Si efectivamente existe un patrón de agravios del perpetrador, entonces ningún caso de daño es único. Hay historia, y de nada nos sirve olvidar nuestra historia. Al perdonar, siempre se corre el riesgo de que no todo salga bien. Así como lo hacemos al comprometernos a amar a alguien y casarnos, también damos un salto de fe al comprometernos a practicar el perdón. No olvidamos ni negamos la posibilidad de que se nos vuelva a lastimar, pero damos ese salto de todas formas.
Cuando sufrimos una pérdida o daño, solemos creer que olvidar es demasiado apabullante, demasiado complicado como para considerarlo siquiera. ¿Cómo perdonar en ausencia de una disculpa o explicación del motivo de que se nos lastimara? ¿Cómo pensar en perdonar cuando sentimos que el otro no ha hecho nada para “merecer” nuestro perdón? ¿Por dónde empezar siquiera?
La tarea de perdonar no es fácil. Tal vez ya has tratado de perdonar a alguien sin lograrlo. Quizá lo has hecho sin que la otra parte haya mostrado remordimiento, cambiado de conducta o admitido sus ofensas, y prefieres seguir siendo implacable.
Perdonar no es algo que pueda hacerse sin esfuerzo, así que no tiene caso minimizar su complejidad. Es mejor dividir nuestro perdón en pequeñas piezas, y comenzar donde nos encontremos. Cuenta tu historia tanto como sea necesario. Nombra tus penas hasta que dejen de atravesarte el corazón. Perdona cuando estés listo para dejar atrás el pasado, el cual es imposible de cambiar. Reconcíliate o termina la relación, como prefieras.
Perdonar no es fácil, pero es el camino a la curación. A Nelson Mandela no le fue nada fácil pasar veintisiete años en prisión, pero cuando me dicen qué desperdicio de tiempo fue ése, yo contesto que no es así. Mandela tardó veintisiete años en pasar de joven iracundo, radical e implacable a un icono de la reconciliación, el perdón y el honor capaz de alejar a una nación del borde de la guerra civil y la autodestrucción.
Nuestro sufrimiento, pérdidas y dolor pueden transformarnos. Esto no siempre nos parecerá justo ni fácil, pero sabemos que, con el tiempo, de un gran pesar puede obtenerse un gran bien. En el capítulo siguiente empezaremos a explorar el camino cuádruple del perdón.
Pero antes hagamos una pausa para escuchar lo que el corazón oye.
Dios perdona de manera incondicional,
así que también nosotros podemos hacerlo.
El ladrón en la cruz sigue muriendo en su cruz,
pero el perdón liberó su espíritu.
Y tú y yo, en tierra, con nuestro
montón de agravios apuntando al cielo,
¿moriremos mil muertes antes de morir?
¿Moriremos de sed de venganza?
¿Arderemos en la hoguera de nuestra rabia?
¿Tropezaremos con todos los obstáculos en nuestro camino?
¿Y nos prenderemos de nuestra desdicha?
¿O nos arriesgaremos a ser libres siguiendo
este camino, adondequiera que lleve,
más allá de los porqués y las mentiras sobre lo que no pudo ser?
Ésta es nuestra oportunidad.
Corre el riesgo.
Libérate.
RESUMEN
Qué no es el perdón
Perdonar no es fácil; requiere mucho trabajo y disposición constante.
Perdonar no es muestra de debilidad; requiere valor y fortaleza.
Perdonar no es subvertir la justicia; permite que se haga justicia con una pureza de propósito que no incluye la venganza.
Perdonar no es olvidar; requiere un recuerdo audaz del agravio.
Perdonar no es rápido; puede implicar varios ciclos de aflicción y recuerdo antes de un perdón efectivo y liberador.
MEDITACIÓN
Estar en el espacio seguro
A veces la tarea del perdón parece desmedida y lo único que quieres es estar tranquilo y sentirte a salvo. En esta meditación crearás un manto de seguridad que estará siempre a tu alcance.
1 Siéntate cómodamente. Si lo deseas, cierra los ojos.
2 Presta atención a tu respiración. No la dirijas. Síguela.
3 Una vez asentado en el ritmo de tu respiración, siéntete rodeado por un manto de seguridad.
4 ¿Qué textura tiene ese manto? ¿De qué color es? ¿A qué huele?
5 Adáptate a ese manto. ¿Es frío o caliente?
6 Ve ese manto en tu imaginación lo más detalladamente posible. Cúbrete con él y hazte a la idea de que te hace sentir a salvo.
7 Cuando creas necesitar este manto de seguridad, ten por cierto que siempre estará a tu disposición y que te bastará con tender la mano para alcanzarlo.
RITUAL DE LA PIEDRA
Trazar los mitos
1 Toma tu piedra. Ponla sobre una hoja de tu diario y traza su contorno.
2 Haz cinco contornos de ella.
3 Escribe dentro de cada uno algo que el perdón no es. El perdón no es:debilidadinjusticiaolvidofácilrápido
4 Respecto a cada uno de estos mitos, piensa en un caso en que el mito te impide perdonar.
EJERCICIO DEL DIARIO
Perdonar es un proceso de dejar atrás.
1 Piensa en las cosas a las que debes renunciar o soltar para poder perdonar.
2 Tu lista podría incluir cosas como el derecho a vengarte, la esperanza de una disculpa o hasta la ilusión de que quien te hizo daño comprenda el dolor que causó.
3 Mientras haces esta lista, detente en cada punto y agradece la posibilidad de soltar lo que no necesitas para poder perdonar.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.