• Пожаловаться

David Monteagudo: Fin

Здесь есть возможность читать онлайн «David Monteagudo: Fin» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

David Monteagudo Fin

Fin: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fin»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Fin, sin llegar a instituirse del todo en novela social, utiliza por ejemplo, el protagonismo colectivo, la narración alterna en tercera persona y un predominio del diálogo sobre la descripción, elementos todos característicos de gran parte de la narrativa española de los años 50. Sorprende la habilidad con la que Monteagudo se bate tanto en el terreno conceptual como en el narrativo. Sutilmente, suma pequeños capítulos narrativos, escenas y diálogos concretos con los que va hilvanando ambas tramas, la psicológica y la fantástica, colocando siempre el acento en lo extraño. Antes de que el elemento de género se imponga, es decir, bastantes páginas después del misterioso parpadeo nocturno que aísla a los protagonistas, Fin transcurre por derroteros realistas, aunque envueltos en una atmósfera misteriosa y desasosegante. Persiguiendo una explicación para el fin de la Humanidad, los personajes se han de enfrentar a su propio fin, pero especialmente a sus recuerdos y a las nuevas respuestas que estos provocan bajo sus personalidades adultas. Los remordimientos, la broma perpetrada al Profeta y el fin del mundo, tres elementos aleados en perfecta unión, constituyen el motor de lo terrorífico, pero es el escenario diurno, esa Naturaleza opresiva tan bien descrita, el que produce el efecto numinoso en la narración. Monteagudo acompaña los diálogos con descripciones del paisaje siempre diáfanas, carentes de emotividad, afilando así el tono de extrañamiento general. El ritmo no decae en ningún momento, y es llevado en volandas por un suspense narrativo tan intenso que logra que la novela se convierta en un absorbente pasapáginas. Tras su lectura, no cabe sino afirmar que Fin, el estreno literario de David Monteagudo, es una novela magnífica, una novela, no tengan duda, de ciencia ficción. De su apasionante lectura se puede extraer, además de la consabida satisfacción literaria, la conclusión de que la normalización del género, su integración en el mercado general, ha revertido, tal y como se esperaba, en buena calidad y mayor diversidad. «Fin es una novela psicológica armada en una carcasa de novela de terror y hasta de ciencia ficción. Aterra y conmueve. Describiendo una acción pavorosa, Monteagudo desmenuza nuestros pequeños terrores cotidianos. Literatura mayúscula». Jordi Llavina, La Vanguardia «Espléndida… Con sus guiños generacionales y metafísicos, su filiación buñuelesca, su turbia atmósfera y su calidad literaria, la insólita opera prima de David Monteagudo es una de las sorpresas de la temporada». Ricard Ruiz Garzón, El Periódico «Uno de los libros más sorprendentes del año». Rosa Mora, El País «Su mirada desolada sobre el mundo está en la línea de las de Philip K. Dick, Bradbury o-sobre todo-Cormac McCarthy. La lleva al extremo y nos deja sin aliento». Care Santos, El Mundo «Te introduce en un mundo del cual quieres salir, pero sin dejar de leer. Mi libro del año». Carlos Zanón, Avui «Un absorbente artilugio literario». Héctor Porto, La Voz de Galicia

David Monteagudo: другие книги автора


Кто написал Fin? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Fin — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fin», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Peñahonda?

– Sí, está en El Tiemblo, cerca del desfiladero de Los Hoscos. Hay casi ciento cincuenta kilómetros desde aquí. Fuimos en la furgo de Ibáñez, y Rafa también llevaba su coche; por aquel entonces eran los únicos que podían disponer de vehículo propio durante dos días seguidos. Era la típica excursión: llegar por la tarde, dormir en el refugio, y al día siguiente recorrer el desfiladero. El refugio es un edificio antiguo que hay al lado del castillo. Lo usaban de casa de colonias y esas cosas; había que pedir la llave y no hacer demasiados destrozos… de todas formas estaba siempre hecho una mierda. Bien, pues aquella noche sacamos los sacos de dormir a una especie de plaza embaldosada que hay, y nos tumbamos a mirar las estrellas. Era en pleno verano y no hacía nada de frío…

– Pues no es la mejor época para ver las estrellas.

– Ya lo sé, pero no te creas, aquello está lejos de cualquier pueblo, sólo hay una urbanización muy cutre en las proximidades, medio ilegal, a lo mejor ya ni existe. El caso es que al no haber luces por allí cerca se veía el cielo bastante bien, yo diría que muy bien; la verdad es que impresionaba.

– Vamos, que era muy romántico…

– Tan romántico que a alguien se le ocurrió proponer que volviéramos allí veinticinco años después, el mismo día, a la misma hora, aunque entonces ya no fuéramos amigos, aunque alguno estuviera viviendo en el otro lado del mundo, aunque estuviéramos casados, separados, con hijos… daba igual, el caso es que juramos solemnemente no faltar a la cita, al aniversario. Y además nos lo creíamos, entonces nos lo creíamos, estábamos convencidos de que nadie iba a traicionar el juramento.

– Y eso es lo que quiere hacer ahora la famosa Nieves: conseguir que cumpláis con la promesa.

– Exacto; eso es lo que quiere hacer. Primero ha investigado si podríamos disponer del refugio, y ahora está llamando a la gente. Todavía falta un mes. Dice que sólo lo organizará si vamos todos: todos los que estuvimos allí aquella noche.

– Y, por lo que se ve, también están invitados los acompañantes.

– ¡Pues claro! No es tonta. Así tiene más posibilidades de éxito, de que todo el mundo le diga que sí. De todas formas… déjame pensar… con Ibáñez soltero y sin compromiso, Amparo y Nieves separadas, y una pareja interna…

– ¿Interna?

– Sí, Rafa y Maribel acabaron juntos; se conocieron en el grupo; se casaron y tienen dos niños, bueno, un niño y una niña, la parejita, hasta en eso son modélicos. O sea, que ya van… cinco que no traerán a ningún extraño. Por lo tanto, sólo quedamos Ginés y yo… No sé en qué situación está ahora Ginés.

– ¿No decías que era tu mejor amigo?

– Sí, pero le perdí la pista hace tiempo. Se fue a Madrid, le salió un empleo de lo que había estudiado. Supongo que ahora estará emparejado, aunque sólo sea por una cuestión de estadística… vamos, que el cupo de corazones solitarios ya está completo. De modo que sólo habrá, en el mejor de los casos, dos personas ajenas al grupo, dos mujeres…

– ¿Y quién te dice a ti que el tal Ginés no pueda aparecer con un novio, en vez de una novia?

Hugo se queda unos segundos desconcertado, sin saber qué decir. Cuando reacciona lo hace con una de sus imitaciones.

– ¡Eh, que te he dicho que era mi mejor amigo!-dice con expresión soez, con voz aguardentosa-. ¿Cómo quieres que sea maricón?

– Vale, contemos a Ginés y señora… No me salen las cuentas. Me falta Irene Papas.

– No-dice Hugo sonriendo-, Irene Papas, y su hermana, eran primas de Nieves. Venían a veces. Había un montón de gente que pululaba por la pandilla, pero el cogollito éramos los ocho…

– ¿Ocho? Yo he contado siete: cuatro chicos y tres chicas, por cierto.

– Vaya, no se te escapa una-dice Hugo con una sombra de irritación-. Sí, en realidad… aún falta otro. Pero ése no vendrá. Vamos, no creo que venga: acabó con muy mal rollo, enfadado con todos.

– Algo le haríais.

– ¡¿Cómo que «algo le haríais»?! ¡Y tú qué sabes! ¡Pues sólo faltaba eso!-dice Hugo levantándose bruscamente del asiento, paseando de un lado para otro como un león enjaulado-. Fue él quien se cargó la pandilla… el típico inadaptado incapaz de… siempre nos estropeaba todas las fiestas con sus malos rollos, y al final, porque un día le gastamos una bromita, no veas el número que nos montó. Y lo que es peor, consiguió que todo el mundo se enfadara con todo el mundo… Allí se acabó la pandilla. Ya no nos recuperamos de aquel guateque.

– ¿Qué broma le gastasteis?

Hugo se acerca de nuevo a la mesita y recupera su vaso, ya casi vacío, antes de contestar.

– Nada… ¡Yo qué sé!… Ya no me acuerdo… imagínate si sería importante que ya ni me acuerdo.

– Seguro que era algo humillante… y relacionado con el sexo.

– ¡Pero bueno! ¿A qué viene ahora eso? No tienes ni idea… no sabes nada de todo aquello, y ya te estás montando la película. Y el malo soy yo, por supuesto, ¿quién iba a ser si no?

– No dramatices. Lo decía en broma. Lo importante es que todos, buenos o malos, estabais allí aquella noche, mirando las estrellas…

– Sí, claro, entonces sí… fue nuestro mejor momento; hasta él, el tipo ese, se comportó como una persona normal… La verdad es que todos guardamos un buen recuerdo de aquella noche…

– Y Nieves le ha invitado también a él…

– Por supuesto. Su amor hacia todas las criaturas llega hasta ese extremo… Le va a llamar; se ve que tiene su teléfono… no sé cómo lo habrá conseguido porque… nunca supimos nada más de él…

– Habrá buscado el nombre en la guía.

– Eso suponiendo que viva aquí. Yo no lo he visto nunca por la calle…

– A lo mejor ella sí que lo continuó viendo.

– Es muy capaz… de todas formas da igual, ya te he dicho que no creo que venga…

– ¿Y cómo se llama? No me has dicho cómo se llamaba.

– ¡Joder, el tipo ése!-exclama Hugo parándose en seco-. ¡Es lo que me fastidia, que siempre se acaba… siempre se acababa hablando de él!

La reacción de Hugo ha sido desproporcionada. Desde el sofá en el que continúa sentada, Cova le mira unos instantes con asombro, con preocupación.

– Hugo… sólo te he preguntado cómo se llamaba.

– ¿Quieres saber cómo se llamaba?, ¿Eh?, ¿Quieres saberlo?… Se llamaba «el Profeta», ¿vale?, el Profeta. Nadie le llamó nunca de otra manera… Sí, por supuesto tenía un nombre, Juan o José o algo así, y un apellido igual de vulgar, pero siempre le llamamos el Profeta, ¿y sabes por qué? Pues porque era un friki, un colgado que siempre iba a misa, y se las daba de santo, y se ponía a darnos lecciones el muy…

– Pues parece que tú te lo tomabas en serio…

– No parece nada, señora, no parece nada. Lo que parece es que no vamos a ir a esa maldita fiesta.

– Por favor, Hugo, no empecemos otra vez…

– ¡Pues no te dediques a pincharme sistemáticamente! Parece que lo haces a propósito. No iremos a esa fiesta, y ya está. Se acabó la discusión.

– Bueno. Se hará lo que tú digas, como siempre…

Cova se levanta del sofá con una expresión tensa y reconcentrada. Parece que va a salir de la sala, pero de pronto se detiene y le dice a Hugo:

– Tendrás que llamar a esa mujer, a Nieves… Yo lo haría cuanto antes, ya me entiendes, no sea que empiece a hacerse ilusiones.

– Por supuesto que la llamaré-dice Hugo.

Hugo va hacia la librería, rebusca en un estante y al final saca un paquete, y de éste un cigarrillo que enciende con rápidos movimientos y empieza a consumir inmediatamente, con avidez. Recupera entonces su vaso de whisky y se va, con vaso y cigarrillo, hacia los anchos ventanales que se abren al fondo de la sala. Está de espaldas a Cova, con la cara a unos centímetros del cristal, enfrentado a la mañana luminosa del domingo. Afuera hay un paisaje de árboles podados y arquitectura repetitiva, de pequeños jardines, alargados, con la barbacoa en una esquina.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fin»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fin» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Dan Simmons: Fases De Gravedad
Fases De Gravedad
Dan Simmons
David Baldacci: Buena Suerte
Buena Suerte
David Baldacci
Graham Joyce: Amigos nocturnos
Amigos nocturnos
Graham Joyce
Daniel Pennac: Como una novela
Como una novela
Daniel Pennac
Ted Dekker: Tr3s
Tr3s
Ted Dekker
José Saramago: Ensayo Sobre La Ceguera
Ensayo Sobre La Ceguera
José Saramago
Отзывы о книге «Fin»

Обсуждение, отзывы о книге «Fin» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.