde un ángulo distinto al habitual. Así, las enseñanzas expuestas en este volumen cuentan con menos relaciones de viajes enteogénicos, y toman un sendero más poético y espiritual, con la narración de un diálogo más completo entre alumno y maestro. Así, en estas conversaciones, nos enfrentamos al camino y a la mística del guerrero, y a la estrategia del cazador -el ser humano que vive sin rutinas, imprevisible para las acepciones de los demás, fluyendo con el momento (hay quien ha querido ver en esto paralelismos con las enseñanzas orientales del zen, y de hecho existe un libro que analiza estas similitudes). El cenit de estas enseñanzas es el arte de parar el mundo, que le conduce nuestro autor a Ixtlán: un aprendizaje para concebir el acontecer como una emanación de espíritu y no como un juego de la materia (que es como nuestra mente representa al mundo).

Viaje A Ixtlán — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Viaje A Ixtlán», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Después de quedarme solo tomé conciencia de que había adoptado un andar bastante rápido sin darme cuenta. Y eso fue un choque para mí. Traté largo rato de mantener ese paso, y entonces oí el llamado de don Juan ligeramente a mi derecha. Silbó cuatro veces en sucesión.

Tras un rato muy corto volví a oír su canto de buho, esta vez totalmente a la derecha. Para seguirlo, tuve que dar una vuelta de cuarenta y cinco grados. Empecé a avanzar en la nueva dirección, esperando que los otros tres silbidos de la serie me permitieran una mejor orientación.

Oí un nuevo llamado, que colocaba a don Juan casi en la dirección de donde veníamos. Me detuve a escuchar. Oí un sonido muy nítido a corta distancia. Algo como dos piedras golpeadas una contra otra. Me esforcé por escuchar y noté una serie de ruidos suaves, como si alguien frotara dos piedras suavemente. Hubo otro canto de buho y entonces supe a qué se había referido don Juan. Había en el sonido algo verdaderamente melodioso. Era definitivamente más largo que el canto de un buho verdadero, e incluso más dulce.

Experimenté una extraña sensación de susto. Mi estómago se contrajo como si algo jalara hacia abajo la parte media de mi cuerpo. Di la vuelta y empecé a semitrotar en la dirección contraria.

Oí un apagado canto de buho en la distancia. Hubo una rápida sucesión de otros tres gritos. Eran de don Juan. Corrí en su dirección. Sentí que debía ya de estar como a medio kilómetro, y si mantenía ese paso no tardaría en dejarme irremediablemente solo en aquellos cerros. Yo no comprendía por qué don Juan se adelantaba, cuando podría haber corrido en torno mío, si necesitaba mantener ese paso.

Advertí entonces que algo parecía moverse conmigo, a mi izquierda. Casi podía verlo en la periferia extrema de mi campo visual. Estaba a punto de ceder al pánico, pero una idea tranquilizante cruzó mi mente. No era posible que viese nada en la oscuridad. Quise mirar en esa dirección, pero temía perder impulso.

otro grito de buho me sacó bruscamente de mis deliberaciones. Venía de mi izquierda. No lo seguí porque era sin duda el grito más dulce y melodioso que jamás había oído. Sin embargo, no me asustó. Había en él algo muy atrayente, o quizá obsesivo, o incluso triste.

Entonces, una masa oscura muy veloz cruzó de izquierda a derecha delante de mí. Lo repentino de su movimiento me hizo mirar adelante, perdí el equilibrio y choqué ruidosamente contra unos arbustos. Caí de costado y entonces oí el sonido melodioso unos pasos a mi izquierda. Me levanté, pero antes de que pudiera avanzar de nuevo hubo otro sonido, más urgente y apremiante que el primero. Era como si algo que había allí quisiera hacer que me detuviese y escuchara. El sonido del canto de buho fue tan prolongado y suave que calmó mis temores. Me habría detenido en verdad, de no haber oído en ese preciso momento los cuatro silbidos rasposos de don Juan. Parecían más cerca. Di un salto y eché a correr en esa dirección.

Tras un momento noté de nuevo cierto parpadeo, o una onda, en la oscuridad a mi izquierda. No era propiamente una percepción visual, sino más bien un sentimiento, y sin embargo me hallaba casi seguro de estarlo captando con los ojos. Se movía más aprisa que yo, y de nuevo cruzó de izquierda a derecha, haciéndome perder el equilibrio. Esta vez no caí, y extrañamente el no caer me molestó. De pronto me puse furioso, y la incongruencia de mis sentimientos me produjo un verdadero pánico. Traté de acelerar mi paso. Quería lanzar yo mismo un canto de tecolote para que don Juan supiera mi paradero, pero no me atrevía a desobedecer sus instrucciones.

En ese momento, una cosa grotesca se presentó a mi atención. Había en verdad algo como un animal a mi izquierda, casi tocándome. Salté involuntariamente y viré a la derecha. El susto casi me sofocó. Me hallaba tan intensamente dominado por el miedo que no había pensamientos en mi mente mientras corría en las tinieblas lo más rápido posible. El miedo parecía ser una sensación física sin nada que ver con mis ideas. Esa condición me resultaba insólita. En él curso de mi vida, mis temores siempre habían tenida como marco una matriz intelectual, y se habían engendrado en situaciones sociales ominosas, o en rasgos peligrosos en la conducta de la gente hacia mí. Esta vez, empero, mi miedo era una verdadera novedad. Procedía de una parte desconocida del mundo y me afectaba en una parte desconocida de mi ser.

Oí un canto de buho muy cerca, ligeramente a mi izquierda. No pude captar los detalles de su timbre, pero parecía ser de don Juan. No era melodioso. Amainé mi carrera. Siguió otro canto. Tenía la aspereza de los silbidos de don Juan, de modo que apresuré el paso. Llegó un tercer silbido, desde una distancia muy corta. Pude discernir una masa oscura de rocas, o tal vez árboles. Oí otro grito de buho y pensé que don Juan me estaba esperando porque ya habíamos salido del campo de peligro. Me hallaba casi al filo del área más oscura cuando un quinto silbido me congeló. Pugné por mirar al frente, a la zona oscura, pero un súbito sonido crujiente a mi izquierda me hizo volverme a tiempo para notar un objeto negro, más negro que el entorno, rodando o deslizándose a mi lado. Boqueando, me aparté de un salto. oí un chasquido, como si alguien chasqueara los labios, y entonces una masa oscura muy grande brotó de golpe del área más oscura. Era rectangular, como una puerta, y tendría dos y medio o tres metros de alto.

Su aparición repentina me hizo gritar. Por un momento mi susto fue enteramente desproporcionado, pero un segundo después me hallaba inmerso en una calma impresionante, mirando la forma oscura.

Mis reacciones fueron, en lo que a mí concernía, otra novedad absoluta. Cierta parte de mí mismo parecía jalarme con extraña insistencia hacia el área oscura, mientras otra parte resistía. Era como si por un lado quisiera cerciorarme, y por otro tuviera ganas de salir corriendo histéricamente.

Apenas oía los silbidos de don Juan. Parecían muy cercanos y frenéticos; eran más largos y más rasposos, como si estuviera lanzándolos al correr hacia mí.

De pronto parecí recobrar el dominio de mí mismo y pude dar media vuelta, y durante un momento corrí exactamente como don Juan había querido que lo hiciera.

– ¡Don Juan! -grité al encontrarlo.

Me puso la mano en la boca y me hizo seña de seguirlo, y ambos trotamos a un paso muy cómodo hasta llegar a la saliente de piedra arenisca donde estuvimos antes.

Nos sentamos en la saliente y permanecimos en completo silencio durante cosa de una hora, hasta el amanecer. Luego tomamos comida de los guajes. Don Juan dijo que debíamos permanecer en la saliente hasta mediodía, y que no íbamos a quedarnos dormidos sino que hablaríamos como si no hubiese nada fuera de lo común.

Me pidió relatar con detalle todo lo ocurrido desde el momento en que me dejó. Cuando terminé mi relato, permaneció en silencio un buen rato. Parecía inmerso en pensamientos profundos.

– La cosa no está tan buena que digamos -dijo por fin-. Lo que te sucedió anoche fue muy grave, tan grave que ya no puedes aventurarte solo en la noche. De ahora en adelante, las entidades de la noche no te dejarán en paz.

– ¿Qué me sucedió anoche, don Juan?

– Tropezaste con unas entidades que están en el mundo, y que actúan sobre la gente. No sabes nada de ellas porque nunca las has encontrado. Quizá sería más propio llamarlas entidades de las montañas; no pertenecen realmente a la noche. Las llamo entidades de la noche porque en la oscuridad se las puede percibir con mayor facilidad. Están aquí, a nuestro alrededor, a toda hora. Sólo que de día es más difícil percibirlas, simplemente porque el mundo nos es familiar, y lo que es familiar se sale adelante. En cambio, en la oscuridad todo es igualmente extraño y muy pocas cosas se salen adelante, así que de noche somos más susceptibles a esas entidades.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Viaje A Ixtlán»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Viaje A Ixtlán» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - Una Realidad Aparte
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Fuego Interno
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Conocimiento Silencioso
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Arte De Ensoñar
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Segundo Anillo De Poder
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Silencio Interno
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - La Rueda Del Tiempo
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Don Del Águila
Carlos Castaneda
Отзывы о книге «Viaje A Ixtlán»

Обсуждение, отзывы о книге «Viaje A Ixtlán» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x