• Пожаловаться

Erica Spindler: Frío En El Alma

Здесь есть возможность читать онлайн «Erica Spindler: Frío En El Alma» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Erica Spindler Frío En El Alma

Frío En El Alma: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Frío En El Alma»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Veintitrés años antes, Anna North había sobrevivido a una pesadilla. Un loco la había secuestrado y le había cortado el dedo meñique. En la actualidad, Anna vivía en Nueva Orleans, escribiendo novelas de suspense bajo seudónimo. Por fin se sentía a salvo. Pero, súbitamente, la vida de Anna dio un giro aterrador. La novelista empezó a recibir cartas misteriosas. Una amiga suya desapareció de pronto. Allanaron su apartamento. Alguien había comenzado a acosarla… Desesperada, Anna acudió al inspector Quentin Malone, pero el policía estaba más preocupado por los recientes asesinatos de dos mujeres en el Barrio Francés. Sin embargo, tras el hallazgo de una tercera víctima, pelirroja como Anna y con el meñique amputado, Malone comprendió que la novelista era el nexo de unión entre los asesinatos y que podía ser la siguiente víctima…

Erica Spindler: другие книги автора


Кто написал Frío En El Alma? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Frío En El Alma — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Frío En El Alma», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Por fin apareció el guardia, seguido de Terry. Este no miró a Quentin a los ojos, sino que se limitó a tentarse en una de las sillas.

– Si me necesita, sólo tiene que llamar -dijo el guardia antes de salir.

– ¿Para qué querías verme, Terry? -inquirió Quentin rompiendo el silencio.

– ¿Cómo está Penny?

– ¿Tú qué crees? Destrozada. Humillada. Preocupada por los niños y por cómo les afectará todo esto.

– Lo sé… los echo de menos.

Quentin tuvo que hacer un esfuerzo para no ablandarse ante el tono afligido de su ex compañero.

– ¿Pero te arrepientes, Terry? ¿Te arrepientes de lo que les has hecho?

– Sí. Pero no por lo que tú piensas -Terry colocó las manos encima de la mesa, haciendo tintinear las esposas-. ¿Por qué acudiste a la capitana? ¿Por qué no hablaste conmigo primero?

– Tuve que cumplir con mi deber.

Terry chasqueó la lengua con amargura.

– El deber antes que la amistad, ¿eh?

– Tus mentiras acabaron con nuestra amistad.

– Podía habértelo explicado.

Quentin meneó la cabeza.

– Lo siento, compañero, pero no podrás salir de ésta con palabras. Las pruebas hablan por sí solas.

– No. De eso se trata. Necesito… necesito tu ayuda, Malone.

– Jaye Arcenaux es quien necesita mi ayuda, Terry. Y Minnie. ¿Quieres decirme de una vez dónde están? -se inclinó hacia su ex compañero-. Si colaboras, quizá pueda ayudarte.

– Crees de veras que yo lo hice -Terry maldijo en voz alta-. Pero te equivocas. No sé dónde están.

Quentin se retiró de la mesa, tan violentamente, que tiró la silla al suelo.

– Cuando estés dispuesto a decir la verdad, avísame.

– ¡Yo no lo hice! -Terry se puso en pie-. ¡Juro que no lo hice! ¡Estoy diciendo la verdad!

– Entonces, las pruebas demostrarán tu inocencia. Cuando lleguen los resultados del análisis de ADN, podrás salir de aquí.

– Ese es el problema -dijo Terry con los ojos súbitamente llenos de lágrimas-. Ese es el problema.

– Explícate.

Terry alzó la cabeza y lo miró a los ojos, con expresión torturada.

– Yo estaba liado con Nancy Kent. Desde hacía… meses. Era ella quien me daba dinero, cortesía de su sustancioso acuerdo de divorcio. Creí que había encontrado un chollo. No era un romance -una risa ahogada escapó de sus labios-. Nos limitábamos a follarnos mutuamente. Y era genial. Al principio -apartó la mirada-. Aquella noche, en el bar de Shannon, Nancy estaba jugando conmigo, provocándome. Castigándome por haberle dado plantón la noche anterior. Tratándome con a un donnadie. Yo estaba furioso con ella. Por sus provocaciones. Por haberme dejado en ridículo delante de todo el mundo. Había bebido demasiado. Y Nancy se aprovechó de eso -Terry se removió en la silla-. Cuando salió por la puerta trasera del bar, la seguí. Y… y follamos. Allí mismo, contra la pared. A ella le gustaba eso. El morbo. El peligro.

Quentin pensó en Penny. En Matti y Alex, los hijos de Terry. Se le revolvió el estómago.

– ¿Y eso es todo?

– Cuando apareció muerta, me asusté. Habíamos discutido delante de todos. No había usado condón, y estaba seguro de que encontrarían mi ADN y sabe Dios qué otras pruebas en el cadáver. Sabía lo que pasaría si hablaba. Por eso no dije nada. ¿No lo comprendes, Malone? Estaba jodido.

– ¿Sabía alguien más que Nancy y tú estabais liados?

– No, nadie. Fuimos muy discretos.

Quentin chasqueó la lengua con incredulidad.

– Me sorprende, compañero. La discreción nunca ha sido tu fuerte. Jamás me lo habrías ocultado. Ni a mí ni a los demás muchachos.

– ¡Pero lo hice! Nos liamos antes de que ella se divorciara -explicó Terry en tono desesperado-. De haberse enterado alguien, su acuerdo de divorcio se habría ido al garete.

– ¿Dónde la conociste?

– En un bar del Barrio Francés.

– ¿Y qué me dices del doctor Walker? ¿Por qué te trataste con él en secreto?

– No quería que nadie lo supiera. Ni siquiera tú o Penny -Terry se inclinó hacia delante, con expresión seria-. Sabía que se extendería el rumor. Y no quería soportar los comentarios de la gente.

– Y, en un momento dado, dejaste la terapia -Quentin chasqueó los dedos-. ¿Así de pronto?

– Penny me dejó. Así que, ¿qué sentido tenía continuar?

– Tienes una respuesta para todo, ¿eh?

– ¡Te estoy diciendo la verdad!

– ¿Cuánto tiempo has tardado en inventarte esa historia, Terry?

– ¡Te juro que es cierto! No encontrarán ninguna prueba que me relacione con las otras dos víctimas. Ni con Anna North.

– Evelyn Parker no fue violada.

– Pero Jessica Jackson sí -Terry se puso en pie-. ¿Por qué iba yo a aterrorizar a Anna North? ¡Si ni siquiera la conozco!

– Eso dices tú.

– ¡Puedo ser un adúltero, pero no un asesino! ¡Tienes que creerme!

Quentin lo miró, disgustado.

– Tu historia está muy bien tramada, Terry. Pero carece de datos reales que la respalden.

– Tú puedes conseguirlos por mí -Terry extendió sus brazos esposados-. Eres el mejor, Malone. Puedes investigarlo, encontrar a alguien que nos viera a Nancy y a mí juntos antes de esa noche en el bar de Shannon.

– ¿Y por qué iba a perder mi tiempo haciendo semejante cosa? Creo que mientes, Terry.

– Porque te preocupas por Anna North. Y eres suficientemente inteligente para comprender que, si mi historia es cierta, el individuo que la acosa sigue ahí fuera. Libre.

Capítulo 19

Martes, 6 de febrero

Aquella noche, el secuestrador de Jaye le llevó comida. Un festín. Una hamburguesa, una ración doble de patatas fritas y un batido de chocolate. Jaye se arrodilló en el suelo y empezó a comer, con tanta ansia que casi se atragantó. Sólo cuando hubo apurado el vaso de batido se sintió ligeramente mareada. El vaso de plástico se le escapó de las manos y rodó por el suelo. La habitación empezó a darle vueltas.

Una suave risita se oyó al otro lado de la puerta.

– ¿Te ha gustado la comida, Jaye?

Un grito de terror escapó de los labios de Jaye. Trató de levantarse, pero no pudo.

Él volvió a carcajearse.

– ¿Tenías mucha hambre? Esa era mi intención.

Dios santo. La había envenenado. Jaye se puso rodillas, agarrándose a la puerta para sostenerse. Empezó a sudar.

– He venido para llevarte lejos.

Se oyó el sonido de la llave en la cerradura. Al cabo de un momento, se abrió la puerta y él apareció. Llevaba una máscara de carnaval e iba vestido de negro.

Jaye gimió.

– ¿Te doy miedo? ¿Es así como me imaginabas? -él sonrió-. ¿Qué aspecto tiene el mal, pequeña Jaye?

¿Y Minnie? ¿Dónde estaba Minnie? Jaye se aferró al marco de la puerta para incorporarse, con las piernas temblorosas y las manos cubiertas de sudor.

Él se retiró de la puerta y luego regresó con una enorme caja de cartón. Lo bastante grande como para que cupiera en ella una persona. Un estrangulado gemido de miedo brotó de los labios de Jaye.

– Sé que echas de menos a tu amiga Anna -él abrió la caja-. Pero no te preocupes. Volverás a verla muy pronto.

– No -susurró Jaye-. ¡No! -alzó los ojos para mirarlo, con la visión borrosa, y musitó una plegaria que sólo resonó en su cerebro. Pidió a Dios que protegiera a Minnie y a Anna.

Quentin no dejaba de darle vueltas a su conversación con Terry. Las palabras de su compañero lo corroían por dentro. Porque eran ciertas. Porque lo llenaban de pavor: Si Terry no era culpable, entonces el hombre que acosaba a Anna seguía libre. Y ella aún corría peligro.

Quentin hizo girar su silla y cerró los ojos. Finalmente, tomó una decisión. Se dirigió al despacho de la capitana y golpeó con los nudillos la puerta abierta. La capitana alzó la mirada.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Frío En El Alma»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Frío En El Alma» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Erica Spindler: Todo para el asesino
Todo para el asesino
Erica Spindler
Anna Gavalda: El consuelo
El consuelo
Anna Gavalda
Linda Howard: Amor Sin Barreras
Amor Sin Barreras
Linda Howard
Christie Ridway: El Final del Camino
El Final del Camino
Christie Ridway
Susan Mallery: Un Oasis de Placer
Un Oasis de Placer
Susan Mallery
Susan Mallery: Arenas de pasión
Arenas de pasión
Susan Mallery
Отзывы о книге «Frío En El Alma»

Обсуждение, отзывы о книге «Frío En El Alma» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.