Carlos Castaneda - El Don Del Águila

Здесь есть возможность читать онлайн «Carlos Castaneda - El Don Del Águila» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Don Del Águila: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Don Del Águila»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Después de cuatro años de silencio, Carlos Castañeda publica EL DON DEL ÁGUILA, su libro más vigoroso y perturbador, también el más luminoso y personal. Lleva al lector a un mundo que desafía toda razón y fantasía y pone en tela de juicio todo lo que suele llamarse "natural" o "lógico". Carlos Castaneda nos conduce a través del sistema de creencias y prácticas que el mundo moderno conoce con el renombre genérico de brujería, al relatar sus propias experiencias y las de los demás aprendices de don Juan, el brujo que hereda al propio Castaneda sus poderes de nagual?(grado máximo en brujería). "Esto no es literatura de ficción?declara Castaneda?. Lo que describo aquí es ajeno a nosotros y por eso se nos antoja irreal". La brujería mexicana cuenta con una tradición de expertos perfectamente disciplinados y con un ceremonial de complejidad y significado extraordinarios. El marco en el que el autor ubica sus experiencias está lleno de horrores, de fuerzas misteriosas, de percepciones deslumbrantes que representan el surgimiento de toda una filosofía, de un sistema de vida.
Carlos Castaneda, antropólogo y escritor de fama mundial por su amplio conocimiento de la cultura y el uso de las plantas medicinales entre los indios de México, ha escrito seis libros sobre sus experiencias: Las enseñanzas de don Juan, Una realidad aparte, Viaje a Ixtlán, Relatos de poder y El segundo anillo de poder. Su sexto libro, EL DON DEL ÁGUILA es de un realismo portentoso y un interés superiores a todo cuanto se ha escrito sobre hechicería. Octavio Paz ha dicho: "… Si los libros de Castaneda son una obra de ficción literaria, lo son de una manera muy extraña: su tema es la derrota de la antropología y la victoria de la magia…"

El Don Del Águila — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Don Del Águila», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Utilicé entonces mis ojos premeditadamente para convocar el intento . Los concentré en el punto de la segunda atención. De repente, don Juan, sus guerreros, doña Soledad y Eligió eran huevos luminosos, pero no la Gorda, las tres hermanitas y los Genaros. Seguí moviendo la mirada de un lado al otro; entre las burbujas de luz y la gente, hasta que escuché un crujido en la base de mi cuello, y todos los que estaban en mi cuarto eran huevos, luminosos. Por un instante sentí que no podía saber quién era quién, pero luego mis ojos lograron ajustarse y sostuve dos aspectos del intento, dos imágenes al mismo tiempo. Podía ver sus cuerpos físicos y también sus luminosidades. Las dos escenas no se hallaban una encima de la otra, sino que estaban separadas, y sin embargo no podía concebir cómo. Definitivamente tenía dos canales de visión; ver estaba íntimamente unido a mis ojos y no obstante era algo independiente de ellos. Si los cerraba, aún podía ver los huevos luminosos, pero no los cuerpos físicos.

En un momento tuve la sensación clarísima de que yo sabía cómo cambiar mi atención hacia mi luminosidad. También sabía que para volver de nuevo al nivel físico todo lo que tenía que hacer era enfocar los ojos en mi cuerpo.

Don Juan vino luego a mi lado y me dijo que el nagual Juan Matus, como regalo de despedida, me había dado el deber, Vicente me dio el reto, Silvio Manuel me dio magia, y él iba a darme la gracia. Me miró de arriba abajo y comentó que yo era el nagual de apariencia más lamentable que hubiera visto. Examinó a los aprendices, meneó la cabeza y concluyó que con una apariencia tan deplorable lo único que nos quedaba era ser optimista y ver el lado positivo de las cosas. Nos contó el chiste de una muchacha pueblerina que fue seducida por un agente viajero que le prometió matrimonio. Cuando llegó el día de la boda y le dijeron que el novio había huido del pueblo, ella no se inmutó, sonrió con fatalidad y dijo que no todo estaba perdido. Perdió la virginidad, sí, pero menos mal que todavía no había matado al lechón de la fiesta.

Don Genaro recomendó que lo único que podía ayudarnos a salir de esa situación, que era la de la novia vestida y alborotada, era aferrarnos a nuestros lechones, cualesquiera que fuesen, y reírnos a carcajadas. Sólo a través de la risa podríamos cambiar nuestra condición.

Nos instó con gestos de la cabeza y de las manos a que nos riéramos. Se arrodilló y nos pidió una carcajadita. Ver a don Genaro de rodillas y a los aprendices tratando de carcajearse era tan ridículo como mis propios intentos. Repentinamente yo estaba riendo estentóreamente con don Juan y sus guerreros.

Don Genaro, que siempre bromeaba que yo era poeta y loco, me pidió que le leyera un poema en voz alta. Dijo que quería resumir sus sentimientos y sus recomendaciones con el poema que celebra la vida, la muerte y la risa. Se refería a un fragmento del poema de José Gorostiza Muerte sin fin .

La mujer nagual me tendió el libro y yo leí la parte que siempre le gustaba a don Juan y a don Genaro.

Ay, una ciega alegría,

un hambre de consumir

el aire que se respira,

la boca, el ojo, la mano;

estas pungentes cosquillas

de disfrutarnos enteros

en un solo golpe de risa,

ay, esta muerte insultante,

procaz, que nos asesina

a distancia, desde el gusto

que tomamos en morirla,

por una taza de té,

por una apenas caricia.

El efecto del poema fue aniquilante. Sentí un estremecimiento. Emilito y Juan Tuma fueron a mi lado. No dijeron una sola palabra. Sus ojos brillaban como canicas negras. Todos sus sentimientos parecían concentrarse en sus ojos. Juan Tuma dijo muy suavemente que una vez él me había introducido en su casa en los misterios de Mescalito y que eso había sido un precursor de otra ocasión en la rueda del tiempo en la que él me introduciría en el último de los misterios: la libertad.

Emilito dijo, como si su voz fuera un eco de Juan Tuma, que los dos confiaban en que yo podría cumplir mi tarea. Ellos me esperarían, pues algún día yo me les uniría. Juan Tuma añadió que el Águila me había puesto con el grupo del nagual Juan Matus porque ésa era mi unidad de rescate. Nuevamente me abrazaron y al unísono me susurraron que debía tener confianza en mí mismo.

Después vinieron las guerreras a mí. Cada una de ellas me abrazó y me susurró un deseo en el oído, un deseo de plenitud y logros.

La mujer nagual fue la última que se me acercó. Tomó asiento y me sentó en sus faldas como si yo fuera un niño. Exudaba afecto y pureza. Perdí el aliento. Nos pusimos en pie y caminamos por el cuarto. Hablamos y examinamos nuestro destino. Fuerzas imposibles de concebir nos habían guiado a ese momento culminante. El pavor que sentí fue inconmensurable. Y así era también mi tristeza.

Entonces me reveló una porción de la regla que se aplicaba al nagual de tres puntas. Ella se encontraba en un estado de agitación extrema y sin embargo estaba calmada. Su intelecto era impecable y sin embargo no trataba de razonar nada.

Su estado de ánimo en su último día en la tierra era inaudito y me lo transmitió. Era como si hasta ese momento yo no me hubiese dado cuenta de la finalidad de nuestra situación. Estar en el lado izquierdo implicaba que lo inmediato tomaba precedencia, lo cual hacía que para mí fuera prácticamente imposible prever más allá de ese momento. Sin embargo, el contacto con la mujer nagual atrapó algo de mi conciencia del lado derecho y su capacidad para prejuzgar lo mediato. Comprendí entonces por completo que nunca más la volvería a ver. ¡Y eso para mí era una angustia sin límite!

Don Juan decía que en el lado izquierdo no hay lugar para las lágrimas, que un guerrero no puede llorar, y que la única expresión de angustia es un estremecimiento que viene desde las profundidades mismas del universo. Es como si una de las emanaciones del Águila fuese la angustia. El estremecimiento del guerrero es infinito. Mientras la mujer nagual me hablaba y me abrazaba, yo sentí ese estremecimiento.

Ella puso sus brazos en torno a mi cuello y apretó su cabeza contra la mía. Sentí que me estaba exprimiendo como un pedazo de trapo, y que algo emergía de mi cuerpo, o del de ella hacia el mío. Mi angustia fue tan intensa y me inundó tan rápido que perdí el control de los músculos. Caí al suelo, con la mujer nagual aún abrazada a mí. Pensé, como si estuviera en un sueño, que debió haberse cortado la frente durante nuestra caída. Su rostro y el mío estaban cubiertos de sangre. La sangre había hecho un estanque en sus ojos.

Don Juan y don Genaro me alcanzaron con presteza. Me sostuvieron. Yo tenía espasmos incontrolables, como ataques. Las guerreras rodearon a la mujer nagual; después hicieron una hilera a la mitad del cuarto. Los hombres se les unieron. En un momento se creó una innegable cadena de energía que fluía entre ellos. La hilera se movió y desfiló enfrente de mí. Cada uno de ellos se acercó y se detuvo frente a mí durante un momento, pero sin romper fila. Era como si se deslizaran en una rampa movible que los transportaba y que los hacía detenerse y encararse por un segundo. Los cuatro propios avanzaron primero, con los hombres a la cabeza, después los siguieron los guerreros, luego las ensoñadoras , las acechadoras y, por último, la mujer nagual. Pasaron frente a mí y durante un segundo o dos permanecieron a plena vista; después desaparecieron en la negrura de la misteriosa grieta que había aparecido en el cuarto.

Don Juan oprimió mi espalda y me ayudó a contrarrestar un poco de mi angustia intolerable. Dijo que comprendía mi dolor, y que la afinidad del hombre nagual y de la mujer nagual es algo que no puede formularse. Existe como resultado de las emanaciones del Águila; una vez que las dos personas se juntan y se separan, no hay manera de llenar la vaciedad, porque no se trata de una vaciedad social, sino de un movimiento de esas emanaciones.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Don Del Águila»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Don Del Águila» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - Una Realidad Aparte
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Conocimiento Silencioso
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Arte De Ensoñar
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Segundo Anillo De Poder
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - El Silencio Interno
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - La Rueda Del Tiempo
Carlos Castaneda
Carlos Castaneda - The Wheel Of Time
Carlos Castaneda
Carlos Fuentes - La Silla Del Águila
Carlos Fuentes
Отзывы о книге «El Don Del Águila»

Обсуждение, отзывы о книге «El Don Del Águila» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x