Terry Goodkind - La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños

Здесь есть возможность читать онлайн «Terry Goodkind - La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Inmediatamente Ann le hundió el dacra. Los ojos de la Hermana parecieron iluminarse desde el interior, y se desplomó.

— ¡La has matado! —exclamó Zedd—. ¡Acabas de matar a una mujer embarazada!

— Has sido tú —susurró la Prelada—. Tú la condenaste a muerte. Sólo rezo para que fuese una Hermana de las Tinieblas y no una Hermana de la Luz.

Zedd la obligó a darse media vuelta estrujándole un brazo.

— ¡Es que te has vuelto loca, mujer!

— Ordené a todas las Hermanas de la Luz que abandonaran palacio. Les ordené que escaparan. Te he suplicado una y mil veces que me permitieras usar el libro de viaje para cerciorarme que mis órdenes se habían cumplido. Puesto que me lo negaste, debo suponer que mis instrucciones se han puesto en práctica.

— ¡Eso no es excusa para matarla! ¡Podrías haberla incapacitado!

— Si mis órdenes han sido cumplidas, Becky era una Hermana de las Tinieblas. No tendría ninguna posibilidad en una lucha limpia contra una de ellas. Y tú tampoco. No podía correr ese riesgo.

— ¿Y si no era sierva del Custodio? —insistió Zedd, muy alterado.

— No puedo poner en riesgo a todos por una probabilidad.

Los ojos de Zedd despedían chispas.

— Estás loca —sentenció.

Ann enarcó una ceja.

— ¿Ah sí? ¿Acaso tú pondrías en peligro la vida de miles de personas si alguien trata de detenerte y sólo estás un noventa por ciento seguro de que es tu enemigo? ¿Has llegado a Primer Mago tomando ese tipo de decisiones?

Zedd la soltó.

— Vale, me has pillado. ¿Qué quieres de mí?

— Primero debemos asegurarnos de que no hay nadie más.

Se dividieron. Ann registró entre las hileras de librerías, pero sin perder de vista al anciano mago y asegurarse de que la obedecía. Si Zedd trataba de escapar, el rada’han se lo impediría, y él lo sabía.

Sentía simpatía por el abuelo de Richard pero era preciso que cultivara su odio. Era preciso que Zedd estuviera furioso y deseoso de aceptar la oportunidad que Ann iba a brindarle.

Llegaron al fondo de las tenebrosas criptas sin encontrar a nadie más. Ann se besó el dedo anular, donde llevara durante tantos años el anillo de Prelada, y dio gracias al Creador. Para alejar los remordimientos de haber matado a la hermana Becky se dijo que no le hubieran encomendado la vigilancia de las criptas de no ser una servidora del Custodio y del emperador. En cuanto al inocente nonato, mejor no pensar en ello.

— ¿Y ahora qué? —le espetó Zedd cuando se reunieron en el fondo, cerca de una de las pequeñas cámaras de acceso restringido.

— Nathan hará su parte. Te he traído aquí para que tú hagas el resto.

»Este palacio está envuelto en un encantamiento tejido hace tres mil años. Con el tiempo he deducido que se trata de una red bifurcada.

Zedd enarcó las cejas. Su curiosidad pudo más que la indignación.

— Ésa es una afirmación muy osada. No sé de nadie capaz de tejer una red bifurcada. ¿Estás segura?

— Es cierto que en la actualidad nadie puede, pero los magos de antaño poseían mucho más poder.

Zedd se acarició el lampiño mentón con el pulgar, reflexionando.

— Sí, imagino que tenían poder suficiente para eso. —Clavó de nuevo los ojos en Ann e inquirió—: Pero ¿para qué?

— El encantamiento altera el lugar sobre el que se alza el palacio. El escudo exterior, donde hemos dejado a Nathan, es la concha que lo rodea por completo. Ese escudo crea el entorno en el que esta mitad puede existir en el mundo. El encantamiento que pesa sobre esta isla está conectado con otros mundos y, entre otras cosas, altera el tiempo. Por eso envejecemos más despacio que la gente que vive fuera de él.

— Sí —caviló el viejo mago—, eso lo explicaría.

Ann desvió la mirada.

— Tanto Nathan como yo tenemos casi mil años. Yo he sido Prelada de las Hermanas de la Luz durante casi ocho siglos.

— Había oído hablar de ese hechizo y de cómo prolonga la duración de la vida para daros el tiempo suficiente para completar vuestra inmunda obra.

— Zedd, cuando los magos de antaño empezaron a guardar celosamente su poder y se negaron a enseñar a los jóvenes nacidos con el don, para evitar que no se convirtieran en una amenaza, se crearon las Hermanas de la Luz para ayudar a esos jóvenes, pues de otro modo morirían. A no todos les gusta, pero ahí estamos.

»Si no hay un mago que los ayude, la tarea recae en nosotras. Pero como no poseemos el han masculino necesitamos mucho tiempo para enseñarles. El collar los mantiene con vida e impide que el don les haga daño o los vuelva locos hasta que adquieran los conocimientos necesarios.

»El encantamiento que rodea palacio nos da el tiempo que necesitamos. Fue obra de unos cuantos magos que hace tres mil años se adhirieron a nuestra causa. Ellos poseían el poder para tejer una red bifurcada.

Zedd se sentía cada vez más intrigado.

— Sí, sí, entiendo lo que quieres decir. La bifurcación invierte la fuerza, como quien retuerce una cuerda, y crea un área en cuyo centro se pueden lograr cosas extraordinarias. Los magos del pasado realizaron hazañas para mí inimaginables.

Ann no dejaba de vigilar para asegurarse de que estaban solos.

— Cuando se bifurca una red, ésta se dobla sobre sí misma y crea una zona interior y otra exterior. Asimismo se crean dos nodos, como cuando se retuerce una cuerda, que es donde la red se dobla: uno en el escudo exterior y otro en el interior.

— Pero el nodo de la mitad interior, donde de veras es efectivo el hechizo, sería un punto vulnerable —objetó Zedd—. Sería un punto débil: necesario pero peligroso. ¿Sabes dónde está localizado?

— Estamos en él.

Zedd se enderezó y miró en torno.

— Ya veo por qué lo colocaron aquí, en el lecho de roca bajo palacio; el lugar más protegido.

— Por eso prohibimos el fuego de hechicero en toda la isla Halsband, para evitar la remota posibilidad de que el nodo se dañara y se produjera un desastre.

Zedd rechazó tal posibilidad con un distraído ademán.

— No, no. El fuego de hechicero no podría dañar un nodo así. ¿Por qué me has traído hasta aquí? —inquirió con recelo.

— Te he traído para darte la oportunidad de hacer eso que tanto deseas: destruir el encantamiento.

Zedd se quedó mirándola fijamente, parpadeó y la miró de nuevo. Por fin tomó la palabra.

— No. No estaría bien.

— Mago Zorander, no podrías haber elegido peor momento para los dilemas morales.

Zedd cruzó sus enjutos brazos.

— Este encantamiento fue realizado por magos de una grandeza que yo jamás alcanzaré y que ni siquiera me atrevo a imaginar. Es una maravilla, una obra maestra, y yo no pienso destruirla.

— ¡He roto la tregua!

— Con ello has condenado a muerte a cualquier Hermana que ponga un pie en el Nuevo Mundo. Pero ahora no estamos en el Nuevo Mundo. Por los términos en que fue redactada la tregua, su ruptura no me da derecho a venir al Viejo Mundo y causar daño.

Ann lo miró con sombría mirada.

— Me prometiste que si te obligaba a acompañarme con el rada’han, poniendo así en peligro a tus amigos, vendrías a mi tierra natal y reducirías a escombros el Palacio de los Profetas. Ahora puedes hacerlo.

— No fue más que un arrebato de ira. Ya he recuperado la razón. Te has servido de todo tipo de artimañas y astutos engaños para convencerme de que eres una vil y despreciable criminal, pero no he picado. Tú no eres malvada.

— ¡Te he encadenado! ¡Te he secuestrado!

— No pienso matarte ni asolar tu hogar. Si destruyo el encantamiento, alteraría el patrón de vida de las Hermanas de la Luz y, en el fondo, pondría fin a sus vidas prematuramente. Las Hermanas y sus estudiantes viven conforme a unos patrones de tiempo que a mí me parecen extraños, pero que para ellos son normales.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños»

Обсуждение, отзывы о книге «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x