George Pelecanos - El Jardinero Nocturno

Здесь есть возможность читать онлайн «George Pelecanos - El Jardinero Nocturno» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Jardinero Nocturno: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Jardinero Nocturno»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La obra maestra de pelecanos y la que le convirtió un Best-Séller en Estados Unidos.
Cuando el cadáver de un adolescente aparece en un parque público de Washington, el detective Gus Ramone revive con intensidad una investigación en la que participó veinte años atrás. El asesino, a quien los mede víctimas los parques de la ciudad y salió impune. El nuevo crimen reunirá a los tres hombres que participaron en aquel caso y les dará la oportunidad de cerrarlo. Tal vez ahora consigan atrapar al Jardinero Nocturno…

El Jardinero Nocturno — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Jardinero Nocturno», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Cara de Pez tenía algo esa mañana. Se lo había oído a un chico que conocía, que trabajaba cortando droga en LeDroit. El chaval había comentado que al día siguiente llegaba de Nueva York un cargamento de nieve pura, que lo iba a distribuir un tipo que quería entrar en el juego pero que todavía no lo había conseguido del todo. Aún no estaba relacionado con una red, lo que llamaban un consorcio. Un independiente que no tenía a nadie que le cubriera la espalda, aparte de un tipejo que esperaba sacar algo de todo aquello.

Cara de Pez estaba deseando salir del sótano de su hermana. Había sido la casa de su madre, pero la hermana se las había apañado para quedarse con todo, la casa y la herencia, con la ayuda de un abogado. Como tenía algo de conciencia le había dejado una habitación abajo, gratis, pero sin derecho a cocina y con un candado en la puerta que llevaba al primer piso. No había mucho más que un colchón, un fogón eléctrico para cocinar, un ventilador y un váter y una ducha. Y estaba plagado de cucarachas. Aunque Cara de Pez entendía que le tratara como un perro al que no se le deja entrar en casa. Con todo lo que había decepcionado a su familia, lo entendía. Pero ningún hombre debería vivir así, ni siquiera un yonqui acabado como él.

La información que tenía era su pasaporte para salir de esa situación. Esa mañana se estaba metiendo jaco con aquel camello cuando al colega le dio por largar. De hecho, acababa de darle a la chuta cuando oyó la noticia. Esperaba haber oído bien.

Cara de Pez se metió en el asiento trasero del SS.

– Charlie, pedazo de atún -dijo Brock, sentado al volante. Le miraba por el retrovisor sin volver la cabeza-. ¿Qué tienes para nosotros, tío?

– Algo -contestó Cara de Pez. Le gustaba el melodrama de ir soltándolo despacio. Además, Romeo Brock no le caía bien. Un creído, siempre mirando al personal por encima del hombro. El silencioso, su primo mayor, era un buen tío. Y más hombre que el bocazas de Brock.

– Pues habla, que estoy hasta los huevos de chorradas. Hasta los cojones de robarles chatarra a los niños -le apremió Brock.

– Es lo tuyo. Robar a independientes sin protección. Casi siempre son chavales. Si fueran hombres, qué coño, estarían conectados y te darían por culo -dijo Cara de Pez.

– Ya te digo que estoy dispuesto a subir de categoría.

– Vale, pues tengo algo.

– Suéltalo -dijo Brock.

– Es un tal Tommy Broadus. El tronco va de pez gordo, pero acaba de empezar. Fue a la casa de trapicheo donde curra mi colega, para preguntar precios y eso. Dice que le va a llegar nieve. Me he enterado de que es mañana. Mi colega dice que al tío se le puede entrar.

– ¿Y qué? Yo no quiero puta droga. ¿Tengo yo cara de camello, joder?

– El tío tendrá que pagar el paquete, ¿no? Si va a mandar un correo a Nueva York tendrá que llevar pasta, ¿no? Con lo verde que está no tendrá crédito con la conexión de Nueva York.

– ¿Y los gorilas? -preguntó Gaskins.

– ¿Eh?

– Hasta un aficionado como él tendrá a alguien que le cubra, ¿no?

– Eso es cosa vuestra, colega. Yo paso de ese rollo. Yo lo que digo es que de casa de ese tío va a salir pasta gansa esta tarde, y luego entrará el perico. No digo más -explicó Cara de Pez.

– ¿Cuándo? -quiso saber Brock.

– Cuando anochezca, pero no muy tarde. A los correos no les gusta hacer el trayecto por la Noventa y cinco cuando hay poco tráfico. Por si hay algún control, supongo.

– ¿Dónde vive ese tipo?

Cara de Pez Lewis le pasó un papel. Brock lo leyó y se lo metió en el bolsillo de su camisa de rayón.

– ¿Cómo has conseguido la dirección? -preguntó Gaskins.

– Mi colega lo buscaría en la guía o yo qué sé. Yo me apalanqué en la calle y le vi entrar y salir de su casa. Está en una zona residencial. Muy tranquilo aquello.

– Una cagada, dejar que le pillaran así de fácil.

– Lo que yo digo. A un tío tan pringado se le puede pillar bien.

– ¿De dónde saca la pasta? -preguntó Gaskins pensativo.

– Pues pasando el material -improvisó Cara de Pez, aunque con voz de saberlo bien-. No puede ser su primera compra.

– Lo que pregunto es cómo sabemos que a este panoli no le respalda algún pez gordo.

– Porque mi colega el díler dice que andaba fardando de que está solo.

Gaskins miró a Brock. Notaba en su mirada ansiosa que su primo ya había decidido ir a por ello.

Estaría viendo ya el dinero, sintiéndolo entre los dedos, gastándoselo en ropa y mujeres, en un traje rojo. Lo que no hacía era pensar.

– ¿Cómo es? -preguntó Gaskins.

– ¿Cómo?

– A ver si vamos a equivocarnos de tío.

– Dice mi colega que está gordo. Demasiado viejo para la movida, pero supongo que habrá empezado tarde. Se presentó en el cuartel con una tía bastante buena. Y menuda lengua. Se pasaron todo el rato discutiendo por chorradas.

– ¿Alguien más?

– Mi colega no habló de nadie más.

– Si esto sale bien, te va a caer algo bueno -prometió Brock-. Para comprarte una sirena o lo que te salga de los huevos.

Cara de Pez forzó una sonrisa. Tenía los dientes podridos y la cara llena de cicatrices.

– Dime, ¿a un pez también le huelen los chichis a pescado? -preguntó Gaskins.

– Todos -contestó Cara de Pez, que no había estado con una mujer limpia desde hacía años.

– Lárgate. Ahora es cosa nuestra.

Cara de Pez salió del coche, agarrándose los pantalones. Brock y Gaskins le observaron alejarse por el callejón. Un pitbull le ladró furioso tras una verja.

– ¿Qué te parece? -preguntó por fin Brock.

– Me parece que no sabemos una mierda.

– Sabemos lo suficiente para plantarnos en casa de ese tío a ver qué pillamos.

– Yo no pienso quedarme hasta tarde. Tengo que estar en el trabajo al amanecer.

Brock marcó un número en su móvil.

13

Ramone, Rhonda Willis, Garloo Wilkins y George Loomis recorrieron metódicamente todas las casas de la corta manzana de McDonald Place, interrogando a los que encontraban en casa siendo un día laborable, y dejando tarjetas para los ausentes. Ramone anotaba los detalles pertinentes de sus conversaciones en un pequeño cuaderno de espiral del mismo tipo que llevaba usando muchos años.

De las entrevistas no surgió nada significativo. Una anciana dijo que por la noche la había despertado un ruido, creía que era una rama rompiéndose, pero no sabía a qué hora, puesto que se volvió a dormir sin molestarse en mirar el reloj. Nadie había visto nada sospechoso. Con excepción de la anciana, al parecer todo el mundo había dormido de un tirón.

La iglesia baptista en la esquina de la manzana, donde cruzaba South Dakota, estaba vacía por la noche.

Wilkins y Loomis habían hablado por teléfono con el turno nocturno del refugio de animales. Más tarde hablarían con los trabajadores cara a cara, pero las conversaciones preliminares indicaban que nadie había visto ni oído nada relacionado con la muerte de Asa Johnson.

– No me extraña -comentó Wilkins-. Con los putos perros que tienen ahí ladrando como posesos.

– Ahí dentro no se oye una puta mierda -convino George Loomis.

– Todavía hay gente de McDonald Place con quien no hemos hablado -terció Rhonda-. Llegarán más tarde del trabajo.

– Supongo que el ayuntamiento o la comunidad o quien quiera que controle el jardín tendrá una lista de la gente que trabaja en cada huerto -dijo Ramone.

– No creo que vengan a plantar nabos en plena noche, Gus -dijo Wilkins.

– Nunca se sabe -repuso Rhonda, repitiendo una de sus muletillas más utilizadas.

– No hay que dejar piedra sin remover -contribuyó Ramone con otra de las suyas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Jardinero Nocturno»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Jardinero Nocturno» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


George Pelecanos - DC Noir
George Pelecanos
George Pelecanos - Nick's trip
George Pelecanos
George Pelecanos - Firing offence
George Pelecanos
George Pelecanos - Sin Retorno
George Pelecanos
George Pelecanos - The Way Home
George Pelecanos
George Pelecanos - The Turnaround
George Pelecanos
George Pelecanos - Drama City
George Pelecanos
George Pelecanos - Shame the Devil
George Pelecanos
George Pelecanos - Right as Rain
George Pelecanos
George Pelecanos - The Night Gardener
George Pelecanos
George Pelecanos - Hard Revolution
George Pelecanos
Отзывы о книге «El Jardinero Nocturno»

Обсуждение, отзывы о книге «El Jardinero Nocturno» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x