Anonimo Anonimo - exLiCación

Здесь есть возможность читать онлайн «Anonimo Anonimo - exLiCación» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

exLiCación: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «exLiCación»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este libro es el resultado de varias explicaciones que se cruzan e interpelan a distintos agentes.
El principal es la chica que aparece ya desde el primer capítulo. Se trata de la aspiración a un amor catártico que busca la redención. Cómo aparece, qué sucede en el encuentro y qué pasa tras nuestra separación buscar ser el vehículo del resto de elementos.
La segunda explicación pretende ser una réplica al nudo central de los argumentos empleados por Harari en sus libros de Sapiens. Se trata de un elemento para explicar cómo un humano reacciona ante una historia.
La tercera explicación es a mí mismo.
Este libro pretende escapar deliberadamente de una estructura narrativa literaria habitual, aún a riesgo de hacerlo menos comprensible. Escapa porque aún no tengo claro si intentar hacerlo me aburre o sencillamente no se me da bien. El caso es que la estructura de la historia viene condicionada en realidad por el propio concepto de consciencia descrito. Es decir, elementos discretos que deben ser reformulados por quien los procesa. Se trata de una historia que transcurre durante veinte años en una extensión de novela corta por lo que pretende provocar más una sensación antes que lograr un relato sólido. El libro aspira a ser una imagen de la Gestalt. Del mismo modo no es, ni pretende serlo, un ensayo sobre el origen de la consciencia, que en el texto tiene evidentes influencias. Casi es más un intento de hacer un experimento sobre cómo el modelo de consciencia descrito funciona porque en una vida, la mía, ha funcionado así. Y es obviamente autobiográfico porque me resultaba absolutamente imposible hacer este ejercicio con personajes totalmente ficticios, o empleando personajes parcialmente ficticios que teniendo en cuenta los propósitos del texto me hubiera parecido directamente un insulto. Este carácter autobiográfico condena obligatoriamente el texto al anonimato. El carácter anónimo es lo que me ha permitido dejar que la obra viera la luz y no fuera destruida. Porque creo que hay algo que funciona en la historia y hay algo en la explicación de la mente que resulta valioso. Aparte de ser groseramente autobiográfica, está repleta de referencias culturales que ya en un principio advierto que sin son compartidas, funcionan, en caso contrario, despistan y suponen un estorbo. Pero esto último precisamente quiere ser un ejercicio metaliterario pues en mayor o menor medida o es lugar común o seguramente no funcione, como decía Panero, toda literatura es un palimpsesto, y de esta manera busco denunciarlo. Y por otro lado no deja de resultar otra manifestación del modelo de conciencia presentado. Este libro era el único modo de redimirme de una vida desperdiciada y compartir una idea sobre la consciencia capaz de salvar vidas.

exLiCación — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «exLiCación», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Había estado pasando todos los veranos de mi vida en un pueblo de Madrid junto a mis abuelos maternos, por lo que el camino no me resultaba nuevo, pero recuerdo perfectamente el tórrido viaje en el taxi, mi comentario burlón al taxista insinuando que había dado un rodeo innecesario y su indignación diciéndome que yo no tenía ni idea de cómo llegar desde el aeropuerto. Recuerdo perfectamente cruzar la puerta blindada del piso de mi abuelo y a mi abuelo recibiéndome en medio de aquel largo pasillo al que apenas llegaba luz aunque afuera uno pudiera quedarse ciego por el sol. Recuerdo todos los trastos tirados por todos lados que yo no podría tocar porque eran de mi abuelo y yo en cierto modo estaba ahí de paso, como huésped provisional. Y recuerdo que nada más entrar con una de las maletas que llevaba tiré un cuadro y pensé que aquello no debía ser una buena señal. Aquel primer año en Madrid me sentí como si me hubiera rescatado de un naufragio un barco que hacía aguas.

Todo aquello, todo lo que me había pasado no lo veía exactamente como piezas de un puzzle que tuvieran que encajar, no. Yo veía aquello, intuía que podía estar todo relacionado entre sí, pero me dedicaba más bien a poner las piezas unas encima de otras formando una torre, o alineadas esparcidas por el suelo en forma de tren, o cualquier cosa menos tratar de hacerlas coincidir. De hecho, creo que el único intento que tuve de conferirle cierto orden con anterioridad fue cuando tenía unos ocho años. A esa edad mediante una epifanía estuve convencido de ser un nuevo Jesucristo durante algunos meses. El nombre de mi madre también era María, mi padre era un ente, yo también era hijo único y aunque durante la infancia todo apuntaba a desembocar en una mísera existencia, compartía con el de Nazareth estelar futuro. En fin.

Durante mi segundo año en Madrid en esas estaba cuando te vi. Leí que la primera visión del amor resulta fatídica, en cuanto al fatum griego se refiere, aunque al otro también. Atxaga hacía que un personaje de un cuento suyo lo viera todo púrpura cuando ella se le apareció. Otras personas describen que todo se paraliza. Yo mismo protagonicé, por lo visto, una revelación similar en la que mi cabeza estaba rodeada de mariposas, según me dijo la testigo. A mí lo que me sucedió aquella mañana en el aula magna de la facultad, desde la sexta o vigésima línea de aquel anfiteatro que disponía las mesas en bancales, es que te vi a través de un ojo de pez. Tú absorbías la luz a tu alrededor, seguramente a causa de una disfunción gravitatoria que curvaba los rayos solares, así como deformaba, haciéndolos diminutos, los cuerpos de la gente que te acompañaba. Recuerdo ese vestido ceñido blanco, unas botas con calentadores, tu pelo castaño con reflejos de tinte caoba y una constante sonrisa. Yo me aferré a la mesa desde mi sexto o vigésimo bancal, no fuera que me acabara cayendo, y esa aparición me desarmó. Posteriormente, supe que la historia ya me estaba encadenando. Que yo creaba las señales y las señales me recreaban a mí.

Tuvieron que transcurrir algunas semanas para que, tras armarme de valor, fuera capaz de acercarme a ti. Un día que te hiciste la despistada leyendo en el suelo a la salida de clase. Creo que te pregunté por lo que estabas leyendo, creo que era Ramsés o algo así. Enseguida tuve que hacer un esfuerzo por obviar ese dato y sustituirlo por algo de Flaubert. Caminamos un poco hasta la salida de la facultad. Yo te dije: «¿Sabes? Me dueles» y creo recordar que me marché corriendo. En mi cabeza todo funcionaba, la cámara, el plano, mi pose grave, alejarme de allí sin dar opción a réplica, todo funcionaba. Y a ti, de algún modo, algo te encajó.

Sin embargo, los recuerdos y, más aun los que se creen compartidos, son unos farsantes.

Me resultó sorprendente cuando la primera novia que tuve en la post-adolescencia (el post es perfectamente prescindible), en una ocasión se animó a recordarme un momento muy especial, de gran intimidad, de delicada conexión, durante el cual, en un trastero a escondidas, nos besamos ocultos de sus padres. Ella recordaba mi sudor, el calor que hacía fuera, la tensión, nuestros labios furtivos buscándose a refugio de la mirada de sus padres. Ella se dejaba corromper por el deseo de manera clandestina. Yo, en realidad, tenía ganas de mear, estaba sudado porque había llegado hasta su casa en bici y no me apetecía nada estar allí por todo el polvo que estaba cayendo de los trastos allí guardados. ¿En cuántos hermosos momentos una persona habrá permanecido más atenta a un retortijón que a la mirada embelesada y ajena al retortijón, por cierto? ¿En cuántas fotos de un mitin de Hitler, donde aparece una multitud entregada, podríamos llegar a encontrar personas meditando sobre qué dar de cenar a su pequeño Gunther o si liarse con la hermosa Margaret? ¿Cuántos recuerdos ni siquiera llegaron a producirse en la realidad y con los años van brotando condicionados, condicionantes? Yo guardo en la memoria un hecho, el hecho se adapta a lo que mi memoria considera correcto en cuanto a cómo debería haber acontecido y, finalmente, el hecho acaba condicionando tanto a mi memoria como a posteriores hechos.

Quizás no te viera a ti aquel primer día en la universidad entrando en el aula magna. Quizás no te estuvieras haciendo la despistada para hablar. Quizás mi dicción me traicionara y cuando dije aquello de: «¿Sabes? Me dueles», tú entendiste cualquier otra cosa, o un cómico «Me hueles» que, seguido de mi huida, hubiera resultado hilarante, lo cual, por supuesto, despertaría tu interés en conocerme mejor. «¡Mira qué gracioso el chaval!» Los recuerdos son traicioneros y, sin embargo, es el hilo conductor de nuestra vida, las miguitas de pan de Hansel y Gretel adentrándose en el bosque.

«Panta rei». Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río ni siquiera somos dos veces el mismo conjunto de células bañándose. Por ejemplo, las células del intestino se renuevan cada cinco días, las plaquetas viven unos diez, la epidermis puede llegar al mes, renovamos parte de los huesos cada año y, en total, podemos tardar unos quince años en prácticamente volver a nacer. Salvo, eso sí, gran parte de nuestras neuronas, que se van retorciendo como ramas secas mientras a su alrededor todo muere y renace. Nuestras neuronas son capaces de fijar un cuerpo que en realidad ya no existe en la recreación de un espacio físico que en realidad nunca llegó a existir. Y nosotros fiamos nuestra suerte a ello.

Que Proust arrancara con el aroma de las magdalenas es similar a las arcadas que le arranca un alimento nuevo a un paciente de quimioterapia si lo vuelve a probar tras el tratamiento. Somos el maldito animal condenado a forrajear aplicando un método de ensayo y error, por lo que cuando algo sentaba mal, más nos valía recordar su olor para no volver a probarlo, si con suerte se sobrevivía en mitad de la sabana al primer ensayo. El aroma, el sutil aroma dulzón de la mantequilla en Combray, el pequeño bollo que sugiere toda una vida, no es más que la bomba nuclear hormonal capaz de alterar toda nuestra memoria y devolver vivencias ficticias.

Y nosotros, con prácticamente todas las células de nuestro cuerpo cambiadas, confiando en un hipocampo sometido a los caprichos de la química, creemos y creamos una historia donde engarzamos las mejoras galas que somos capaces de recrear. Yo te imagino al pie de la escalera, yo me imagino hablando con voz grave, adentrando con firmeza cada palabra en el arado del futuro, y, tras eso, ya todo cambia.

Durante aquellos casi diez meses en los que estuvimos corriendo constantemente, eufóricos, de un lado para otro como perros jóvenes que se reconocen en un parque, todo, por primera vez, cobró sentido. Dijimos muchas cosas, sobre todo yo. Dije que no podríamos seguir juntos mucho más tiempo porque yo aún tenía cosas pendientes por hacer. Tenía que escribir y con tanta felicidad no me daba tiempo. Debía tener una hija. También me esperaba un divorcio. Era necesario que cayera en lo más profundo, era necesario que pasara un tiempo en el clásico calvario haciendo las tradicionales paradas en la prostitución, alcoholismo, depresión, miseria y aspirar a la literatura redentora. Recuerdo que dije eso en un pasillo de la facultad. Sin resultar excesivamente impostado, al menos aquella ocasión. Parecía que estuviera sencillamente constatando un hecho: «Mira, yo puedo caminar porque tengo dos piernas, hay luz porque es de día y una noche me despertaré en un charco de vómito porque me ha tocado». Era sencillísimo. Para mí tenía una lógica aplastante. Desconozco en qué medida atribuiste aquello a otra de mis teatralidades o si ni tan siquiera llegaste a escucharlo con el bullicio de los alumnos entrando y saliendo. El caso es que para mí decirlo no era resultado de un largo proceso de razonamiento o fruto de un sorprendente descubrimiento. No, para mí decirlo era sencillamente poner palabras a lo que desde mucho antes sabía. En esos instantes fui un personaje ataviado con una clámide que durante el prólogo súbitamente se gira hacia al público para, tras cubrirse el rostro con máscara de piedra, clamar el funesto destino que a mí mismo me esperaba. Lo malo de las profecías que uno mismo hace sobre sí mismo es que suelen ser bastante acertadas, aunque sea tan solo por tener razón una sola vez en la vida.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «exLiCación»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «exLiCación» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Anonimo Anonimo - Pregúntale a Alicia
Anonimo Anonimo
Anonimo Anonimo - Els tres porquets
Anonimo Anonimo
Anonimo Anonimo - En Pere Sense Por
Anonimo Anonimo
Anonimo Anonimo - La galeta de gingebre
Anonimo Anonimo
Anonimo Anonimo - Juan Sin Miedo
Anonimo Anonimo
Anonimo Anonimo - Los tres cerditos
Anonimo Anonimo
Anonimo Anonimo - Relato de la conquista
Anonimo Anonimo
Anonimo Anonimo - David y Goliat
Anonimo Anonimo
Отзывы о книге «exLiCación»

Обсуждение, отзывы о книге «exLiCación» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x