– Si, son mi familia y no las voy a arrastrar a mi mundo, especialmente no a Hannah.
Jackson lanzó una pequeña sonrisa sin humor.
– Odio arruinártelo, hermano, pero ella ya es parte de tu mundo, todas lo son.
Jonas sacudió la cabeza y se extendió nuevamente. ¿ Hannah, estás sola esta noche ? No había sentido la presencia de ninguna otra energía como normalmente habría percibido si sus hermanas la hubieran ayudado a provocar la tormenta. ¿ Dónde está Sarah ? Hannah necesitaba que alguien la acompañara después de toda la energía que había gastado. Sintió su toque, un pequeño roce tentativo -como si estuviera demasiado cansada para hacer algo más. ¿ Todavía estás en la almena del capitán ? Era difícil mantener la conexión, la distancia era demasiado grande, y Hannah estaba demasiado débil. Ella era la psíquica más fuerte y habitualmente mantenía el puente abierto entre ellos.
Jonas sintió que lo invadía la ansiedad.
– Creo que todavía está en la almena del capitán, Jackson. Está sola, con frío y débil. No hay nadie allí para ayudarla. Tengo que volver con ella. -Ella se había sacrificado esa noche por él, por ambos hombres, y no iba a dejarla sola, drenada de energía. Necesitaba entrar adentro, donde se estaba abrigado, con una taza de su té especial entre las manos y Jonas cuidándola mientras descansaba el resto de la noche.
Aguanta, Hannah. Estaré allí lo antes posible .
Le llegó esa suave brisa otra vez, tan suave, rozándole la cara como el contacto de dedos. Me vendría bien un poco de ayuda esta noche .
Esa era una rara admisión viniendo de Hannah, y el corazón le dio un vuelco. Voy de camino, cariño, sólo dame un poco de tiempo para terminar con esto. ¿ Puedes arreglártelas para entrar en la casa ? No quería que se quedara tendida en el frío cortante, demasiado débil para moverse. Estaba a una distancia de cuatro horas en coche, no más lejos que el vuelo de un cuervo, pero una larga distancia en serpenteantes carreteras.
Estaré esperándote .
Para asombro de Jonas, Duncan llegó y los guió hasta el coche mientras, tras ellos, sus hombres salían de las sombras para asumir el control de la situación. Duncan condujo a través de las calles de la ciudad de vuelta a su oficina, entrando por la parte de atrás. No les llevó mucho descubrir lo que habían filmado. Duncan estalló en un aluvión de juramentos. Petr Tarasov había asesinado a un oficial encubierto justo enfrente de sus ojos. Era la clase de evidencia que podía acarrear la pena de muerte sin demasiado problema.
– Creíamos que tenía una tapadera sólida ante los Tarasov. -Duncan maldijo otra vez y se pasó las manos por la cara.
– No me extraña el hecho de que Karl y los Gadiyan continuaran yendo tras nosotros y que luego mandaran a sus soldados cuando la cosa se puso demasiado caliente. Apuesto a que ya están intentando salir del país -dijo Jonas.
– Petr Tarasov se va a freír por esto -dijo Duncan bruscamente, con furia en la voz.
Los tres miraron en silencio, la única reacción fue un resuello de asombro cuando el hombre del abrigo y el sombrero caminó hacia Boris, el cabeza de la familia criminal, y Boris giró la cabeza para mirar directamente a la cámara.
– ¿Alguna idea de quién le avisó? -Preguntó Duncan con voz tirante-. Necesitamos a los muchachos del laboratorio para que realcen esto lo máximo posible. Tenemos que descubrir quién es ese hijo de puta lo antes posible.
– Tiene que ser uno de los tuyos. Debe haber avisado a Tarasov que tenías un agente encubierto y más tarde se enteró que habías enviado a alguien a filmar la reunión de bajo nivel. Sólo que no había reunión porque la información que te dio tu agente encubierto fue la su propia emboscada. Lo llevaron allí para matarlo -dijo Jonas.
– Encontraremos al hijo de puta. No sabe quiénes sois vosotros. Nadie lo sabe. Mantuve vuestros nombres fuera de esto a propósito.
– Porque sospechabas que tenías una fuga -adivinó Jonas, intercambiando una larga mirada con Jackson. Se sentía enfermo al pensar que había estado filmando mientras otro agente era asesinado delante de él-. Al menos tienes lo suficiente como para freír a Petr Tarasov.
– Buen trabajo -agregó Duncan como un segundo pensamiento.
– Sí, gracias -respondió Jonas, esforzándose por ocultar el sarcasmo de su voz-. Me voy.
– Siéntate, Harrington, no vas a ninguna parte hasta que agarremos a Petr Tarasov y estemos absolutamente seguros de que estás a salvo. He perdido a dos hombres y no tengo ninguna intención de perder a otro más.
– Gracias por el interés, Duncan, pero ya no soy parte de tu equipo y puedes estar seguro que no me retendrás esta noche -protestó Jonas-. Tengo que ir a un lugar importante.
– No hasta que aclaremos esto, Jonas -dijo Duncan-. Petr Tarasov asesinó a un agente y le cogimos con las manos en la masa. No hay manera de impugnar esa grabación. Tenemos un traidor en el departamento y no voy a correr riesgos con tu vida. Y si eso no es suficiente para ti, Boris Tarasov cree en el justo castigo. Has matado a varios de sus soldados. Va a querer tu cabeza en una bandeja de plata y yo me voy a asegurar que no sabe quien eres antes de dejarte ir a casa. Hasta que agarremos a Tarasov, vas a permanecer oculto.
– Eso no va a pasar -dijo Jonas-, No soy parte del equipo, Duncan. Obviamente sabías que tenías a un traidor o no hubieras buscado fuera del equipo para efectuar este reconocimiento. Sospechabas de tu agente encubierto, el que fue asesinado, ¿verdad? Y querías que yo consiguiera pruebas porque creías que tal vez tuviera un socio dentro de tu equipo.
– Algo así -dijo Duncan, con voz tensa-. Y no voy a arriesgarme a perder a otro agente. Así que a no ser que quieras que esta guerra te siga hasta tu casa, vas a quedarte aquí a cubierto hasta que me asegure que estás a salvo.
Jonas abrió la boca para protestar, y la volvió a cerrar. Maldita sea. No quería quedarse pero de ninguna maldita forma iba a arriesgarse a llevar el baño de sangre del callejón a su casa en Sea Haven. De ninguna forma se arriesgaría a poner a Hannah en peligro.
– Necesito hacer una llamada.
– Eso no va a suceder y lo sabes, Harrington. Nada de llamadas, nada de e-mails, ni mensajes de texto. Lo haremos limpiamente sin nada que apunte hacia ti. Te sacaremos por la parte de atrás y te esconderemos hasta que cojamos a Tarasov y yo esté convencido de que no tiene vuestros nombres.
– ¿Quién sabía que estábamos sobre el terreno? -preguntó Jonas.
– Nadie debería haberlo sabido. Os pedí ayuda como un favor personal y os asigné a Terry para que condujera. Ningún otro miembro del equipo sabía nada del reconocimiento y quiero que permanezca así. Por eso es que os recogí personalmente y os saqué antes de que el equipo entrara a hacerse cargo de los cuerpos. Los rusos juegan para ganar, Jonas.
– Demonios, Duncan, ya lo sé. Y lo siento por tus hombres. -No quería pensar demasiado en Terry ni en el hecho que un agente había sido asesinado a una distancia de menos de cuarenta metros de él mientras sostenía una cámara. El pensamiento lo enfermaba y no podía sostenerle la mirada a Jackson. Había veces, como ahora, en que sentía el alma tan jodidamente abatida que no sabía que hacer. Necesitaba a Hannah o iba a ahogarse.
– No voy a agregarte a la lista de hombres muertos -decretó Duncan-. Así que resígnate, Harrington.
Jonas se desplomó hacia atrás en la silla, pasándose la mano por el cabello. Estaba sucio, exhausto, cubierto de sangre y sufriendo como el infierno ahora que se le estaba pasando el efecto de la anestesia. Miró a Jackson, se encogió de hombros y se rindió.
Читать дальше