Hanif Kureishi - El buda de los suburbios

Здесь есть возможность читать онлайн «Hanif Kureishi - El buda de los suburbios» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El buda de los suburbios: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El buda de los suburbios»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«Mi nombre es Karim Amir y soy inglés de los pies a la cabeza, casi.» Así empieza El buda de los suburbios. El buda en cuestión es el padre de Karim, un respetable pakistaní de clase y edad medias, casado con una inglesa, que un buen día decide brindar a las amas de casa -y a sus maridos- de los suburbios la ración de trascendencia y éxtasis místico a que todos creían tener derecho en los años setenta. El adolescente Karim tolera con juvenil cinismo los desvarios de sus mayores. ¿Acaso no está él siempre a la búsqueda de diversión, sexo y respuestas a los más diversos interrogantes de la vida? Pero todo se saldrá muy pronto de su cauce y Karim verá las puertas abiertas para lanzarse a la «vida verdadera» en ese caldero mágico de feminismo, promiscuidad sexual, teatro, drogas y rock and roll que era el Londres multirracial y fascinante de los setenta, durante el fin de la era hippy y los albores del punk.
«Una novela maravillosa. No creo que en este año, ni siquiera en esta década, podamos leer otro libro tan divertido como éste, tan intensamente sincero» (Angela Cárter).
«Sexo, drogas y rock and roll difícilmente encuentran su destino en la buena literatura. El buda de los suburbios es una excepción… Kureishi afirma, con cierta sorna, que su libro es "una novela histórica"» (Cressida Connolly, The Times).
«Exactamente la novela que uno esperaba de Hanif Kureishi» (Salman Rushdie).
Hanif Kureishi, de origen pakistaní, ha nacido y crecido en Inglaterra, donde vive. Estudió filosofía en el King's College de Londres, donde empezó a escribir para el teatro; ganó el George Devine Award con Outskirt. En Anagrama se han publicado sus dos novelas, El buda de los suburbios (Premio Whitbread) y El álbum negro, así como sus guiones para las películas Mi hermosa lavandería, Sammy y Kosie se lo montan y Londres me mata (esta última dirigida por él mismo).

El buda de los suburbios — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El buda de los suburbios», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Los indios tienen el centro de gravedad más abajo que los hombres occidentales -aseguraba-. Estamos más centrados. Vivimos de acuerdo con el punto correcto: el estómago. La barriga, no la cabeza.

Eva se lo aguantaba todo y hasta se reía. Pero papá no era mi amiguito. Además, empezaba a considerarle, no ya un padre, sino un extraño de características ajenas. Ahora ya formaba parte del mundo, ya no era su fuente y, aunque me apenara, en cierto modo no dejaba de ser otra persona. Por otra parte, desde que Eva trabajaba tanto, la inutilidad de papá no dejaba de sorprenderme. No sabía hacer una cama, ni lavarse la ropa, ni planchársela. No sabía cocinar y ni siquiera sabía cómo componérselas para preparar té o café.

No hacía mucho, un día que estaba tumbado aprendiéndome mi texto para la obra, se me ocurrió pedirle que me preparara un poco de té y tostadas. Al poco rato le seguí a la cocina y vi que había cortado la bolsita de té con unas tijeras y la había vaciado en la taza. Sostenía un pedazo de pan en la mano como si fuera un raro objeto hallado en una excavación arqueológica. Las mujeres siempre le habían cuidado y él no había hecho más que aprovecharse. En aquel entonces le despreciaba por ello y hasta empezaba a preguntarme si la admiración que había sentido por él cuando niño sería inmerecida. ¿Qué sabía hacer? ¿Qué virtudes tenía? ¿Por qué había tratado a mamá de aquel modo? Ya no quería ser como él. Estaba furioso. En cierto modo, me había decepcionado.

– Ven acá, cara tristona -me dijo-. ¿Cómo va el espectáculo?

– Bien.

Ya estábamos otra vez

– Bueno, pero tienes que procurar que no te dejen de lado. ¡Escúchame bien! Diles que o te dan el papel de protagonista o nada de nada. ¡Ahora que ya habías alcanzado la cúspide en el mundo del teatro con tu papel de Mowgli como protagonista no puedes echarte atrás! Al fin y al cabo, eres el fruto de mi primera semilla, ¿o no?

Le imité.

– Fruto de mi primera semilla, fruto de mi primera semilla… ¿Por qué no dejas de decir burradas, joder? -le solté, y me marché.

Me dirigí al Nashville, que a esas horas del día era un lugar apacible. Pedí un par de jarras de Ruddles y una bolsita de patatas fritas con sabor a pollo y me quedé allí sentado pensando por qué los pubs tenían que ser así, tan tristes, con su madera oscura unos armatostes incómodos por muebles y una iluminación tan pobre que apenas se conseguía distinguir algo a cinco metros de distancia en aquel aire tan viciado. Pensé en Eleanor y me entraron ganas de llorar, pero sabía que si permanecía en el pub el tiempo suficiente se me pasarían. Era evidente que Eleanor no quería hablar de su ex, tanto si se había matado de una manera espantosa como si no. Por lo menos, nunca me lo había mencionado. En realidad me había excluido de una parte muy importante de su vida y eso me hacía dudar de la sinceridad de su afecto por mí.

En esta vida me ocurrían cosas muy curiosas, el terreno se resquebrajaba bajo mis pies. La cena, por ejemplo. Miré el pedacito de papel en el que Pyke había anotado su dirección. La palabra «cena» me desconcertaba y me exasperaba al mismo tiempo. Estos londinenses nunca llamaban a las cosas por su nombre. La cena era el almuerzo, el té la cena, el desayuno un almuerzo temprano y el postre pudin.

Hablaría con mis amigos. Me ayudaría a aclararme las ideas. Sin embargo, cuando comenté a Eva lo de la invitación de Pyke (sin decir nada del «regalo») no supo advertir mis temores y confusiones. Es más, pensó que era una oportunidad magnífica. Sabiendo como sabía lo muy encumbrado que estaba Pyke, me miró con admiración, como si acabara de ganar un trofeo de natación.

– Dentro de unas semanas, podrías invitar a Matthew a casa -fue su respuesta.

Así que llamé a Jamila. Ella tendría otra visión del asunto. Empezaba a darme cuenta de lo mucho que me asustaba Jamila, su «sexualidad», como llamaban entonces a follar, la fuerza de sus sentimientos y la firmeza de sus opiniones. El entusiasmo no era precisamente moneda corriente en el sur de Londres.

– ¿Y bien? -le pregunté-. ¿Qué opinas?

– Oh, no sé, Dulzura. Siempre acabas haciendo lo que te da la gana. No escuchas a nadie. Pero yo, en tu lugar, no iría. Tengo la sensación de que esa gente te está nublando la vista. Te estás apartando del mundo real.

– ¿De qué mundo real? Pero si el mundo real no existe, ¿no?

– ¡Claro que existe! -dijo, sin perder la paciencia-. Es el mundo de la gente corriente y la mierda que tienen que afrontar todos los días: el paro, cuchitriles por viviendas, el aburrimiento. Dentro de poco ya ni siquiera vas a reconocer cuáles son las cuestiones realmente fundamentales.

– Pero Jammie, es que esa gente es importante de verdad. -Y entonces cometí una tremenda equivocación-. ¿No sientes curiosidad por saber cómo viven los ricos que han triunfado en la vida?

Jamila bufó y se echó a reír a carcajadas.

– Me temo que la decoración del hogar me interesa menos que a ti, cariño. Y, sinceramente, no me apetece acercarme a esa gente. Pero, vamos a ver, ¿cuándo vas a pasar por casa? Tengo un dal picante como un demonio muerto de risa. No permito que nadie lo toque, ni Changez… lo guardo para ti, antiguo amante mío.

– Gracias, Jammie -le dije.

El viernes por la noche, después de haber terminado los ensayos de la semana, Pyke nos abrazó a Eleanor y a mí cuando ya íbamos a marcharnos, nos dio un beso y nos dijo:

– Hasta mañana, ¿eh?

– Sí -dije-. Hasta mañana.

– Nos hace mucha ilusión -dijo.

– A mí también -repuse.

13

«Sensacional», pensé al ver el reflejo de mi cara en la ventanilla opuesta de ese vagón de tren de la línea Bakerloo. Un pequeño dios. Mis pies bailoteaban y los dedos de las manos tamborileaban al ritmo de una música imaginaria -The Velvettes, «He was Really Saying Something»- mientras el metro cruzaba a toda velocidad las entrañas de mi ciudad favorita, de mi patio de recreo, de mi casa. Mi chica canturreaba también. Acabábamos de cambiar en Piccadilly y nos dirigíamos al noroeste, a Brainyville, Londres, que a mí se me antojaba un lugar tan remoto como Marsella. ¿Por qué había tenido que ir primero a St John's Wood? Tenía todo el aspecto de estar sano y en forma, seguramente gracias a las verduras. Las flexiones y los ejercicios de musculación de tórax que Eva me había recomendado hacer me estaban ayudando a estilizar el cuerpo y a ganar seguridad. Me había ido a cortar el pelo al Sassoon de Sloane Street y me acababa de espolvorear de talco los huevos, que estaban tan perfumados y apetecibles como unos dulces turcos. Sin embargo, la ropa me quedaba demasiado grande, como siempre, sobre todo porque llevaba una de las chaquetas azul marino de papá con una de sus corbatas de Bond Street encima de una camiseta de Ronettes, sin cuello, naturalmente, y un jersey rosa de Eva encima de todo el conjunto. Estaba nervioso y un tanto tembloroso también, tengo que reconocerlo, y es que, hacía apenas una hora, Heater me había amenazado con un cuchillo de trinchar en el piso de Eleanor y me había advertido: «¡Vas a cuidar de esta mujer, ¿eh? Si algo le ocurriera, ¡te mato!»

Eleanor estaba sentada a mi lado vestida con un traje negro y una camisa de cuello cisne de seda de un rojo oscuro. Se había recogido el pelo, pero un par de rizos colgaban sueltos, como si estuvieran así a posta para que los ensartara con el dedo.

– Nunca te había visto tan guapa -le dije.

Y era verdad. No podía dejar de besarla y habría querido pasarme el día entero abrazado a ella, acariciándola, haciéndole cosquillas, jugando con ella.

Nos dirigimos a la mansión entre contentos y nerviosos. La casa que Pyke compartía con Marlene tenía que ser un edificio de cuatro plantas situado en una calle tranquila, con un jardín recién regado, gran cantidad de flores y un par de deportivos aparcados frente a la puerta, uno negro y otro azul. Luego estaba ese semisótano tan revelador en el que vivía el aya que cuidaba del hijo de trece años de Pyke, fruto de su primer matrimonio.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El buda de los suburbios»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El buda de los suburbios» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Hanif Kureishi - A Theft - My Con Man
Hanif Kureishi
Hanif Kureishi - Collected Stories
Hanif Kureishi
Hanif Kureishi - Collected Essays
Hanif Kureishi
Hanif Kureishi - Gabriel's Gift
Hanif Kureishi
Hanif Kureishi - Midnight All Day
Hanif Kureishi
Hanif Kureishi - The Last Word
Hanif Kureishi
Hanif Kureishi - The Black Album
Hanif Kureishi
Stephen Booth - Lost River
Stephen Booth
Hanif Kureishi - Intimidad
Hanif Kureishi
Hanif Kureishi - Something to Tell You
Hanif Kureishi
libcat.ru: книга без обложки
Hanif Kureishi
Отзывы о книге «El buda de los suburbios»

Обсуждение, отзывы о книге «El buda de los suburbios» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x